El presente trabajo evalúa el impacto de las nuevas TIC sobre el activismo en Camboya y los efectos que ha tenido en las organizaciones de derechos humanos, a partir de experiencias del CCHR, Cambodian Centre for Human Rights. En primer lugar, se analiza el panorama de las nuevas TIC y la situación de la libertad de expresión en Camboya. Luego, se evalúa el impacto de las nuevas TIC, particularmente, en el activismo. A continuación, se aborda el rol cambiante de las organizaciones de derechos humanos en la era de los medios digitales y finalmente se analiza el futuro del activismo digital en Camboya. En esencia, el presente trabajo sostiene que mientras que continúa siendo una necesidad fundamental que las organizaciones de derechos humanos se comprometan con las formas tradicionales de acción, las TIC han dado forma a una nueva era de activismo digital, que requiere una respuesta de parte de las organizaciones.
Las nuevas tecnologías de información y de comunicación (TIC) son cada vez más reconocidas por su potencial influencia positiva sobre el activismo en el mundo en desarrollo. Esto es particularmente cierto en Camboya, donde los medios tradicionales son estrictamente censurados y las libertades fundamentales son frecuentemente negadas. La creciente penetración de Internet y el desarrollo de las nuevas TIC han contribuido para aumentar la participación juvenil en el activismo social, político y económico. A pesar de que las TIC no están al alcance de todos, son esenciales para tener acceso a la información, a los recursos y a la amplia comunidad internacional.
En Camboya, el activismo digital como forma de participación, es imperativa cuando se considera la falta de educación cívica y los abusos generalizados contra los derechos humanos. Gobernada por uno de los líderes con más años en su cargo, el país sufre la apropiación generalizada de tierras por parte de poderosas elites, la supresión de los derechos de los trabajadores y los excesos de las fuerzas de seguridad que reprimen a quienes se movilizan. Aunque Camboya es uno de los países del Sudeste Asiático con los índices más bajos de penetración de Internet, los ciudadanos privados de derechos, están utilizando cada vez más el activismo digital para enfrentar tales abusos. A pesar de la preocupación de que la censura de Internet se vuelva una realidad, el activismo digital continuará jugando un rol importante en el país.
Si bien las nuevas TIC han tenido un gran impacto positivo en el activismo digital, también tiene efectos sobre las organizaciones de derechos humanos como el Cambodian Center for Human Rights (CCHR), una organización no gubernamental, neutral, independiente que trabaja para promover y proteger la democracia y el respeto a los derechos humanos en toda Camboya; también han impactado en los métodos y tácticas que otras organizaciones han empleado tradicionalmente. Así como los activistas individuales, las organizaciones de derechos humanos también disfrutan los beneficios de las nuevas TIC y la velocidad y la eficiencia con las que se puede compartir información. Sin embargo, particularmente en los países en desarrollo donde las TIC no están disponibles para todos, las organizaciones deben tener en cuenta la importancia de las formas tradicionales de acción, así como considerar los riesgos de la comunicación online.
El presente artículo busca explorar el efecto que han tenido las nuevas TIC en el activismo en Camboya. La primera sección debate sobre el panorama de las TIC en el país y la segunda sección el impacto que tienen las nuevas TIC en el activismo social de derechos humanos, y políticos. La tercera sección examina el rol cambiante de las organizaciones de derechos humanos en el contexto del activismo digital, mientras que la conclusión considera el futuro del activismo digital en Camboya.
La agitación política y social en la turbulenta historia de Camboya imposibilitó los emprendimientos iniciales relativos a las TIC; el Khmer Rouge destruyó la infraestructura vital del país, incluyendo las telecomunicaciones. Sin embargo, en los años recientes, el gobierno ha sido proactivo en permitir que el sector privado brinde servicios móviles. El informe de 2004 de la Comisión Económica y Social de la ONU para Asia y el Pacífico, señaló que Camboya se volvió el primer país en el mundo en tener más teléfonos celulares que teléfonos fijos (UNITED NATIONS, 2004, p.60). Tales iniciativas han tenido un efecto considerable: según el Ministerio de Correo y Telecomunicaciones, las subscripciones a la telefonía celular superó los 20 millones en 2012, sobrepasando la población de aproximadamente 15 millones (RENZENBRINK, 2013).
A pesar de que Camboya presenta los índices más bajos de penetración de Internet en el Sudeste Asiático, ha habido una rápida proliferación de los usuarios de Internet en los años recientes, especialmente desde el surgimiento de los servicios de banda ancha inalámbrica en 2006. Según estimaciones recientes, 18% de la población tiene acceso, y usa Internet, un aumento de 17,5% desde 2009 (CAMBODIAN CENTER FOR HUMAN RIGHTS, 2003a, p.1). El aumento del acceso a Internet resulta en un mayor acceso a los medios y redes sociales, la infraestructura del activismo digital. Camboya tiene aproximadamente 1.200.000 usuarios de Facebook, y 1.100 nuevos usuarios se suman cada día (SOCIAL MEDIA CAMBODIA, 2014). Mientras, factores tales como que los camboyanos tienen múltiples cuentas de Facebook y los extranjeros que viven en el país, sin dudas distorsionan estas cifras, las estadísticas indican que una creciente proporción de los camboyanos tienen acceso a las redes sociales, 50% de los mismos tienen entre 18 y 24 años (SOCIAL MEDIA CAMBODIA, 2014). Aunque Twitter es menos popular que Facebook en Camboya, – ha contribuido también al creciente activismo digital y fue utilizado durante las elecciones generales de 2013 y en las protestas subsecuentes, para difundir rápidamente la información.
A pesar de estas estadísticas alentadoras, existe una notable brecha digital entre las zonas rurales y urbanas. Sumado a los costos de la compra de equipos técnicos, la falta de electricidad y de acceso a computadoras, significa que el acceso a las nuevas TIC está considerablemente concentrado en centros urbanos. Teniendo en cuenta que 79,8% de la población de Camboya es rural (UN DATA, 2014), esto es un tema de importancia. No obstante, debido a los precios accesibles de los teléfonos celulares, los habitantes de la mayoría de las áreas rurales y afectados por la pobreza en Camboya están – usando cada vez más la tecnología de los mensajes de texto. Además, la creciente popularidad de los smartphones y la expansión gradual de la cobertura 3G en el país, permite que muchos de aquellos que se encuentran en áreas remotas, puedan acceder a Internet sin el costo de comprar una computadora.
Las nuevas TIC son cruciales para Camboya considerando el férreo control del gobierno sobre los medios de comunicación tradicionales. La censura rigurosa es moneda corriente, a pesar de las garantías del derecho a la libertad de expresión en la normativa camboyana e internacional. El Artículo 41 de la Constitución de Camboya expresa específicamente que todos los ciudadanos tienen derecho a la libertad de expresión, y en 1992, Camboya ratificó el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP).
La normativa que regula los medios en Camboya es vaga, se aplica de manera desigual, y sofoca el derecho a la libertad de expresión (CAMBODIAN CENTER FOR HUMAN RIGHTS, 2014a, p.4). Las emisoras de radio, de televisión, y periódicos requieren la licencia del Ministerio de Información, lo que de hecho otorga al gobierno la jurisdicción total sobre estos medios. En 2012, El Comité para las Elecciones Libres y Justas en Camboya (COMFREL) confirmó que todas las once estaciones de TV y más de 100 estaciones de radio pertenecían o bien al gobierno o bien a afiliados al partido de gobierno (THE COMMITEE FOR FREE AND FAIR ELECTIONS IN CAMBODIA, 2012, p. 30). Sólo fueron identificadas cuatro estaciones de radio independientes.1 De igual modo, Freedom House llegó a las mismas conclusiones en cuanto a los periódicos en lengua Khmer, definiendo al estado de la prensa en Camboya como “no libre” (FREEDOM HOUSE, 2013a). Este tipo de censura rigurosa hace que las nuevas TIC sean los únicos medios accesibles para las opiniones disidentes y libres de la influencia del poder ejecutivo.
A diferencia de los medios tradicionales, los nuevos medios en Camboya gozan de una libertad moderada, especialmente en relación a otros países de la región como Tailandia y Myanmar conocidos por la censura de Internet. Sin embargo, a pesar de esta relativa libertad, y que Freedom House considera que Internet es “parcialmente libre” (FREEDOM HOUSE, 2013b), el Gobierno hizo intentos esporádicos por controlar del uso de Internet. Por ejemplo, en noviembre de 2012, el Gobierno emitió una circular exigiendo el cierre de todos cibercafés que se encontraran a 500 metros de edificios educativos –de hecho, todos los cibercafés existentes. La prohibición fue finalmente revertida en diciembre de 2012, debido a las protestas populares.
A su vez, se ha sabido que el Gobierno ha solicitado rutinariamente que los Proveedores de Servicio de Internet (ISPs por sus siglas en inglés) bloqueen determinados sitios web, en particular aquellos críticos del gobierno, tales como el blog Khmerization, que es inaccesible desde determinados ISPs. Además, en dos casos, dos personas fueron amenazadas con cargos por difamación, por criticar a la policía en Facebook.2 Más recientemente, Doung Zorida, actriz y presentadora de TV fue condenada bajo el cargo de difamación, por una discusión en Facebook con otro usuario. Este caso pone en relieve la voluntad de los tribunales de criminalizar el contenido online (CAMBODIAN CENTER FOR HUMAN RIGHTS, 2014b, p.3). La percepción de un posible arresto, podría llevar a algunos blogueros y usuarios de redes sociales a autocensurarse por temor a represalias (CAMBODIAN CENTER FOR HUMAN RIGHTS, 2013c, p.3).
Una preocupación adicional es la inminente Ley de Delitos Cibernéticos, la primera de este tipo en Camboya, anunciada en mayo de 2012 y que probablemente será aprobada en el primer semestre de 2014. Según el gobierno, la ley fue redactada para proteger a los usuarios de Internet de los hackers y de la destrucción de datos online, en sintonía con las directrices de la Unión Europea. Sin embargo, fueron denegados los pedidos realizados por la sociedad civil para revisar el borrador a fin de garantizar que no vulnere el derecho a la libertad de expresión (CAMBODIAN CENTER FOR HUMAN RIGHTS, 2014b, p.1) y existen preocupaciones de que la ley sea utilizada como otra herramienta para la censura de parte del gobierno, especialmente del Viceprimer Ministro Sok An quien dijo que la ley fue redactada para poner un freno a la divulgación online de “información falsa”.
Las nuevas TIC ofrecen una amplia gama de oportunidades para abogar por la democracia y los derechos humanos. La comunicación digital tiene el potencial de mejorar la transparencia y la accountability, puesto que los individuos pueden acceder más fácil y rápidamente a la información; intercambiar información sobre violaciones de derechos humanos y sobre métodos de resistencia; expresar sus preocupaciones; acceder a un público internacional más amplio (CAMBODIAN CENTER FOR HUMAN RIGHTS, 2012, p.14)
La forma más evidente en la que las TIC tienen el potencial de influir en el activismo, es a través de la capacidad de intercambiar y acceder a la información de forma instantánea. Internet permite que los usuarios accedan a una enormidad de conocimientos y recursos. Los principales periódicos y programas de radio de Camboya tienen sitios web completos donde se puede acceder a programas, artículos y videos. También están usualmente conectados a plataformas de redes sociales como Facebook, Twitter y YouTube, a través de los cuales difunden las noticias. Esto también es cierto para periódicos independientes como The Cambodia Daily o The Phnom Penh Post, permitiendo que los usuarios tengan un mayor acceso a información imparcial.
Además, los avances en la telefonía celular y otros equipos con dispositivos de video y fotografía, han permitido que los activistas digitales puedan documentar y registrar violaciones de derechos humanos y compartirlas online. Una vez que la información sale, tiene el potencial de volverse viral y es imposible prevenir que esto ocurra (KHOURY, 2011, p. 80-83). Este fenómeno se ha vuelto cada vez más frecuente en Camboya y las violaciones son regularmente publicadas en Internet. Surya P. Subedi Relator Especial de Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Camboya ha señalado que “el acceso a videos online de incidentes de tiroteos y desalojos forzados ha ido en aumento[…] a medida que se ha ido desarrollando el uso de las redes sociales y la capacidad de grabar tales incidentes y exponerlos rápidamente en internet”. (UNITED NATIONS, 2012, p. 49).
Un ejemplo que vale la pena mencionar es el del Venerable Loun Sovath, un monje budista camboyano que ha documentado exitosamente con su teléfono celular, violaciones de derechos humanos en todo el país. A pesar de haber sido amenazado con regularidad e incluso detenido, Sovath, también conocido como “el monje multimedia”, se ha vuelto una personalidad destacada en las principales protestas por la tierra y contra los desalojos. En 2009, las autoridades locales desalojaron por la fuerza a pobladores de la provincia de Siem Reap, Sovath capturó en un video con su teléfono celular, evidencias de un tiroteo policial contra los pobladores indefensos y entregó el video a una ONG local de derechos humanos (CAMBODIAN CENTER FOR HUMAN RIGHTS, 2013b, p. 24). Este tipo de evidencia grabada, es difícil de negar y como tal, aumenta la accountability.
Uno de los principales efectos de las TIC para el activismo en Camboya es que han sido usadas como una herramienta eficaz de organización. Como se señalaba anteriormente, la mayoría de los camboyanos – incluso aquellos que viven en áreas rurales – poseen teléfonos celulares; y por lo tanto, los mensajes de texto (SMS) se han vuelto la forma más difundida de comunicación en Camboya y se han vuelto una herramienta indispensable de advocacy.
La organización efectiva a través de las redes sociales fue evidente durante el período previo a las elecciones generales de 2013. El Cambodian National Rescue Party (CNRP), a pesar de contar con escasos recursos, pudo reunir amplias multitudes a través de las redes sociales, para abogar por un cambio político. Según la diputada de CNRP Mu Sochua “85-90% de los jóvenes [de CNRP] de las áreas urbanas se movilizaron diariamente, organizándose a través de Facebook” (WILLEMYNS, 2013). A pesar de las denuncias sobre irregularidades en las elecciones, la oposición obtuvo importantes conquistas en la Asamblea Nacional, al obtener 55 escaños de 123, muy probablemente debido a su estrategia organizativa.
Camboya tiene una floreciente comunidad de blogueros, conocida como los “cloggers”, que emplean los blogs para ejercer las libertades que les son negadas dentro de los medios convencionales. En 2012, el BlogFest Asia realizado en Siem Reap, Camboya (BLOGFEST ASIA, 2012), puso en relieve la penetración de los blogs. Por otra parte, debido al desarrollo tardío del Khmer Unicode (fuente para el la lengua Khmer) la mayoría de los blogs en Camboya continúan estando escritos en inglés, lo que permite una mayor accesibilidad para la comunidad internacional.
Las formas más comunes para las protestas online, son los blogs de campaña y las peticiones online, que se han transformado en una popular herramienta de advocacy. En Camboya, el renovado blog “Save Boeung Kak” brinda actualizaciones sobre los acontecimientos en el Lago Boeung Kak en Phnom Penh, donde se han dado muchas violaciones al derecho a la tierra. Además, el blog insta a los visitantes a firmar una petición para demandar por indemnizaciones para las víctimas de desalojo, así como por un freno a las continuas violaciones al derecho a la tierra en Camboya (SAVE BOEUNG KAK, 2014).
En Camboya, las redes y el anonimato de Internet dieron lugar a una forma más polémica de activismo que apunta al gobierno, conocida como “hacktivismo”. Estos ataques han sido liderados por Anonymous Cambodia, una rama de la conocida red internacional. El 15 de septiembre de 2013, Anonymous Cambodia “declaró la guerra” contra el partido de gobierno debido a los enfrentamientos postelectorales. Desde entonces, han lanzado una serie de ataques de Denegación de Servicio Distribuido (DDoS por sus siglas en inglés) contra varios sitios del gobierno. Mientras que el hacktivismo en tanto que forma efectiva o incluso legal de activismo, ha sido ampliamente debatido en la literatura, nos lleva a considerar cómo la tecnología puede transformar al activismo transnacional ‘comun’ (WONG;BROWN, 2013, p. 1016).
A pesar de que los medios digitales en Camboya son en gran medida usados para fines de entretenimiento, en los últimos años las TIC han tenido un creciente impacto sobre el activismo digital. En este contexto, muchos analistas se han preguntado si Camboya no tendrá su propia “primavera”. El ex Presidente Ou Virak de CCHR escribió para Al Jazeera que:
Todos los ingredientes necesarios [para una ‘primavera’] están presentes. Primero, tiene una de las poblaciones más jóvenes del mundo […] Segundo, hubo una urbanización muy rápida en la última década […] con el crecimiento económico, una disponibilidad generalizada de smartphones económicos, cobertura de Internet y con más de un millón de usuarios de Facebook, los ciudadanos de Camboya están cada vez más ansiosos por expresarse.
(VIRAK, 2014).
A pesar de que él llegue a la conclusión de que Camboya no está tan lista para una “primavera”, el hecho de que los factores “necesarios” para tal evento estén presentes, señala el gran impacto potencial de las nuevas TIC y de los nuevos medios para el país en el futuro, ya que el acceso a dichas tecnologías sigue en aumento.
Como puede observarse, las nuevas TIC han permitido que los jóvenes camboyanos accedan y compartan información sobre violaciones de derechos humanos y que presionen online por un cambio. Como actualmente los individuos pueden acceder a la información y organizarse de forma autónoma a través de redes sociales, el rol de las organizaciones de derechos humanos en esta coyuntura cambiante, debe ser críticamente reexaminado.
Las TIC y particularmente Internet, han permitido que las ONG difundan información y que visibilicen las violaciones de derechos humanos de forma acelerada y para un público más amplio. CCHR, por ejemplo, publica todos sus trabajos en las páginas de CCHR y Sithi, y a través de las redes sociales, llega a sus 126.000 fans en Facebook y 3.869 seguidores en Twitter.3El intercambio de información a través de las redes sociales también permite que las organizaciones tengan llegada a un público internacional. Entre los seguidores de CCHR en Facebook 63% son de Camboya, 13,4% de Indonesia, 7,3% de Vietnam y 2,8% de Laos.4 Además de usar redes sociales, el proyecto Defensores de Derechos Humanos de CCHR creó una aplicación para smartphones que sirve como fuente de información jurídica, ya que brinda información legal, análisis de casos, guías paso-a-paso y respuestas a preguntas frecuentes sobre las principales amenazas legales a la sociedad civil. El intercambio de información online, no sólo garantiza que se va a llegar a un público más amplio, sino que permite una reducción de gastos dentro de la organización: se imprime menos y se comparte más información online. Además, los blogs y las redes sociales permiten que un público digital mayor, pueda comprometerse más activamente con las organizaciones de derechos humanos, así como los usuarios de redes sociales pueden compartir fácilmente peticiones y comentar sobre los posts. También permite que los seguidores tengan una experiencia interactiva con organizaciones, que pueden responder a sus comentarios.
Con el advenimiento del activismo digital, existe ahora un espacio para que las organizaciones de derechos humanos realicen formación online para sus activistas. El CCHR ha adaptado su dirección a esta necesidad con el Sithi Hub, un espacio físico que brinda una plataforma para jóvenes innovadores y defensores de derechos humanos, para que converjan y puedan compartir ideas e intercambiar información sobre la aplicación de TIC para los derechos humanos. CCHR también empodera a los miembros de Sithi Hub a través de una formación permanente y actividades educativas relacionadas a las nuevas TIC y a las herramientas para la documentación de derechos humanos y para el intercambio de información. Por ejemplo, en diciembre de 2013, los miembros de Sithi Hub recibieron una formación sobre estrategias para el uso de Facebook orientadas a los derechos humanos. Los jóvenes activistas también pueden descargar recursos de TIC para fortalecer sus capacidades, tales como la Cartilla para Activistas sobre Buenas Prácticas en Redes Sociales (SITHI HUB, 2013).
La rapidez con la que la información es actualmente difundida a través de SMS y online, significa que las declaraciones y comunicados de prensa emitidos por las organizaciones de derechos humanos ya no son más las noticias de último momento. Sin embargo, la rapidez con la que la información es compartida, conlleva el riesgo de la inexactitud. Por ejemplo, en febrero de 2014, una persona tuiteó durante la audiencia sobre la fianza para 21 trabajadores y defensores de derechos humanos que habían sido arrestados el mes anterior en protestas de trabajadores textiles, que los 21 serían liberados, antes de que los jueces emitieran su veredicto, cuando de hecho ninguno pudo salir bajo fianza. Esta información desacertada, fue retuiteada muchas veces, ya que las personas confiaban en quien emitió originalmente el tweet. Es importante señalar que a menudo, la información compartida online puede no ser confiable, y que aún son necesarios los informes y análisis en profundidad, detallados y verificados de organizaciones de derechos humanos.
A su vez, mientras que Facebook y otras formas de medios digitales son efectivos para divulgar información, no pueden reemplazar la construcción del movimiento y la planificación estratégica (VIRAK, 2014). El activismo debe ser considerado en su conjunto; no debería haber una diferenciación entre el activismo tradicional y el digital, puesto que deben mejorarse mutuamente (KHOURY, 2011, p. 84) más que volverse redundantes. En este sentido, CCHR emplea tanto las formas de acción tradicionales como las nuevas, para garantizar el mayor impacto posible. Por ejemplo, CCHR continúa utilizando las emisiones de radio como una forma efectiva para concientizar sobre los temas de derechos humanos que afectan a las personas en todo el país; se estima que los oyentes de siete estaciones de radio utilizadas por CCHR tienen un potencial combinado de público que alcanza al 85% de la población camboyana (CAMBODIAN CENTER FOR HUMAN RIGHTS, 2012, p. 7).
A su vez es crucial que las organizaciones consideren a quién benefician sus acciones. Las formas tradicionales de acción de CCHR, centradas en la producción de análisis e informes detallados, son necesarias y útiles para los profesionales, académicos y otras ONG, pero no son tan útiles para involucrar al público general. Por otro lado, las recientes formas de acción de CCHR, como compartir videos, panfletos e informes a través de redes sociales no sólo garantiza la participación, sino que la información clave será difundida a un público mucho más amplio.
Por otra parte, las organizaciones de derechos humanos deben considerar las consecuencias y riesgos que implican las TIC y ponderar cómo pueden ayudar a los activistas a aumentar su seguridad online. No puede confiarse en los medios digitales de comunicación para garantizar que información sensible vinculada a violaciones a los derechos humanos y sus perpetradores, permanezca privada y segura, especialmente cuando es utilizada por activistas que tal vez sean objeto de vigilancia por parte de las autoridades. A pesar de que los activistas en Camboya toman en cuenta su seguridad física, su seguridad digital es generalmente pasada por alto. En este sentido, es necesario que las organizaciones concienticen y capaciten sobre cómo proteger las comunicaciones digitales y sobre el almacenamiento de datos sensibles.
Finalmente, junto con el creciente uso de Internet y de las redes sociales, viene la potencial propagación rápida de amenazas y del discurso ofensivo y racista, gracias al anonimato que ofrece Internet. Por ejemplo, el presidente de CCHR recibió amenazas de muerte luego de que CCHR emitiera una carta abierta online, donde condenaba los comentarios despectivos sobre las mujeres y la comunidad vietnamita en Camboya, presentes en el discurso del líder de CNRP Sam Rainsy. El anonimato de Internet y de las redes sociales permitió que los racistas acérrimos transmitieran sus miradas xenofóbicas con una rapidez alarmante en reacción a la carta, y que llevaran a una campaña de desprestigio personal contra Virak.
La llegada de las nuevas TIC a Camboya ha tenido un efecto movilizador entre la gran población joven en un ambiente plagado de abusos generalizados contra los derechos humanos. Internet permitió que los camboyanos aboguen activamente por el cambio online, a través de varias formas, incluyendo blogs, peticiones online y hacktivismo. Los nuevos medios han empoderado a los ciudadanos en el acceso a la información, con la posibilidad de expresarse, y de participar en un debate público, como nunca antes (UNITED NATIONS IN CAMBODIA, 2011). El efecto de las TIC sobre el activismo digital tiene el potencial para romper las barreras tradicionales y alcanzar nuevas fronteras de libertad de expresión (CAMBODIAN CENTER FOR HUMAN RIGHTS, 2013, p.22).
El futuro del activismo digital en Camboya enfrenta varios desafíos, el principal de ellos es la inminente Ley contra los Delitos Cibernéticos, que tiene el potencial de actuar severamente contra el derecho de los ciudadanos a la libertad de expresión y de darle al gobierno la base legal para aplicar la mano dura sobre los activistas digitales. Además, para que avance el activismo digital, es de gran importancia que la brecha digital entre áreas urbanas y rurales sea superada. Esto es particularmente cierto cuando se considera que muchas de las principales violaciones de derechos humanos, especialmente aquellas vinculadas a la tierra, ocurren en áreas rurales remotas.
A pesar de que es difícil medir los impactos tangibles de las TIC sobre los derechos humanos, cabe decir que en base a la proliferación de usuarios de Facebook en Camboya, es innegable que las TIC y las redes sociales juegan un rol intrínseco en al vida de muchos jóvenes camboyanos. En este sentido, la comunidad de los derechos humanos no puede ignorar el gran potencial de las TIC como una herramienta de incidencia; si las organizaciones quieren avanzar, deberán garantizarse que adopten estrategias que apoyen y fortalezcan a los activistas digitales.
1. Beehive Radio, Radio Free Asia, Radio Voice of America y Radio France International.
2. El maestro Phel Pearun, luego de criticar a la policía, fue citado y amenazado por difamación en febrero de 2013. Cheth Sovichea fue arrestado en noviembre de 2013 por un post que era crítico de la policía. También fue amenazado con cargos por difamación.
3. Hasta 28 de febrero de 2014.
4. Hasta fines de 2013.
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