Herramientas

Creando conciencia digital

Mallika Dutt y Nadia Rasul

Un análisis de las oportunidades y riesgos a los que se enfrentan los activistas de derechos humanos en una era digital

+ ARTICLES

RESUMEN

Los últimos avances en tecnología digital han transformado radicalmente el panorama de la incidencia política a favor de los derechos humanos. El propósito de este artículo es analizar algunas de las maneras en las que la tecnología presenta oportunidades, riesgos y desafíos para el campo de los derechos humanos. Al proporcionar las nuevas tecnologías nuevas formas de participación y construcción comunitaria, cambian el modo en que las organizaciones y las personas actúan juntos para preservar los derechos humanos y provocar cambios sociales.

Palabras Clave

| | | | | |

• • •
01

1.  Introducción

La tecnología digital ha revolucionado el campo de los derechos humanos. Las nuevas formas de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) no sólo han potenciado las formas tradicionales de activismo durante la última década, han cambiado la naturaleza misma del advocacy. Al traer voces de múltiples comunidades, identidades y geografías al espacio público, la tecnología digital ha transformado las oportunidades, desafíos y riesgos para todos en el campo de los derechos humanos, incluyendo a las víctimas, los defensores, y a quienes violan derechos.

La tecnología digital ahora permite a la gente apoyar directamente los derechos humanos fundamentales, proporcionando nuevos modelos de participación y construcción comunitaria. Internet, los teléfonos móviles, la televisión por satélite, y otras tecnologías digitales proporcionan plataformas en las que las personas y las organizaciones utilizan combinaciones de imágenes, audio, video y texto para concienciar sobre luchas sociales, políticas y económicas, movilizando a audiencias globales. Por ejemplo, blogueros y periodistas alentaron los recientes levantamientos egipcios al exponer la brutalidad policial mediante videos e imágenes subidas a la red y compartidas en tiempo real en Twitter. En México, Internet ha supuesto una herramienta clave en la denuncia de la violencia del cártel de drogas. Por toda África y Asia del Sur, los móviles facilitan la llegada de los servicios de asistencia sanitaria a las áreas rurales.

Este artículo comienza con un análisis sobre cómo la tecnología digital ha acelerado la agenda de derechos humanos. Después se ocupa de los desafíos a la privacidad que acompañan a esta nueva tecnología, y cómo pueden representar riesgos a la seguridad. Finalmente, el artículo pondera el acceso sin precedentes a la información que proporciona la tecnología digital con una necesidad continua de activismo sobre el terreno, incluso en un mundo digital.

02

2.  Promoviendo los derechos humanos: transformando el panorama del advocacy y las campañas

Las plataformas en la red y las redes sociales son herramientas poderosas para comprometer a públicos globales. El acceso asequible a las herramientas multimedia para producir páginas web interactivas, documentales, juegos y música han cambiado la manera en que los defensores de derechos humanos aumentan la sensibilización de la gente. El impacto de imágenes convincentes, de alta calidad, de desastres como el huracán Katrina y los conflictos violentos de Siria y Libia crean empatía. Las redes sociales y las plataformas en la red permiten traducir inmediatamente esa conexión emocional en una acción significativa. Así, las personas comparten experiencias de un modo más amplio a como nunca lo habían hecho antes.

2.1  Relaciones transformadas entre las organizaciones de derechos humanos y las bases

El uso de tecnologías digitales ha alterado la relación entre organizaciones de advocacy y sus bases. Los medios digitales, especialmente las redes sociales, han cambiado el diálogo no sólo entre colegas, sino también entre el público y las instituciones.

Debido a la asequibilidad y al acceso libre, los nuevos medios ofrecen menores obstáculos para la participación y alientan el diálogo público, conduciendo a un aumento del número de personas que se expresan políticamente. Casi toda organización internacional, nacional y de base utiliza alguna forma de medio social para tratar directamente con sus comunidades. Las organizaciones recogen inmediatamente datos y retroalimentación para analizar el tamaño del impacto y del público. Esto permite a las instituciones ajustar sus mensajes, objetivos y tácticas con mayor agilidad, aumentado así la eficiencia en la utilización de los recursos para lograr un máximo impacto.

Los menores obstáculos a la participación también proporcionan a los usuarios acceso a más plataformas para elevar sus voces. Desde compartir mensajes en sus redes sociales personales hasta crear peticiones digitales que se distribuyen globalmente, las personas y los defensores de derechos humanos pueden alinearse e interaccionar con múltiples causas interconectadas de diversas maneras.

2.2  Redefiniendo quién puede ser un activista

Las tecnologías digitales también han reducido las barreras para la entrada de los mismo activistas, permitiendo a un mayor número de personas de distintas trayectorias y geografías llamar la atención sobre los temas de derechos humanos en sus vidas y comunidades e impulsar movimientos de cambio social. Con una multitud de recursos digitales ahora disponibles, las personas pueden movilizar a comunidades para que actúen sin depender de las estructuras formales de las organizaciones tradicionales de advocacy. Mientras las organizaciones formales a veces continúan desempeñando un papel significativo en apoyar a los movimientos, el hecho de que las personas puedan convertirse con mayor facilidad en agentes de cambio conduce a la acción colectiva y sostiene a movimientos de larga duración.

2.3  Dando voz a las personas marginadas

La aparición de la esfera pública en la red significa que ahora estamos viendo nuevos foros para el diálogo público y los testimonios. Las tecnologías digitales han dado a la gente marginada del mundo un nuevo medio para organizarse, comunicarse, contar sus historias y crear cambio.

Tomemos el ejemplo de los derechos de los pueblos indígenas: los Zapatistas adoptaron estas herramientas pronto, utilizando Internet hace más de una década para ir más allá de las fronteras mexicanas y desencadenar una serie de movimientos globales por los derechos de los pueblos indígenas (MARTINEZ-TORRES, 2001). Superaron a los autoritarios y a menudo tendenciosos medios de comunicación dominantes compartiendo directamente su lucha por los derechos de los pueblos indígenas a la tierra y al territorio en la red. De este modo, expusieron la corrupción mexicana y disiparon las falsas afirmaciones del gobierno de que la autonomía Zapatista amenazaría la integridad de la nación mexicana (CLEAVER, 1998). Además de comunicarse con simpatizantes y aliados, los Zapatistas se alinearon con otros movimientos anticapitalistas y coordinaron acciones globales.

El mundo de la red ha dado lugar a una nueva ola de feminismo, permitiendo a los movimientos y organizaciones de base proliferar y colaborar para amplificar sus voces, llegar a públicos más amplios, lograr visibilidad de los temas de los derechos de las mujeres y liderar cambios sociales. Aunque muchas mujeres todavía se enfrentan a impedimentos para una participación activa en la red, la aparición de los medios sociales significa que las feministas de África, Asia del Sur, Latinoamérica y el mundo musulmán pueden presentar a menudo cuestiones de modos que acostumbraban a estar reservados para las feministas del Norte global. En Estados Unidos, las mujeres de color han utilizado las redes sociales para desafiar las narrativas feministas dominantes y crear conversaciones matizadas. En agosto de 2013, la bloguera feminista Mikki Kendall comenzó en Twitter el hashtag #SolidarityIsForWhiteWomen para expresar sus preocupaciones sobre la exclusión de las mujeres de color del movimiento feminista convencional en los Estados Unidos. A pesar de generar una reacción en contra entre las feministas blancas, Kendall generó otras conversaciones como #NotYourNarrative para abordar el modo como los medios occidentales retratan a las mujeres musulmanas (JOHN, 2013).

El activismo digital también ha influenciado los diálogos sobre los derechos de las personas migrantes, especialmente en Estados Unidos. Un estudio de la Journal of Computer-Mediated Communication de Summer Harlow y Lei Guo (2014) muestra que los activistas de los derechos de las personas migrantes dependen de herramientas de la red y multimedia para concienciar, recoger donaciones, influir en la legislación y coordinar y movilizar a las personas en la red y fuera de ella. En Estados Unidos, el rostro de la inmigración es cada vez más femenino, pero sus voces y luchas particulares han permanecido en gran parte desoídas. Antes de las elecciones presidenciales de 2012, mi organización Breakthrough lanzó #ImHere, una campaña digital dirigida a jóvenes norteamericanos que tienen el poder del voto y son activos en los medios sociales. La pieza central de la campaña era un corto, The Call, mostrando el impacto negativo de las políticas de inmigración de EE.UU. en las familias inmigrantes. La campaña intentaba concienciar y establecer empatía y compasión en los públicos jóvenes. Con la ayuda de los medios sociales y del corto, Breakthrough conectó directamente con la juventud en un contexto familiar; compartiendo un corto filmado de un modo con el que el público se podía identificar. Culminando el día de las elecciones, la campaña #ImHere movilizó a miles de estadounidenses creando una masa crítica de simpatizantes y nuevas y poderosas conversaciones en la red que introdujeron los derechos de las mujeres inmigrantes en la agenda nacional en un momento crucial de la política norteamericana.

2.4  Nuevos métodos de proporcionar ayuda

El número de suscripciones a teléfonos móviles llegó a 6.800 millones en 2013 en todo el mundo. El índice de penetración de los móviles es del 96% en el mundo, 128% en los países desarrollados y del 89% en los países en desarrollo. Las organizaciones de derechos humanos están aprovechando esta amplia penetración en el mercado de los teléfonos móviles asequibles, utilizándolos como herramientas para impulsar acciones locales culturalmente sensibles. Las aplicaciones de móviles como Circle of 6 en los Estados Unidos y la India y Self Help en Nepal asisten a personas que están en riesgo de violencia enviando mensajes cortos de texto y datos de ubicación geográfica a la policía y a un grupo escogido de familiares y amigos con sólo apretar un botón (KUMAR, 2013).

De modo similar, con el uso de plataformas digitales gratuitas y de código abierto como Ushahidi, las personas pueden generar rendición de cuentas en situaciones de crisis. Desarrollada inicialmente para reunir y compartir datos fiables durante las violentas elecciones en Kenia en 2008, Ushahidi ha sido utilizada desde entonces en situaciones de conflicto y desastres naturales, como por ejemplo en el terremoto en Haití, las inundaciones en Pakistán o la violencia en Siria. Ushahidi permite a las organizaciones mapear informes de testigos presenciales de situaciones de violencia enviados por la red o a través de teléfonos móviles en tiempo real. Ciertamente, las nuevas tecnologías de la información vienen con sus propios desafíos, puede ser difícil verificar la validez y autenticidad de los informes. Plataformas como Ushahidi responden a este desafío empleando equipos de periodistas y activistas sobre el terreno para comprobar los hechos. Asimismo, los dispositivos con GPS pueden ayudar a verificar la localización de un informe, y series de informes múltiples sobre el mismo incidente proporcionan detalles y corroboración de una historia.

El valor de la colaboración y del poder ciudadano de plataformas como Ushahidi merece arriesgarse a recibir un informe ocasional fraudulento. En países donde los medios de comunicación dominantes están paralizados por la falta de acceso o por limitaciones gubernamentales, los mapas elaborados por la participación colectiva pueden crear transparencia, rendición de cuentas y la utilización rápida de recursos para identificar lugares críticos de violencia y el tipo de intervención que requieren.

2.5  Transformando la manera en que los abusos de derechos humanos son documentados y monitoreados

Tradicionalmente, las organizaciones formales han documentado, monitoreado e informado de los abusos de derechos humanos. Este sistema se enfrenta a desafíos en la rigurosidad de la representación, los recursos financieros, el acceso a regiones donde están ocurriendo las violaciones, y en limitaciones de personal. Con cámaras ligeras y “smartphones”, cualquier ciudadano preocupado puede ahora documentar e informar sobre violaciones de derechos humanos. Los ciudadanos dependen menos de las organizaciones de medios de comunicación y de las organizaciones no gubernamentales o internacionales, para elevar sus voces y compartir sus historias.

La organización sin ánimo de lucro WITNESS ha aprovechado el poder de narrativas personales convincentes para la defensa de los derechos humanos, utilizando videos de ciudadanos como herramientas integradas de campaña. Entrenan a los ciudadanos y activistas del mundo para filmar con seguridad abusos de derechos humanos. Estas historias han sido utilizadas como testimonios ante comisiones de derechos humanos, cuerpos legislativos y ejecutivos para llevar a los sujetos responsables de violaciones de derechos humanos ante la justicia.

03

3.  Riesgos y desafíos presentados por las tecnologías digitales

Mientras las herramientas digitales proporcionan maneras eficientes, de bajo coste e innovadoras para promover la agenda de los derechos humanos, estas mismas herramientas también pueden perpetuar abusos. Las siguientes secciones analizan como las nuevas tecnologías a veces acentúan las desigualdades globales, violan la privacidad y amenazan la seguridad de las personas y de las organizaciones.

3.1  Riesgos a la privacidad y a la seguridad

Las tecnologías que dan a los activistas de derechos humanos de todo el mundo nuevas herramientas para luchar contra el abuso, exponer la corrupción, cambiar políticas gubernamentales y llevar a los sujetos responsables de violaciones contra los derechos humanos ante la justicia, representan simultáneamente riesgos a la seguridad. Los medios sociales, blogs, teléfonos móviles, videos e imágenes pueden ser incautados por gobiernos y actores no estatales para la vigilancia, con el fin de extraer información sensible, almacenar datos personales de los ciudadanos e interceptar comunicaciones. Como han revelado recientemente documentos de la National Security Agency (NSA) filtrados por Edward Snowden, el gobierno de EE.UU. ha estado involucrado en una recolección masiva de datos y actividades de vigilancia por todo el mundo con poco control. En Egipto, el anterior gobierno militar y el recién formado gobierno democrático han identificado y puesto en el objetivo a activistas de la red. Estas vulneraciones de la privacidad y la libertad suponen una seria amenaza para los defensores de derechos humanos. Aunque las tecnologías digitales para crear y compartir información, junto con las herramientas desarrolladas para la vigilancia masiva, han avanzado significativamente, las políticas y normas internacionales que regulan su uso han quedado escandalosamente atrás.

Por un lado, los ciudadanos se vuelven más conscientes de los abusos globales contra los derechos humanos mediante la información compartida en la red, pero las tecnologías digitales pueden simultáneamente perpetuar la violencia. Las tecnologías digitales habilitan a los sujetos responsables de violaciones contra los derechos humanos al hacerles más fácil la distribución de pornografía infantil, conducir la trata de personas y practicar la esclavitud moderna. Un informe de marzo de 2014 de Najat Maalla M’jid, Relatora Especial de Naciones Unidas sobre la venta de niñas y niños, prostitución y pornografía infantil, avisa de que las niñas y niños están más en riesgo que nunca de ser explotados sexualmente o de ser vendidos en la red (CHILD…, 2014). El abuso digital no está limitado a las vulneraciones atroces del tráfico y la esclavitud; cada día, mujeres y minorías sufren acoso, intimidación y amenazas en la red.

El aumento en el uso de tecnologías digitales para almacenar datos y para la vigilancia ha puesto a las empresas de tecnología bajo el escrutinio público. Estas empresas se enfrentan a presiones y expectativas enfrentadas, de ser transparentes y también de respetar la privacidad de sus usuarios. El derecho a la privacidad es un derecho humano fundamental, y como las tecnologías han evolucionado, los activistas y organizaciones de derechos humanos de todo el mundo están pidiendo a los gobiernos que elaboren políticas para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en lo que se refiere a la vigilancia por cuestiones de seguridad y al almacenamiento de los datos personales de sus ciudadanos.

3.2  Una brecha digital en el acceso a la tecnología, información y educación

Desde los medios sociales hasta los teléfonos móviles y la tecnología portátil, la conectividad digital conduce la vida cotidiana. Con tal uso extendido de la información y de las tecnologías de la comunicación, tendemos a pasar por alto la enorme brecha digital global. En la era digital, muchas libertades básicas y derechos humanos fundamentales están inexorablemente ligados al derecho al acceso digital. En consecuencia, las Naciones Unidas declararon el acceso a Internet un derecho humano básico (KRAVETS, 2013), debido a su capacidad para proporcionar acceso a la información, permitir la libertad de expresión, así como facilitar a los ciudadanos formar parte del proceso político de su país y participar activamente en la vida cultural de sus comunidades.

Y aún así solo un 39 por ciento de la población mundial tiene acceso a Internet. El setenta y cinco por ciento de los europeos están en la red, mientras que sólo un 16 por ciento de los africanos tienen acceso a Internet (INTERNATIONAL TELECOMMUNICATION UNION, 2013).

La brecha digital también atraviesa a países desarrollados y en desarrollo, debido tanto al acceso limitado a la tecnología como a bajos índices de alfabetización. Únicamente un 37% de las mujeres en el mundo están en la red, frente a un 41% de los hombres. En base a normas culturales con respecto a las mujeres, los índices de alfabetización y las desigualdades de género, también existe una brecha significativa entre géneros en el acceso, incluso cuando las tecnologías digitales están disponibles en la región. Como apunta la consultora sobre los derechos de las mujeres, Clara Vaz (2014), parte del desafío es una distribución de género en la información. Los hombres crean la mayor parte del contenido de la red. Por ejemplo, en la enciclopedia de código abierto Wikipedia, sólo un 16% de los editores son mujeres; y sólo contribuyen un 9% a los cambios en las entradas de Wikipedia (LAM; UDUWAGE; et al, 2011). Como Wikipedia depende de voluntarios para agregar contenido, esto tiene serias implicaciones. A menudo, la información relacionada con la violencia contra la mujer es omitida o es poco fiable. Durante un “hackatón” organizado por Breakthrough en diciembre de 2013, un grupo de activistas y periodistas identificó y editó una serie de entradas clave de Wikipedia que había dejado fuera información importante sobre la violencia sexual contra las mujeres, como por ejemplo un artículo sobre directrices indias en relación al acoso sexual en el área de trabajo y un artículo explicando el juicio sobre un caso de violación histórico.

La censura del gobierno y las políticas corporativas también limitan el acceso digital. Después de todo, la censura de ciertos gobiernos implica que personas de diferentes partes del mundo no experimentan ni acceden a Internet y tampoco a las herramientas digitales del mismo modo (MACKINNON, 2014). En algunos casos, los gobiernos nacionales y grandes corporaciones controlan como ciertas poblaciones experimentan Internet, con el resultado de la desigualdad en la libertad de acceso a la información. Para poder operar en ciertos lugares, empresas como Google debe autocensurarse y limitar parte de la información a la que permiten acceder a los usuarios.

04

4.  Otros impactos en el campo de derechos humanos

Esta sección considera algunos impactos adicionales que las tecnologías digitales han tenido en la mejora del trabajo de los defensores de derechos humanos a través de la innovación, la creatividad y las colaboraciones entre el activismo fuera de la red y en la red.

4.1  Impulsar la innovación para superar la brecha digital

En lugares con poco acceso a Internet, las limitaciones impulsan a innovar en las formas en que los teléfonos móviles y la radio pueden ser usados para generar cambio social. Gram Vaani, una empresa tecnológica basada en Delhi, utiliza teléfonos móviles para crear una red social comunitaria. El móvil Vaani depende de un sistema inteligente de respuesta de voz interactivo donde las personas pueden llamar a un número para grabar mensajes sobre su comunidad o escuchar los mensajes dejados por otros miembros de la comunidad.

En diciembre de 2013, Breakthrough se asoció con Móvil Vanni en Jharkhand, la India, para concienciar sobre el impacto devastador de los matrimonios precoces para las chicas jóvenes. Cerca de 223 personas llamaron para contribuir con contenido, y unas 15.000 llamaron para escuchar esos mensajes. Recopilaciones breves de los mensajes recibidos fueron emitidas en ocho episodios durante un periodo de cuatro meses. Del mismo modo que en otros medios sociales, el contenido de Móvil Vaani permite múltiples tipos de mensajes. Las personas expresaron opiniones, compartieron información útil sobre los programas gubernamentales relacionados con los matrimonios precoces e intercambiaron contenido de entretenimiento como historias, poemas, obras dramáticas y canciones.

Asimismo, la red social comunitaria de Gram Vaani crea un sistema de rendición de cuentas donde las personas pueden pedir acceso a los recursos que necesitan y hacer conscientes a los tomadores de decisiones de los problemas a los que ellas se enfrentan, generando al mismo tiempo soluciones que surgen del contexto de la propia comunidad.

4.2  Nuevas formas de presentar información para causar impacto

En un momento en el que el público habitualmente digiere información mientras recorre rápidamente tweets de no más de 140 caracteres cada uno, las organizaciones deben innovar continuamente para llamar y mantener la atención del público. Los largos informes de análisis, los documentos políticos y los estudios de investigación siguen siendo sin duda, modos relevantes de transmitir argumentos más complejos y matizados. Como resultado, las organizaciones deben integrar creativamente las herramientas digitales en sus campañas y comprender las mejores maneras de elaborar una argumentación y llegar al público utilizando la variedad de herramientas a su disposición.

Después de todo, el mismo informe puede tener distintas formas. Dependiendo del público al que una organización espera llegar, el contenido debería ser adaptado para alcanzar un máximo de visitas e intercambios. En el pasado, las organizaciones generaban informes que quedaban apilados en la oficina como materiales impresos o almacenados como documentos PDF en sus páginas web. La habilidad para presentar la información en múltiples y atractivos formatos significa que las organizaciones ahora pueden compartir sus informes e investigaciones con un público incluso más amplio, incluyendo audiencias que habitualmente no habrían buscado informes publicados y distribuidos de un modo tradicional. Recientemente, The Barnard Center for Research on Women publicó un informe sobre el futuro del feminismo en la red, en su página web. El Centro también creó una infrografía visualmente atractiva basada en sus principales descubrimientos que podía ser compartido en las redes sociales y generó una discusión en la red durante el evento de lanzamiento con el uso de #FemFuture en Twitter (MARTIN; VALENTI, 2013).

4.3  Acción digital y activismo sobre el terreno

Las campañas de derechos humanos en la red a menudo son descartadas como “pasitivismo” y criticadas por no traducirse en cambios reales. Sin embargo, esta crítica asume que el activismo digital reemplaza el activismo sobre el terreno. En realidad, el éxito de las campañas a favor de los derechos humanos proviene de un equilibrio entre la concienciación en la red y la acción fuera de la red para producir un impacto social significativo. El estudio Dynamics of Cause Engagement de 2011, del Center for Social Impact Communication de la Universidad de Georgetown, demostró que mientras el activismo en los medios sociales todavía tiene un rango inferior al activismo tradicional, casi 6 de cada 10 norteamericanos cree que los medios sociales son importantes en aportar visibilidad y apoyo a las causas. Además, los “pasitivistas” tenían el doble de probabilidad de comprometerse en actividades como voluntariado, donación y reclutar a otros para una causa. Su apoyo en los medios sociales complementaba al activismo fuera de la red.

Aunque un video puede capturar la atención de millones de personas en la red, el cambio real sólo llega cuando la atención es canalizada en acciones significativas. Twitter, Facebook, YouTube y plataformas de peticiones en la red como Avaaz y Change conciencian y movilizan la acción física, actuando como peldaños en el camino hacia la transformación social.

De modo similar, aunque Breakthrough ha involucrado a más de 130 de millones de personas y nuestros medios de comunicación y herramientas han sido utilizados por organizaciones de todo el mundo, creemos firmemente en mantener nuestro trabajo arraigado en las comunidades físicas. Por ejemplo, en la India, el acceso de las mujeres al transporte público está limitado debido a un acoso y abuso sexual incontrolado. Para animar a las mujeres a que reivindiquen espacios públicos, la campaña de Breakthrough “Board the Bus” (“Súbete al autobús”) alentó a las mujeres de Delhi que raramente utilizan los autobuses a unirse a usuarias habituales de autobús como muestra de solidaridad el 8 de marzo de 2014. En las semanas previas al evento, Breakthrough utilizó intensamente los medios sociales, la radio y “flash mobs” (aglomeraciones improvisadas) no sólo para divulgar el mensaje y animar a las mujeres a viajar en autobús, sino también para compartir experiencias de mujeres que habían sufrido acoso en el transporte público. Aún así, nuestra intención de fondo era llevar al público a la acción física, colectiva.

05

5.  Conclusión

Los medios digitales han transformado el panorama de la incidencia política y las campañas de derechos humanos de un modo fundamental. A pesar de los serios riesgos y desafíos que estas tecnologías pueden suponer, su poder para provocar cambios sociales no puede ser negado. Cuando las tecnologías digitales evolucionan y se vuelven omnipresentes, los defensores de derechos humanos deben comprenderlas, adoptarlas y aprovecharlas para preservar y promover los derechos humanos. Los medios digitales pueden unir a grupos de personas en un entorno de colaboración para crear y preservar cambios significativos. Las personas que previamente no se consideraban a sí mismas activistas, como periodistas, tecnólogos, científicos, planificadores y expertos políticos, están utilizando ahora la inteligencia colectiva para crear soluciones holísticas para las situaciones críticas de derechos humanos a las que se enfrentan nuestras sociedades. Estas colaboraciones se basan en la creación compartida, la acción colectiva y el diálogo público que puede difundirse por la cultura popular y los medios sociales para generar las transformaciones a largo plazo necesarias para realizar los derechos humanos.

• • •

Referencias

Bibliografía y otras fuentes

CENTER FOR SOCIAL IMPACT COMMUNICATION. 2011. Dynamics of Cause Engagement, 22 Nov. Disponible en:http://csic.georgetown.edu/research/dynamics-of-cause-engagement. Visitado el: 31 mar. 2014.

CHILD trafficking, exploitation on the rise, warns UN expert. 2014. UN News Center, 13 Mar. Disponible en: http://www.un.org/apps/news/story.asp?NewsID=47346&Cr=traffic&Cr1=abuse#.UzMdqK1dUr0. Visitado el: 31 mar. 2014.

CLEAVER, Harry. 1998. The Zapatista Effect: The internet and the rise of an alternativa political fabric. Journal of International Affairs, New York, v. 51, n. 2, p. 621-640. Disponible en: http://www.uff.br/ciberlegenda/ojs/index.php/revista/article/download/280/165. Visitado el: 31 mar. 2014.

GUGLIELMO, Connie. Apple’s Supplier Labor Practices In China Scrutinized After Foxconn, Pegatron Reviews. Forbes, 12 Dec. 2013, Tech. Disponible en: http://www.forbes.com/sites/connieguglielmo/2013/12/12/apples-labor-practices-in-china-scrutinized-after-foxconn-pegatron-reviewed. Visitado el: 31 mar. 2014.

HARLOW, Summer; GUO, Lei. 2014. Will the Revolution be Tweeted or Facebooked? Using Digital Communication Tools in Immigrant Activism. Journal of Computer-Mediated Communication, doi: 10.1111/jcc4.12062. Disponible en: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jcc4.12062/abstract. Visitado el: 31 mar. 2014.

INTERNATIONAL TELECOMMUNICATION UNION. 2013. The World in 2013: ICT Facts and Figures, Feb. Disponible en: http://www.itu.int/en/ITU-D/Statistics/Documents/facts/ICTFactsFigures2013-e.pdf. Visitado el: 31 mar. 2014.

JOHN, Arit. 2013. The Year in #SolidarityIsForWhiteWomen and Twitter Feminism. The Wire, 31 Dec. Disponible en: http://www.thewire.com/culture/2013/12/year-solidarityisforwhitewomen-and-twitter-feminism/356583. Visitado el: 31 mar. 2014.

KRAVETS, David. 2013. U.N. Report Declares Internet Access a Human Right. Wired, 3 Jun. Disponible en: http://www.wired.com/threatlevel/2011/06/internet-a-human-right. Visitado el: 31 mar. 2014.

KUMAR, Ravi. 2013. Young People Use Tech to End Violence Against Women in Nepal. Huffington Post, 18 Jul. Impact. Disponible en: http://www.huffingtonpost.com/ravi-kumar/young-people-use-tech-to-_b_3612004.html. Visitado el: 31 mar. 2014.

LAM, Shayong K.; UDUWAGE, Anuradha; DONG, Zhenhua; SEN, Shilad; MUSICANT, David R.; TERVEEN, Loren; RIEDL, John. 2011. WP: clubhouse?: An Exploration of Wikipedia’s Gender Imbalance. Proceedings of the 7th International Symposium on Wikis and Open Collaboration, Mountainview, p. 1-10. Disponible en: http://files.grouplens.org/papers/wp-gender-wikisym2011.pdf. Visitado el: 31 mar. 2014.

MACKINNON, Rebecca. 2014. Playing Favorites. Guernica, 3 Feb, Features. Disponible en: http://www.guernicamag.com/features/playing-favorites. Visitado el: 31 mar. 2014.

MARTIN, Courtney E.; VALENTI, Vanessa. n/d. #FemFurture: Online Revolution. Barnard Center for Research on Women, New York, v. 8. Disponible en: http://bcrw.barnard.edu/publications/femfuture-online-revolution. Visitado el: 31 mar. 2014.

MARTINEZ-TORRES, Maria Elena. 2001. Civil Society, the Internet, and the Zapatistas. Peace Review: A journal of Social Justice, San Francisco, v. 13, n. 3, p. 347-355. Disponible en: http://globalalternatives.org/files/MartinezTorresZapatistas.pdf. Visitado el: 31 mar. 2014.

SANDLER, Joanne. 2013. The Online Terrain for Women’s Rights. Global Information Society Watch, Women’s Rights, Gender and ICTs. Disponible en: http://www.giswatch.org/en/report-introduction/online-terrain-women-s-rights. Visitado el: 31 mar. 2014.

VAZ, Clara. 2014. Women’s Voices in Social Media: Challenges, opportunities and legislation. Fem2pt0, 7 Mar. Disponible en: http://www.fem2pt0.com/?p=20694. Visitado el: 31 mar. 2014.

WOMEN, ACTION, & THE MEDIA (WAM!). Facebook Agreement Statement. 28 May 2013. Disponible en: http://www.womenactionmedia.org/fbagreement. Visitado el: 31 mar. 2014.

Mallika Dutt

Mallika Dutt es fundadora, presidenta y directora ejecutiva de la organización global de derechos humanos Breakthrough, cuya misión es construir un mundo en el que la violencia contra las mujeres y las niñas sea inaceptable. Bajo el liderazgo de Dutt, Breakthrough ha reinventado la consecución de cambios sociales y culturales a través de una mezcla de estimulantes campañas multimedia y profundo compromiso comunitario. Breakthrough opera a través de centros en la India y los Estados Unidos.

Email: mallika@breakthrough.tv

Original en inglés. Traducido por Sebastián Porrúa Schiess.

Recibido en marzo de 2014.

Nadia Rasul

Nadia Rasul tiene una maestría en Asuntos Internacionales de The New School, Nueva York. Trabaja en participación digital estratégica, construcción comunitaria y narrativa multimedia en Breakthrough.

Email: nadia.rasul@gmail.com

Original en inglés. Traducido por Sebastián Porrúa Schiess.

Recibido en marzo de 2014.