El papel de las organizaciones basadas en la fe en la defensa del agua en Brasil
En el contexto actual de intensificación de las dicotomías relacionadas con la presencia de la religión en la política brasileña es urgente resaltar el trabajo por la justicia social de organizaciones basadas en la fe. Este artículo contribuye a ese debate a partir de la experiencia de Christian Aid, una organización ecuménica mundial con presencia en Brasil hace 40 años, en la lucha contra las causas estructurales de la desigualdad. Tomando como ejemplo la articulación ecuménica en el tema del agua, el texto expone las formas innovadoras de construir alianzas y desarrollar acciones conjuntas entre organizaciones de fe nacionales, regionales y mundiales.
Las organizaciones basadas en la fe (OBF) tienen una actuación destacada en la promoción de los derechos humanos y el enfrentamiento a los mecanismos de desigualdad mundial. La acción ecuménica conjunta de las iglesias y OBF tiene su punto de inflexión en el contexto de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial. La noticia de que las iglesias cristianas habían contribuido con los regímenes fascistas en Italia y Alemania llevó a un profundo cuestionamiento del papel social de las iglesias y de su relación con el poder político. Como respuesta, iglesias en Europa y el Reino Unido sumaron fuerzas para coordinar ayudas a las víctimas de la guerra y a los refugiados en el primer registro de acción ecuménica conjunta.11. Romi Bencke y Cibele Kuss, “Ecumenismo e Cooperação Inter-religiosa na Diaconia Transformadora,” en Fé, Justiça de Gênero e Incidência Pública: 500 Anos da Reforma e Diaconia Transformadora, org. Cibele Kuss (Porto Alegre: Fundação Luterana de Diaconia, 2017): 78-79. En este contexto aparecen organizaciones ecuménicas de cooperación internacional, como Christian Aid en el Reino Unido, en 1945, y Heks en Suiza, en 1946. En 1948, una amplia alianza de iglesias forma el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), expandiendo la cooperación ecuménica en la conformación de una red mundial.
La acción de iglesias en redes internacionales de apoyo a los judíos, en este contexto, alienta también un amplio debate sobre la importancia de la cooperación entre diferentes tradiciones de fe para combatir formas de exclusión como el antisemitismo y el racismo. Las organizaciones ecuménicas internacionales pasarán a actuar en países en situación de pobreza y conflicto social, fortaleciendo su compromiso con la transformación de las estructuras injustas de poder alrededor del mundo. Este movimiento es acompañado por la vinculación con elaboraciones teológicas que sustentan la acción política de las organizaciones por la igualdad y justicia. Para estas organizaciones, cuestionar y desafiar los mecanismos estructuradores de desigualdad es parte del compromiso de la fe y del testimonio cristiano.
Christian Aid es la agencia oficial de 41 iglesias protestantes del Reino Unido y de Irlanda y está presente en Brasil desde la década de 1970. En su estrategia global para el periodo de 2019 a 2026, afirma su misión por “un mundo donde las personas tienen plenitud de vida, una vida vivida en dignidad, libre de pobreza y de necesidades; donde los recursos globales son compartidos de manera equitativa y usados de forma sostenible; y donde la voz y la capacidad de acción de las personas pobres y marginadas se materialice por completo”.22. Christian Aid, Estratégia Global 2019-2026 (Londres: Christian Aid, 2019). Su trabajo está estructurado en tres ejes: i. acciones para la mitigación de los efectos de la pobreza; ii. trabajo de incidencia de largo plazo para identificar y desafiar las causas estructuradoras de la desigualdad; iii. fortalecimiento de las comunidades de fe, organizaciones sociales y otros actores locales como espacios de articulación y denuncia, para potenciar voces proféticas por la justicia. Estos tres ejes son interdependientes y deben estar presentes en todos los ámbitos de trabajo de la organización. Por lo tanto, su producción teológica, su trabajo de incidencia política internacional, sus campañas mundiales y sus programas en los 37 países donde actúa presentan ese carácter multidimensional.
En ese sentido, Christian Aid trabaja en Brasil en colaboración con los movimientos sociales, organizaciones de la sociedad civil, iglesias y organizaciones ecuménicas. El trabajo está orientado a la promoción de los derechos de las comunidades al acceso a la tierra, a bienes, servicios y espacios de participación social y política. Las dinámicas recientes de aumento de la pobreza en el país con recortes en políticas públicas y el aumento en el control privado de los recursos naturales exigen de las organizaciones basadas en la fe una actualización en su análisis y forma de trabajar, fortaleciendo redes y creando herramientas innovadoras de diálogo con sus bases. A continuación se presenta un ejemplo reciente de iniciativa colectiva de actores de fe en el tema del agua.
El acceso desigual al agua es una de las formas más perversas en que la desigualdad se manifiesta en Brasil. Aunque el país tenga un 20% de los acuíferos y de las fuentes de agua potable del mundo, más de 34 millones de personas no tienen acceso a agua potable en el país.33. “Violação dos Direitos Humanos no Brasil: Acesso à Água Potável e ao Esgotamento Sanitário,” IDS, Instituto Ethos, Artigo 19 e Conectas, 2018, visitado el 4 de julio de 2019, https://ids-ecostage.s3.amazonaws.com/media/Viola%C3%A7%C3%A3o_dos_direitos_humanos_no_Brasil.pdf. La falta de gestión consciente de los recursos hídricos hace que incluso comunidades cercanas a las fuentes de agua no puedan acceder a ellas, sea por el control privado o por la contaminación de ríos y manantiales.
La contaminación y la escasez de agua en algunas regiones es agravada por la predilección de órganos oficiales por los intereses privados de las grandes corporaciones sobre los derechos de las poblaciones pobres y las comunidades en las periferias urbanas y áreas rurales. La creciente mercantilización de los recursos naturales se ve agravada por la concentración de tierras donde se encuentran manantiales y por la falta de vigilancia medioambiental en las áreas de preservación. La exclusión de las comunidades afectadas en los procesos de toma de decisiones sobre los recursos hídricos evidencia que el acceso al agua está relacionado con las estructuras desiguales de poder político en el país.
La falta de agua en las comunidades rurales también es consecuencia directa del modelo de desarrollo en el campo. Las actividades extractivas de la minería y la agroindustria generan la contaminación de ríos y manantiales y periodos de sequía en regiones que dependen de la irrigación. En Oriximiná, en el Pará, comunidades quilombolas y ribereñas se enfrentan a innumerables consecuencias de la contaminación del río en su salud y subsistencia desde el comienzo de la extracción de bauxita en la región.44. Lucia Mendonça Andrade, Antes a Água Era Cristalina, Pura e Sadia: Percepções de Quilombolas e Ribeirinhos dos Impactos e Riscos da Mineração em Oriximiná, Pará (São Paulo: Comissão Pró-Índio de São Paulo, 2018). En el Vale do Ribeira (Valle de Ribeira), en São Paulo, el monocultivo de tomate ha estado causando la contaminación de nacientes, con consecuencias incalculables para la salud de la población, en especial de las mujeres.55. Christian Aid apoya el trabajo de la Comisión Pro-Indio de São Paulo con las comunidiades mencionadas en Oriximiná y de Sempreviva Organização Feminista con mujeres en el Vale do Ribeira. Como una de las caras de la desigualdad de género, las mujeres son las más afectadas por tener que caminar largas distancias para buscar el agua necesaria para los cuidados de la casa y la familia y tener más contacto con el agua contaminada en el lavado de ropa y preparación de alimentos.
Todo esto contrasta con el hecho de que el agua es un elemento sagrado para todas las religiones, como fuente de vida y fruto de la Creación divina de carácter purificador y unificador. El llamamiento a cuidar del planeta y sus recursos naturales, o, en otras palabras, de la Creación está presente en muchos textos sagrados. En el cristianismo, el agua es un elemento simbólico que concretiza la filiación en el bautismo, y la protección de fuentes de agua es un compromiso con el propio amor divino. En religiones de origen africano e indígena, el agua también está presente en rituales de iniciación y purificación como elemento que entrelaza lo material y lo espiritual.
Ante este escenario, el Consejo Mundial de Iglesias adoptó, en 2006, una declaración en que convoca a sus iglesias miembros a monitorear los conflictos por agua en sus regiones y posicionarse públicamente contra iniciativas de privatización y en defensa del acceso comunitario al agua. Aparte de eso, también convoca a las iglesias a sumarse a la articulación de la Red Ecuménica del Agua.66. Más información sobre la Rede Ecumênica da Água disponible en la página: Ecumenical Water Network, homepage, 2019, visitado el 4 de julio de 2019, https://water.oikoumene.org/en. Esta red tiene como objetivo fomentar el intercambio de información entre iglesias y comunidades sobre la crisis del agua y las soluciones locales encontradas, aparte de promover y coordinar acciones de incidencia internacional para el reconocimiento y cumplimiento del derecho humano al agua.
En respuesta a esta convocatoria, el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil (CONIC) presentó, en cooperación con iglesias de Suiza, la “Declaración Ecuménica del Agua como Derecho Humano y Bien Común”, una primera convocatoria a las iglesias y organizaciones de fe a posicionarse por la defensa de los recursos naturales del país, con motivo del inicio de la Decenio Internacional del Agua (2005-2015). Ya en 2016, la Campaña Ecuménica “Casa común, nuestra responsabilidad” también convocaba la acción ecuménica para el saneamiento y la depuración de residuos sólidos.
Estas iniciativas fueron fundamentales para aumentar la atención de los actores basados en la fe y los espacios ecuménicos sobre la importancia de actuar en la defensa de los recursos hídricos. Para profundizar esas iniciativas y dar el siguiente paso en la articulación de estos actores, Christian Aid y sus colaboradores están desarrollando iniciativas conjuntas para fortalecer las redes ecuménicas y la capacidad de incidencia de las comunidades de fe en la defensa del agua.
En 2018, una amplia articulación de organizaciones de la sociedad civil convocó el Foro Alternativo Mundial del Agua (FAMA). Está articulación fue creada en respuesta al Foro Mundial del Agua, un encuentro promovido por grandes grupos económicos para avanzar en el control privado de fuentes naturales y servicios públicos de agua. La convocatoria del FAMA denunció estas ofensivas de los intereses privados y realizó un llamamiento para la unificación de las iniciativas de resistencia, para discutir la defensa del acceso democrático al agua y de las comunidades afectadas por conflictos hídricos.
Una amplia articulación incluyendo el Foro Ecuménico ACT Brasil (FEACT),77. Foro local del ACT Alliance, una alianza de 150 iglesias y organizaciones basadas en la fe de 125 países en el mundo. En Brasil, la coordinación del Foro está compuesta por CONIC, Christian Aid, Coordenadoria Ecumênica de Serviço (CESE), Koinonia Presença Ecumênica e Serviço y Fundação Luterana de Diaconia (FLD), y cuenta con la membresía de otras 13 organizaciones e iglesias. Heks, CMI, entre otras organizaciones, convocó también un espacio interreligioso durante el evento. La Carpa Interreligiosa de FAMA albergó eventos para reforzar la dimensión espiritual del agua y la afirmación del agua como bien común, fortalecer las articulaciones ecuménicas nacionales e internacionales en defensa del agua y ampliar procesos de incidencia. Este diálogo culminó en la ratificación de una declaración interreligiosa, en la cual se definieron las siguientes directrices de actuación para que las iglesias y OBFs profundizasen en su trabajo. Estas son:
A partir de esta definición, las organizaciones ecuménicas e iglesias han estado trabajando conjuntamente para desarrollar iniciativas por la defensa del agua. Un mapeo inicial de Christian Aid identificó 22 organizaciones ecuménicas trabajando en esta temática, en diferentes actividades de formación, incidencia y comunicación. El FEACT es uno de los espacios donde las organizaciones han desarrollado acciones conjuntas y en el cual la agenda contribuye al fortalecimiento del movimiento ecuménico.
En colaboración con redes internacionales, Christian Aid está mapeando producciones teológicas en el tema del agua, con apoyo de la Red Ecuménica del Agua del CMI, desarrollando cursos de capacitación para líderes de fe. En noviembre de 2018, con el tema “Justicia alimentaria, climática e hídrica”. Los jóvenes seleccionados participaron en sesiones con especialistas del CMI, de la Federación Mundial de Estudiantes Cristianos, Christian Aid y ACT Alliance, aparte de conocer de cerca los proyectos en El Salvador contra la privatización del agua. Las lecciones del curso regional fomentaron también materiales para una capacitación en Brasil, multiplicando los impactos de la actividad.
Una colaboración entre CONIC, Christian Aid, CREAS99. CREAS es una organización ecuménica latinoamericana que trabaja con formación y capacitación para promover los derechos humanos en la región. y la Facultad Unida de Vitória hizo posible la elaboración de un curso de formación en línea para miembros de comunidades de fe en el país.1010. Iglesias y parroquias protestantes, católicas, pentecostales y neopentecostales, aparte de representantes de “terreiros” (sitio donde se practica el candomblé), pastorales sociales y organizaciones ecuménicas. Durante un periodo de tres meses, cerca de 90 participantes tienen acceso a sesiones semanales con recursos audiovisuales y de texto, además de participar en un foro de discusión virtual. Los participantes inscritos representan 31 iglesias y comunidades de fe de 21 estados, siendo la mayoría de ellos de las regiones Norte y Nordeste, donde los conflicto por el agua son latentes. Los módulos fueron diseñados para profundizar en la comprensión de los múltiples aspectos involucrados en la desigualdad del acceso al agua, entendiendo su relación con el control privado, los cambios climáticos, el género y la violencia. Los participantes también serán provistos de herramientas para elaborar un plan de incidencias y comunicación para la acción local. Todos los módulos están también dotados de estudios bíblicos que explican la relación de los temas con el compromiso de fe.
En el proceso de preparación, un mapeo de organizaciones identificó las principales referencias en cada tema. El resultado de este trabajo es la participación directa de 15 organizaciones en la producción de los contenidos, entre organizaciones ecuménicas, movimientos sociales y asociaciones especializadas. Destaca la participación de organizaciones latinoamericanas, como la ALC, agencia ecuménica de comunicación regional con sede en Argentina, que contribuyó en la elaboración de contenidos de comunicación y género y el Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología (ISEAT), que se responsabilizó de la elaboración de los contenidos teológicos, aparte del propio CREAS como organización regional articuladora del curso. La Red Ecuménica del Agua también contribuyó con el envío de materiales e indicación de especialistas.
Este proceso, además de fortalecer las relaciones entre organizaciones y redes, también orienta la formación para una aplicación práctica de incidencia en las comunidades locales. Los participantes del curso informaron en las primeras semanas sobre los problemas que afrontan u observan en el acceso al agua, y una de las principales demandas es de métodos de identificación de instituciones y espacios de toma de decisiones en los cuales puedan ejercer algún tipo de influencia o presentar sus programas. Con el apoyo de especialistas, podrán desarrollar campañas y acciones de incidencia en sus iglesias y comunidades de fe. Se observa, así, el potencial movilizador de la iniciativa, que vincula virtualmente los recursos elaborados por organizaciones nacionales y regionales con comunidades con poco o ningún apoyo del poder público, donde las iglesias desempeñan un fuerte papel político local.
Además del proceso de formación, Christian Aid y sus colaboradores también desarrollaron estudios de caso para identificar y visibilizar la perspectiva de las comunidades sufriendo con la falta de agua o contaminación. Estos estudios, elaborados en colaboración con el Movimiento de los Afectados por Represas (MAB, por su sigla en portugués), Sempreviva Organização Feminista (SOF) y la Comisión Pro-Indio de São Paulo (CPI-SP), identifican problemas no documentados en las investigaciones oficiales y registran voces locales en Amazonia y en la región del Vale do Ribeira, SP. Los casos serán publicados en un documento para fomentar la acción profética1111. Para Christian Aid, el término “profético” se refiere a la acción local y colectiva para la denuncia de la pobreza, de la desigualdad y de la injusticia, y para el anuncio de una nueva realidad, construida a partir de las luchas cotidianas. a favor de la justicia hídrica. El proceso de incidencia local, desarrollado por las comunidades, es fortalecido así por los vínculos entre comunidades, movimientos sociales y OBFs.
Todavía no se puede evidenciar cuantitativamente el impacto de estas acciones, por su carácter reciente. Aun así, aunque su resultado no sea visible por ahora, las iniciativas tienen su valor intrínseco como proceso. La ampliación de las capacidades de las organizaciones para afrontar temas de justicia social con sólidas bases técnicas y teológicas las prepara para construir alianzas en diversos puntos. En el esfuerzo por fomentar voces proféticas en el cuidado con la Creación y defender comunidades afrontando desafíos en el acceso al agua, la articulación ecuménica se fortalece.
Desde su aparición, las organizaciones ecuménicas internacionales desarrollan un importante papel en la denuncia de injusticias y en la vinculación de la fe con la defensa de la igualdad. El trabajo de Christian Aid en Brasil refuerza la acción ecuménica local en el desmantelamiento de las causas estructurales de la desigualdad, reflejando la estrategia de la organización para el período. Uno de los focos de actuación de la organización en el país es el trabajo junto a comunidades de fe por la defensa de los recursos naturales.
A partir de acciones en defensa del agua, la acción ecuménica se ha fortalecido y encontrado nuevas formas de hacer política. Las actividades alcanzaron mayor coherencia y mejor articulación con iniciativas de distintas organizaciones. Redes ecuménicas como el FEACT y el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil, se adhirieron al programa e incluyeron las actividades en su planificación a largo plazo, influenciando la acción de iglesias, organizaciones miembros y otras redes. Las iniciativas también fortalecieron la colaboración entre organizaciones de fe y seculares, como los movimientos sociales trabajando con temas de agua. El acercamiento a experiencias de otros países latinoamericanos con grandes lecciones en lo que respecta a los desafíos de la privatización del agua (Bolivia y El Salvador) y con redes mundiales (Consejo Mundial de Iglesias – Red Ecuménica de Agua y Alianza ACT) evidencian no solo la relevancia mundial del tema sino también una gran capacidad de articulación.
En el contexto actual, es urgente el refuerzo de vínculos y alianzas entre las organizaciones basadas en la fe que actúan en defensa de los derechos humanos. La cooperación ecuménica internacional es un instrumento de ese frente y desempeña un papel fundamental en la promoción de la fe como motor de solidaridad, igualdad y justicia.