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Cuando los derechos humanos, la identidad nacional, el origen étnico y la persecución religiosa chocan

Salih Hudayar

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RESUMEN

Dado que es difícil determinar quién puede ser acusado del crimen de nutrir los sentimientos de la identidad nacional de Turkestán Oriental, los uigures y otros pueblos étnicamente turcos en la región que China llama "Xinjiang" fueron acusados en función de su religión y origen étnico. El gobierno chino teme que los uigures y otros pueblos étnicamente turcos de la región puedan mantener su identidad nacional distinta al considerarse separados del superestado chino. El Turquestán Oriental es un hito en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (BRI): la nueva "Ruta de la Seda" de China, una vasta región rica en recursos que es la puerta de entrada de China para Asia Central y Europa. A medida que las naciones del Sur Global intentan abordar esta urgente crisis de derechos humanos, es vital que los defensores de los derechos humanos y los responsables políticos formulen este problema con mayor precisión, entendiendo los factores geopolíticos en juego y la historia de esta opresión.

Palabras Clave

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Pocos observadores internacionales han oído hablar del «Turquestán Oriental». Si han oído hablar de esa región, probablemente solo habrán oído referirse a ella como «Xinjiang, China». Y ahí radica el problema en el corazón de esta crisis.

«Turquestán Oriental» es el nombre que los pueblos túrquicos usan tradicionalmente para referirse a su tierra natal. Desde 1949, los habitantes del Turquestán Oriental han visto nuestra patria como un estado de facto de ocupación militar por las fuerzas comunistas chinas. Antes, teníamos una nación soberana e independiente. De hecho, durante el siglo pasado, tuvimos dos repúblicas del Turquestán Oriental separadas. Nuestra patria también tiene una identidad étnica específica. Sus habitantes nativos son pueblos túrquicos cultural y étnicamente distintos de la mayoría étnica Han de China. Debido a nuestra diferencia étnica y a nuestra larga historia de una cultura distinta, hemos sentido una identidad separada, que se remonta a la antigüedad.

Desde mayo de 2014, después de un ataque en la estación de tren sur de Urumqi que dejó tres muertos, las autoridades del Partido Comunista de China han acelerado una campaña oficial sin precedentes para privar a nuestro pueblo de nuestros derechos humanos.11. “‘Eradicating Ideological Viruses’ - China’s Campaign of Repression Against Xinjiang’s Muslims,” Human Rights Watch, 2018 visitado el 15 de agosto de 2019, https://www.hrw.org/sites/default/files/report_pdf/china0918_web.pdf. Después de los atentados, el presidente chino, Xi Jinping, dijo: “La batalla para combatir la violencia y el terrorismo no tolerará ni un momento de permisividad, y se deben tomar medidas decisivas para suprimir resueltamente el impulso desenfrenado de los terroristas”22. “Xinjiang Station Attack: President Xi Jinping Urges Action,” BBC, 1o de mayo de 2014, visitado el 15 de agosto de 2019, https://www.bbc.com/news/world-asia-china-27232924..

Esta campaña se caracteriza por niveles totalitarios de vigilancia, adoctrinamiento forzado en «centros de reeducación y formación profesional», trabajo forzado en campos de trabajo, largas penas en las cárceles tradicionales, destrucción de mezquitas y del idioma uigur, así como muchas otras violaciones de derechos humanos. Incluso hay informes de matrimonios forzados de mujeres uigures con hombres chinos de etnia Han, así como informes de tortura en estos campos de concentración modernos.

Foreign Policy ha informado de que rezar, usar un hiyab, ir a una mezquita, viajar al extranjero (por ejemplo, en peregrinación al Hajj), escuchar una conferencia religiosa, tener una barba completa, abstenerse de tomar alcohol y realizar un funeral tradicional son todos ellos motivos para ser arrestado.33. “48 Ways to Get Sent to a Chinese Concentration Camp,” Foreign Policy, 13 de septiembre de 2018, visitado el 15 de agosto de 2019, https://foreignpolicy.com/2018/09/13/48-ways-to-get-sent-to-a-chinese-concentration-camp/.

De hecho, más de cien miembros de mi familia inmediata y extendida han sido arrestados. Tres han muerto en estos campos, posiblemente después de haber sido golpeados. Mi familia no tiene forma de saber con precisión lo qué sucedió, debido a que los cuerpos son incinerados de inmediato. Las familias en duelo, como la mía, se ven privadas de la oportunidad de ver los cuerpos de nuestros seres queridos o enterrarlos de acuerdo con nuestras costumbres religiosas y culturales.

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Las autoridades chinas caracterizan esta campaña, que se dio a conocer en 2012 y que llaman la “Campaña de ataque duro contra el terrorismo violento”, como una campaña dirigida contra lo que el Estado chino llama los tres males, a saber, separatismo, extremismo y terrorismo.44. “Xinjiang to Crack Down on ‘Three Evil Forces’,” China Daily, 6 de marzo de 2012, visitado el 15 de agosto de 2019, http://www.chinadaily.com.cn/china/2012-03/06/content_14766900.htm. En los medios internacionales, esto a menudo se simplifica como una campaña basada en la persecución religiosa o étnica, y ciertamente hay elementos de eso, pero una comprensión más completa de esta opresión requiere explorar qué quieren decir las autoridades chinas cuando ellos definen estos «tres males.»

Extremismo y terrorismo son conceptos de comprensión obvia para la mayoría de los lectores, pero la verdad es que hay muy pocos casos de extremismo religioso o terrorismo a gran escala dentro del Turquestán Oriental (o lo que China llama «Xinjiang»). Esas pocas almas descarriadas que se adscriben a tales ideologías por lo general han abandonado el Turquestán Oriental para ir a campos de batalla extranjeros. Eso deja lugar al «separatismo», y este es el verdadero falso pretexto para la persecución que actualmente está ocurriendo en el Turquestán Oriental. Nuestra identidad nacional, arraigada en nuestra identidad étnica diferenciada, es la base de las acusaciones de «separatismo» del Partido Comunista de China.

Como es difícil determinar quién podría ser culpable del «delito de pensamiento» de albergar sentimientos de identidad nacional turquestaní oriental, uigures y otros pueblos étnicamente túrquicos en la región (incluidos kazajos, kirguises, uzbekos y tártaros) han sido atacados en razón de nuestra religión y nuestra etnia. Pero no se equivoquen: el objetivo real de esta campaña de violación de los derechos humanos es erradicar todos los sentimientos de una identidad nacional turcomana oriental.

¿Por qué el Partido Comunista de China está tan empeñado en erradicar la identidad nacional turcomana oriental? En el pasado, estas autoridades se contentaron con dejarnos vivir en relativa paz. A lo largo de la Revolución Cultural china, los uigures fueron colocados en “campos de reeducación”» maoístas, pero nunca a la escala o con la brutalidad que se ve hoy en día. Solo en las últimas décadas las autoridades comunistas chinas comenzaron a comportarse de una manera tan despiadada, y la razón de ello es en realidad una simple cuestión de geopolítica.

Nuestra tierra natal del Turquestán Oriental es rica en recursos naturales, como petróleo, oro y uranio, que China necesitará en las próximas décadas. Además, es la piedra angular en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China. El Turquestán Oriental es una vía ferroviaria clave hacia Asia Central, parte de la antigua «Ruta de la Seda» de China. También se encuentra en el centro del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC). En resumen, para las autoridades comunistas chinas, la idea de que los uigures y otros pueblos étnicamente túrquicos de la región puedan conservar su identidad nacional separada, viéndose a sí mismos como separados del megaestado chino, es completamente insostenible. Para erradicar esta idea del «Turquestán Oriental», las autoridades comunistas están dispuestas a violar nuestros derechos humanos, incluido nuestro derecho a adorar libremente de la manera que consideremos necesario, y están haciendo precisamente eso.

Mientras las naciones democráticas intentan lidiar con esta urgente crisis de derechos humanos, es vital que los defensores de los derechos humanos formulen esta cuestión en sus términos más precisos. En particular, pedimos que los países del Sur Global comiencen a reconocer que nos vemos como «turcomanos orientales» en lugar de «uigures de Xinjiang» o «uigures chinos» o incluso «musulmanes chinos». No nos vemos como «chinos». También es imperativo que los países del Sur Global, en particular los de mayoría musulmana, expliquen la historia de esta opresión. Sin educar al mundo sobre el «Turquestán Oriental», nadie comprenderá el fondo de esta crisis.

Salih Hudayar es un activista uigur-estadounidense que fundó el Movimiento Nacional del Despertar del Turquestán Oriental (ETNAM), una organización no violenta de derechos humanos y políticos dedicada a restaurar la independencia del Turquestán Oriental. También se desempeña como Embajador en los Estados Unidos del Gobierno en el Exilio del Turquestán Oriental y está cursando su Maestría en Estudios de Seguridad Nacional en la American Military University.

Salih Hudayar - Turquestán Oriental

Salih Hudayar es un activista uigur-estadounidense que fundó el Movimiento Nacional del Despertar del Turquestán Oriental (ETNAM), una organización no violenta de derechos humanos y políticos dedicada a restaurar la independencia del Turquestán Oriental. También se desempeña como Embajador en los Estados Unidos del Gobierno en el Exilio del Turquestán Oriental y está cursando su Maestría en Estudios de Seguridad Nacional en la American Military University.

Recibido en Junio 2019.

Original en Inglés. Traducido por Fernando Campos Leza.