Dossier SUR sobre migración e derechos humanos

“Los contrabandistas siempre serán más listos, rápidos y astutos que los gobiernos”

François Crépeau

Entrevista con François Crépeau, Relator Especial de Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los migrantes durante la llamada “crisis migratoria” en Europa

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En la semana que vio morir a 1.083 migrantes en el mediterráneo, la semana más mortífera de 2016 hasta ahora11. Semana del 25 al 31 de mayo 2016, ver: “Mediterranean Migrant Deaths Spike in May,” International Organization for Migration, 02 de junio de 2016, visitado el 17 de junio de 2016, https://weblog.iom.int/mediterranean-migrant-deaths-spike-may. – François Crépeau se tomó un tiempo para hablar con la Revista Sur sobre la situación cada vez más desesperada en la región.

En parte, atribuye la situación actual a las políticas cada vez más restrictivas de la Unión Europea (U.E.) y sus Estados miembros. Concretamente, señaló la dificultad de obtener visados, especialmente para los individuos del Sur global, después de las negociaciones del Convenio de Schengen de 1990 y también la securitización de las políticas migratorias que ahora está en gran parte en manos de los ministerios del interior y asuntos internos. Además, el hecho de que las fronteras de Europa, y otras más lejanas, estén viviendo un grado considerable de conflicto e inestabilidad significa que hay cantidades enormes de refugiados yéndose de Afganistán, Irak, Libia y, en particular, Siria. Estos dos factores crean una alta demanda para los contrabandistas, quienes ofrecen cada vez pasos fronterizos más peligrosos a personas cada vez más desesperadas.

Señala que, durante cuatro años, Europa, Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda no han ofrecido ningún apoyo significativo a los refugiados a través de programas de reasentamiento. La llamada “crisis migratoria”, por lo tanto, tiene múltiples causas, pero, según Crépeau, el factor más importante es la falta de liderazgo político por parte de la mayoría de políticos europeos.

Aquí cuenta a la Revista Sur qué debería estar haciendo Europa y ofrece una previsión prudente en relación a la reciente Declaración U.E.-Turquía, la respuesta más reciente de Europa a la situación. Exhorta a la prensa y organizaciones de la sociedad civil a que sean la voz de los migrantes y cuenten sus historias a un público influenciado actualmente por políticos que están tranquilos vendiendo imágenes negativas de migrantes para obtener votos.

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Conectas Derechos Humanos • Durante su reciente misión en Grecia, usted fue muy crítico con la UE, describiendo cómo “El sufrimiento de migrantes en Grecia es el resultado de una complete falta de visión a largo plazo y la evidente falta de voluntad política de la U.E.”22. “Greece: ‘Europe’s lack of political will creating serious suffering for thousands of migrants in Greece’ – UN rights expert,” The Office of the United Nations High Commissioner for Human Rights (OHCHR), 17 de mayo de 2016, visitado el 17 de junio de 2016, http://www.ohchr.org/EN/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=19976&LangID=E. ¿De qué otra forma podría haber actuado Europa, y cómo debería estar actuando ahora, para mejorar la difícil situación de los migrantes que intenten entrar ahora y en los próximos años?

François Crépeau: Cuando hablo de Europa, me refiero tanto a las autoridades de la Unión Europea (U.E.) como a los líderes de los distintos países europeos en sus respectivas capitales. Esto no es algo que la U.E. pueda hacer sola, y tampoco es algo que las capitales europeas puedan hacer solas. Hasta hace muy poco, la migración exterior hacia la U.E. todavía era asunto de los Estados miembros individuales. Lo que no ha emergido es un consenso acerca de que los países europeos ya son países de inmigración, que Europa necesita inmigración y que esta inmigración debería ser gestionada tanto individualmente por cada país, como también colectivamente desde Bruselas. Debe ser una alianza. Esto es lo primero.

En segundo lugar, no se ha creado ninguna visión política estratégica común a largo plazo con respecto a la migración que llega a la U.E. y la movilidad a través de las fronteras externas de la U.E. Esta necesita desarrollar una visión y una estrategia de dónde quiere estar en 25, 30 o 50 años con respecto a la movilidad: por ejemplo, un plan a 25 años con varios objetivos y una conferencia cada 5 años para revisar esos objetivos si es necesario. Podría establecerse como objetivo la multiplicación por dos del número de extranjeros protegidos por una facilitación o liberalización de visados en 10 años, entre otras medidas.

La U.E. ya tiene algunos buenos ejemplos de medidas que contribuyen a la movilidad, como la tarjeta azul (que es el equivalente de la tarjeta verde estadounidense), los trabajadores de temporada/trabajadores agrícolas o la directiva sobre estudiantes e investigadores: esta última es nueva, pero las primeras dos han producido resultados muy decepcionantes.33. Para más información ver “Coming to the EU?,” EU Immigration Portal, 11 de mayo de 2016, visitado el 17 de junio de 2016, http://ec.europa.eu/immigration/who-does-what/what-does-the-eu-do/coming-to-the-eu_en. Los viajes de corta duración también deberían ser considerablemente facilitados. La facilitación de la movilidad legal también resulta ser uno de los objetivos de la Agenda 2030 para los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Esto crearía inmensas oportunidades económicas. Tenemos que librarnos del miedo de que todo el mundo quiera venir a Europa y quedarse. No es cierto. La gente quiere ir y venir. Esa ha sido la experiencia de los Estados Unidos (EE.UU.) con los migrantes mexicanos. Mientras no había una barrera en la frontera entre México y Estados Unidos, los mexicanos entraban en los EE.UU. cuando el mercado laboral estaba en alza y, cuando había una recesión económica, volvían a México. También podemos tomar el ejemplo del Reino Unido e Irlanda después de 2005, cuando se les permitió a los ciudadanos centroeuropeos moverse dentro de la U.E. El Reino Unido e Irlanda recibieron a un millón y medio de centroeuropeos en pocos meses. Esos fueron los años del boom. Estos migrantes tomaron empleos, crearon riqueza, pagaron sus impuestos y aprendieron habilidades transferibles. Cuando golpeó la crisis económica en 2009-2010, muchos abandonaron el Reino Unido., lo cual minimizó las tasas de desempleo ahí. Perdieron sus trabajos, pero no se quedaron en el Reino Unido. Se fueron a otros lugares a buscar trabajo o crearon sus propios trabajos con las habilidades que habían adquirido en el Reino Unido. Este es exactamente el tipo de movilidad que necesitamos, que la U.E. debería estar promoviendo y alentando.

Conectas Derechos • ¿Qué papel deberían desempeñar los países de donde salen y por donde transitan los migrantes en la protección de los derechos de los migrantes, sabiendo que están en desventaja económica comparados a la U.E. y a menudo experimentando una inestabilidad política extrema?

F. C.: Lo que pueden hacer es educar mejor a la ciudadanía sobre los peligros de viajar con contrabandistas. Debemos comprender, no obstante, que en muchos casos estos países son muy pobres y no tiene la posibilidad de crear un mercado de trabajo capaz de sostener a sus jóvenes. Los países de origen también necesitan las divisas fuertes, en forma de remesas, que los migrantes obtienen cuando van a Europa o a otras partes del mundo. Las remesas ayudan considerablemente al desarrollo de esos Estados. Los países de origen deberían negociar y poner presión sobre Europa y otros países del Norte global para que abran más vías de migración legal.

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Conectas Derechos • Una de las maneras en que la U.E. ha respondido a la situación actual ha sido con la Declaración U.E.-Turquía44. Para más información ver “EU-Turkey Agreement: Questions and Answers,” European Commission, 19 de marzo de 2016, visitado el 17 de junio de 2016, http://europa.eu/rapid/press-release_MEMO-16-963_en.htm. que fue anunciada en marzo de 2016 y cuya naturaleza jurídica usted ha descrito como “incierta”. ¿Cuál es su opinión sobre la “Declaración” ahora, tanto en relación a cómo ha funcionado en la práctica como desde un punto de vista de derecho internacional?

F. C.: La U.E. y Turquía afirmaron que, si Turquía cumplía varias condiciones, incluyendo la aceptación del retorno de cualquier migrante irregular que fuese encontrado cruzando la frontera entre Turquía y Grecia, Turquía recibiría 6mil millones de euros de la U.E. y habría liberalización de visados para los ciudadanos turcos. Esto querría decir que los ciudadanos turcos podrían venir libremente a Europa en visitas de corta duración, incluso para buscar trabajo u oportunidades de negocios. Turquía también tiene la obligación de frenar a los migrantes en su territorio antes de que lleguen a Europa mediante la limitación de las actividades de los contrabandistas y protegiendo mejor a los refugiados y migrantes en su territorio.

En primer lugar, hemos aprendido que no se trata de un acuerdo. Ahora es llamada la “Declaración U.E.-Turquía”. No es, por lo tanto, un acuerdo legal; es una declaración política.

En segundo lugar, su implementación depende de que Turquía obtenga una liberalización de visados, que depende a su vez de que Turquía cumpla una serie de condiciones que la U.E. ha establecido; y no es seguro que Turquía vaya a cumplirlas todas.

La tercera cuestión es que la Declaración está basada en la idea de que todos los refugiados pueden ser devueltos a Turquía. Sin embargo, debo subrayar la importancia de que se lleven a cabo evaluaciones individuales que garanticen que las vulnerabilidades estén siendo identificadas y las decisiones tomadas de acuerdo con cada caso particular, dependiendo de sus necesidades de protección. Ya tenemos un juicio griego que estableció que un sirio no podía ser enviado de vuelta a Turquía porque no se había demostrado que Turquía fuese un país seguro para esa persona.55. “Migrant Crisis: Greek Judges Tell Syrian Refugee Turkey is Unsafe,” BBC, 21 de mayo de 2016, visitado el 17 de junio de 2016, http://www.bbc.com/news/world-europe-36345990. Este es un ejemplo importante de tribunales defendiendo el derecho de los refugiados de tener evaluaciones individuales y defendiendo el principio de non-refoulement (no devolución), como otros tribunales, tales como el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, han hecho en el pasado y esperemos continúen haciendo en los siguientes meses y años.

Así pues, mi preocupación principal es cómo la Declaración U.E.-Turquía será implementada y finalizada mientras se garantiza al mismo tiempo la protección de los derechos humanos de los migrantes.

Conectas Derechos • Han aparecido informes de que después de la Declaración U.E.-Turquía, el tráfico de personas en el Mar Egeo se ha reducido. Sin embargo, usted ha apuntado que “combatir los contrabandistas es un camino que no lleva a ninguna parte” ¿Podría ahondar sobre por qué una securitización de la migración, una tendencia política que vemos por todo el mundo, no es la respuesta?

F. C.: Si tienes factores de empuje, tales como la violencia y la pobreza, y factores de atracción, como los mercados de trabajo sumergidos, se crea movilidad. Esta movilidad es ayudada por avances tecnológicos que no existían hace diez años: los “smart phones” (teléfonos inteligentes).

La posesión más importante de los migrantes el verano pasado fue el smart phone, con Google Maps y Facebook y la habilidad de estar en contacto con la familia y amigos. Si pones una barrera entre un factor de empuje y un factor de atracción, lo único que creas es un mercado sumergido para bandas criminales. Y eso es exactamente lo que ocurrió. Los circuitos de contrabando de personas se han apropiado del mercado de movilidad ya que los Estados se niegan a ofrecer soluciones de movilidad.

Puedes perjudicar a los contrabandistas durante un tiempo destruyendo un barco por allí, patrullando un poco más por allá y levantando una valla en ese lugar. Pero los contrabandistas tienen muchos recursos, son hábiles con la tecnología y encontrarán otros puntos de paso. Eso hará aumentar el coste económico y humano para los migrantes. Sin duda, hará aumentar el peligro para los migrantes, pero al final acabarán encontrando otros caminos.

Hemos visto una reducción en el número de entradas en Grecia desde Turquía con la implementación de la Declaración U.E.-Turquía. Sin embargo, hemos visto como el número de personas atravesando Libia e intentando llegar a Italia ha vuelto a crecer. Los contrabandistas están trabajando y siempre serán más listos, rápidos y astutos que los gobiernos.

Esta es la lección histórica que podemos sacar de la era de la Prohibición en los EE.UU., o la actual “guerra contra las drogas”: los EE.UU. recuperaron el mercado de los contrabandistas al hacerse cargo de la venta de alcohol y muchos Estados de todo el mundo están ahora legalizando, regulando y gravando con impuestos las drogas, así como ofreciendo lugares de inyección seguros.

Lo que se necesita es que los Estados recuperen el mercado de la movilidad de las manos de los contrabandistas ofreciendo soluciones de movilidad segura, legal y barata a los migrantes, y construyendo un régimen de movilidad abierto pero controlado para toda una generación. Este tipo de movilidad no es ciencia ficción. Hasta finales de los años setenta, la mayoría de personas no necesitaba un visado o podía obtener un visado de visitante con facilidad. En los años 50, 60 y 70, millones de ciudadanos norteafricanos y turcos entraron en Europa legalmente sin visado o con un visado de visitante fácilmente obtenible, que cambiaron a permiso de trabajo tan pronto como encontraron un trabajo. Como la movilidad no estaba prohibida, no había mercado para redes de contrabando de personas. Nadie moría en el Mediterráneo pues todos tomaban transbordadores comunes. Nadie se gastaba todos sus ahorros para conseguir un viaje ilegal. Muy pocos vivían en las sombras de una economía sumergida. Y los documentos de identidad y de viaje de todos los viajeros eran controlados en cada frontera, pues esto era antes del régimen de la U.E. de libre circulación de las personas.

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Conectas Derechos • A pesar de un breve momento de suspensión en septiembre de 2015 después de la divulgación de la trágica fotografía de Aylan Kurdi yaciendo en una playa turca, los medios de comunicación alimentan una retórica que en su mayor parte es anti-inmigrantes. ¿Qué papel tienen los políticos en avivar ese discurso? y ¿ha visto en sus misiones alguna prueba que sugiera un cambio en esta tendencia?

F. C.: Los políticos en los países democráticos responden a incentivos electorales. Esta es la naturaleza de la democracia representativa en la que vivimos. Los políticos escuchan al electorado porque se juegan su elección. Esto es algo que todos los grupos marginados que han intentado promover sus intereses en el marco democrático han comprendido: los trabajadores industriales a finales del siglo XIX, las mujeres en el siglo XX, los aborígenes en la segunda mitad del siglo XX en Canadá y Australia, los gays y las lesbianas en los tiempos más recientes. Tales grupos se dieron cuenta de que si elevaban la voz e incentivaban a los políticos a escuchar, estos comenzarían a hacerlo y cambiarían su comportamiento, lentamente, pero de forma segura.

Los migrantes, sin embargo, no votan y no pueden ser electos. No hay incentivo electoral en decir algo inteligente o bueno sobre los migrantes porque no hay votos que ganar. Al contrario, varios países han visto la emergencia de partidos políticos nacionalistas-populistas que dicen todos lo mismo. Solo hablan de inmigración, identidad nacional; a menudo son muy conservadores y a veces, cercanos a la extrema derecha. Los migrantes no pueden contradecir todos los estereotipos que se hacen de ellos como hicieron las mujeres al disipar los estereotipos que se hacían contra ellas hace 50 o 60 años, o como durante la última década los gays y las lesbianas han estado disipando los estereotipos que estaban circulando por la sociedad sobre ellos. Los migrantes no hacen eso porque tienen miedo de ser deportados. Los migrantes no elevan su voz. Pocas veces se movilizan, pocas veces protestan, pocas veces van a los tribunales a luchar por sus derechos ya que su objetivo es permanecer en el país, ganar dinero y mandar dinero a casa.

Por lo tanto, los buenos políticos están en una situación complicada. Los políticos con principios que se preocupan por los derechos humanos a menudo evitan hacer declaraciones sobre temas de migración. No dicen nada porque no quieren decir nada peyorativo sobre los migrantes, pero tampoco quieren perder las siguientes elecciones. Están en el negocio de ganar elecciones. Así que a menudo simplemente permanecen callados. Los políticos que quieren ganar votos y que tienen menos principios despotrican sobre los migrantes para intentar ganar los votos de los movimientos nacionalistas-populistas, que ya son una parte considerable del electorado. Esto es un problema porque significa que los políticos con menos escrúpulos están validando el discurso nacionalista-populista y que no está apareciendo ningún discurso público para contradecir los estereotipos y fantasías nacionalistas-populistas sobre los migrantes. En Europa, la mayoría no se atreve a crear un discurso a favor de la inmigración, la movilidad y la diversidad que le diga al electorado que estos nacionalistas-populistas se equivocan en todo. Esto ocurre en cierta medida en los EE.UU, porque además de los 11 millones de migrantes indocumentados, que son el foco de tanta atención, hay una comunidad inmensa de más de 20 millones de latinos – la mayoría estadounidenses de origen mexicano que votan y a quienes les importa lo que les ocurra a los mexicanos indocumentados en los EE.UU. Pero en Europa eso no se ve, lo cual es muy problemático.

Ahora bien, los medios de comunicación son interesantes porque tienes la “prensa amarilla”, que está muy interesada en los temas de migración pues viven de la indignación y la ira de sus lectores y cualquier cosa mala que se diga sobre los migrantes les indignará y causará ira. Pero también tienes la prensa buena, que está mucho mejor educada de lo que estaba hace diez años. Ahora tienes periodistas que han conocido a migrantes, que han estado en el mar de Andamán y conocido a los rohinyás, o los campamentos griegos en Idomeni, Samos o Lesbos, que han entrevistado a gente y saben exactamente de lo que están hablando. Me parece que van a ser mucho mejores las preguntas a los políticos en los años siguientes gracias a que los medios de comunicación están mejor formados.

Conectas Derechos • ¿Cómo evalúa el modo en que el Consejo de Derechos Humanos ha tratado la situación en Europa, sabiendo que no ha habido ni una resolución ni sesión especial sobre el tema?

F. C.: En el nombre “Naciones Unidas”, la palabra importante es “naciones”. Son los países los que deciden de qué quieren hablar. Muchos países del mundo no quieren que el tema de la migración sea discutida en foros internacionales. Muchos de los Estados que entran en la categoría de “países de destino” y son criticados a menudo por la manera en que tratan a los trabajadores migrantes, no quieren que las NN.UU. aborden ese tema. Los Estados miembros dirán que es una cuestión de soberanía territorial, que los movimientos que cruzan el Mediterráneo son un asunto europeo, y que los EE.UU. no deberían meterse. Así que si los países del Consejo de Derechos Humanos no quieren que el Consejo empiece una investigación o celebre una sesión especial, esos países se asegurarán de que el Consejo no pueda hacerlo.

Conectas Derechos • Basándose en la experiencia de lo que ha visto en sus muchas misiones, ¿cuál es el modo más efectivo en el que la sociedad civil internacional, en particular del Sur global, puede trabajar tanto para garantizar una mayor empatía y comprensión hacia los migrantes como para contribuir a mejorar los marcos que protejan sus derechos de modo más eficiente?

F. C.: Lo más importante es que este tema se vuelva personal. Los migrantes tienen que ser vistos como seres humanos con derechos, como gente como nosotros que busca protección y seguridad humana, que quiere ser libre del miedo y la necesidad. Es por eso que mucha gente en Europa ha sentido empatía y dado la bienvenida a los migrantes. Eso es lo mejor que pueden hacer las ONG, la sociedad civil y los medios de comunicación: intentar hacer del tema algo personal. Cuenten historias. Muestren que si estuviésemos en sus zapatos, haríamos lo mismo por nosotros y nuestras familias. Lleven a los individuos hasta los responsables políticos, los tribunales, los sindicatos, las instituciones nacionales de derechos humanos, los defensores del pueblo, los medios de comunicación. Lleven a estos individuos hasta las personas que pueden formar opinión. Al dar a conocer estas historias y al convertir el tema de la migración en algo personal, volviéndolo un tema entre un individuo y otro, podemos desarrollar campañas que se enfoquen en celebrar la diversidad y así hacer que la gente piense distinto sobre los migrantes.

Entrevista realizada en mayo de 2016 por Ana Cernov y Oliver Hudson (Conectas Derechos Humanos).

François Crépeau - Canadá

François Crépeau es el Relator Especial de Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los migrantes. Ocupa la cátedra Hans & Tamar Oppenheimer en Derecho Internacional Público en la Facultad de Derecho de la Universidad McGill, donde enseña Derecho Internacional sobre Migración, Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Derecho Internacional Público y Derecho Constitucional canadiense. Su investigación se enfoca en los mecanismos de control de las migraciones, los derechos de los migrantes, el nexo migración-seguridad y el Estado de derecho aplicado a la globalización. Está titulado por la Universidad McGill, Universidad de Burdeos, Universidad de París II Pantheón-Assas y Universidad de París I Pantheón-Sorbona (doctorado).

Original en inglés. Traducido por Sebastian Porrua.