Sur 32 – Carta a las lectoras y a los lectores

Maryuri Mora Grisales

Editora Ejecutiva de Sur | Revista Internacional de Derechos Humanos

FUTUROS POSIBLES: ¿EXISTE UNA NUEVA NORMALIDAD?

Mientras preparábamos esta edición, intentando responder a la pregunta sobre posibles futuros para el movimiento de derechos humanos en una coyuntura de crisis política, económica y sanitaria global, nos deparamos con discusiones importantes que desafiaron o por lo menos tensionaron algunas de las categorías usadas en la convocatoria: poder, desinformación y pospandemia son algunos ejemplos. A través del diálogo con las autoras y los autores, las preguntas iniciales fueron ganando otros sentidos, y las conclusiones a la que llegamos no necesariamente fueron las esperadas. De cualquier manera, la Sur continua asumiendo el enorme desafío de tejer diversos hilos interpretativos, colocar en diálogo muchas voces y dar visibilidad a perspectivas dispares sobre un trabajo radical y muy complejo como la defensa y promoción de los derechos humanos en el Sur Global.

La pregunta por el futuro implica un análisis crítico del presente y una comprensión del pasado en cuanto historia siempre abierta a la interpretación. La búsqueda por comprender los enredos del poder, su reconfiguración actual y las muchas formas de disputarlo están en el centro del debate actual sobre tecnologías, desinformación y democracia. Este escenario, sumado a un contexto de desigualdad creciente y agravada por los impactos de una pandemia que aún no termina, configura la realidad en la que personas, movimientos y organizaciones (el amplio espectro de la sociedad civil) están inmersos, realizan su trabajo y es esa misma realidad la que deseas transformar.

Al terminar esta edición de la revista, creemos que hemos reunido un grupo bastante plural de especialistas de la academia, de organizaciones internacionales y de actores y actrices de la sociedad civil con contribuciones importantes a la discusión sobre las nuevas configuraciones del poder global, el papel de la tecnología y de la desinformación en los procesos democráticos y, finalmente, sobre los desafíos estructurales que esta coyuntura trae para las organizaciones de derechos humanos.

Nuevas configuraciones del poder Global

La pandemia de Covid-19 inauguraría un nuevo panorama internacional en el campo de los derechos humanos. Si por un lado asistimos a la enorme capacidad de algunas potencias para enfrentar la crisis sanitaria resultado de la pandemia, por otro lado quedó evidenciada la asimetría de poder global y la entrañable relación entre salud pública y geopolítica. Además de esto, a comienzos de 2022, el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania trajo hacia la superficie, las fuerzas profundas de una reconfiguración global que ya estaba en marcha; una multipolaridad emergente y difusa que se perfila como un campo de confrontación amplio y entre players que son cada vez más importantes y buscan hegemonía.

Analizar y comprender las trayectorias del poder mundial no es, sin embargo, una tarea sencilla. Respondiendo a esta primera pregunta sobre las múltiples caras de esta reconfiguración del poder, Sonia Corrêa (Brasil), en una entrevista para este número, centra su análisis en las conexiones, tramas y actores/actrices clave del movimiento transnacional ultraconservador, cuya fuerza y alcance provienen, precisamente, del poder económico, político y religioso que tienen y quieren preservar. Por su parte, Ronilso Pacheco (Brasil/EE.UU) más allá de proponer una reflexión sobre el poder de la extrema derecha y los desafíos para enfrentarla, también llama la atención sobre la urgente necesidad de que el campo progresista comprenda y dialogue con otro tipo de poder – ese poder que circula en las bases que también disputa (aunque de manera asimétrica) la narrativa de derechos humanos y de democracia.

Al abordar la disputa política en torno a la gramática de los derechos humanos, Raphael Viana David (Brasil/Suiza) examina detalladamente el papel protagónico que China ha desempeñado en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, defendiendo su propia perspectiva en el ámbito de los derechos humanos. Como potencia mundial e interlocutor indispensable en los foros multilaterales, China ha ejercido una fuerte influencia en los países del Sur Global.

En un artículo sobre la política exterior brasileña, Déborah Silva do Monte y Matheus de Carvalho Hernandez (Brasil) argumentan que significativos cambios en la política exterior del país, durante el gobierno de Jair Bolsonaro, fueron el resultado de una reconfiguración que era básicamente favorable a la base electora del expresidente, una base ideológicamente conservadora y de identidad cristiana, principalmente evangélica.

Tecnologías, desinformación y procesos democráticos

La guerra de la información es, sin duda alguna, una cuestión que define nuestro tiempo. Agresivas campañas de noticias falsas contribuyeron, en gran escala, en la promoción de campañas mentirosas sobre la pandemia de Covid-19 y en la baja adherencia al calendario de vacunación en diferentes países. De la misma manera, agendas electorales alrededor del mundo han sido fuertemente influenciadas por un uso cuestionable de redes sociales y medios digitales. La manipulación de la información es perceptible en diferentes niveles y abordarla se ha convertido en una tarea urgente para la agenda democrática de derechos humanos.

Contrariando los pronósticos de superación de fronteras nacionales, debilitamiento de gobiernos autoritarios y el empoderamiento comunitario que parecían ser las promesas de la masificación de internet, la red refuerza, de hecho, la importancia de viejos y ya conocidos elementos como el poder, la ley y la lógica empresarial.11. Jack Goldsmith e Tim Wu, Who Controls the Internet?: Illusions of a Borderless World (Nova York: Oxford University Press, 2006), visitado el 26 de enero de 2023, https://scholarship.law.columbia.edu/books/175/.

La propagación de discursos de odio se potencializó por la digitalización de la política en las últimas décadas, lo que ha suscitado importantes debates sobre la responsabilidad estatal en su reglamentación y castigo. Victor Abramovich (Argentina) examina el dilema jurídico entre los principios constitucionales de igualdad y no discriminación y los principios legales que protegen la libertad de expresión en la respuesta estatal frente a los discursos de odio. En su texto, el autor presenta algunas directrices de prevención y reparación que permitirían combatir esos discursos que solo refuerzan estigmas sociales, siendo una grave amenaza contra la dignidad y la democracia. En este mismo sentido, pero centrándose en la incitación al odio en internet. Natalie Alkiviadou (Chipre/Dinamarca) discute los problemas derivados del uso de la inteligencia artificial (IA) por parte de las plataformas digitales para combatir la incitación al odio en la red. Aunque los mecanismos automatizados pueden ayudar a la moderación humana, deben utilizarse con precaución en la eliminación de la incitación al odio en Internet, ya que pueden incurrir en decisiones erróneas e incluso vulnerar derechos.

El papel del internet y de las plataformas digitales en los procesos democráticos genera gran preocupación; en relación a los contenidos (quién los produce y quién los controla), al acceso a los mismos, a la violación de derechos derivada de la vigilancia que la era digital ha potenciado, pero también en relación a la desinformación, lo que incluye un intento de comprender la percepción de riesgo vinculada a la proliferación de información falsa en internet.

En una entrevista con Sur, Otto Saki (Zimbabue/EE.UU) llama la atención sobre un escenario de nuevas tecnologías, plataformas de medios sociales y empresas que se han convertido en actores muy poderosos en la escena global. Combatir los efectos nocivos de la desinformación requiere necesariamente pasar por el tamiz de los derechos humanos, a los que estas empresas no suelen responder porque se guían por los intereses del capital y del mercado. A pesar de ello, según Saki, el paradigma y el marco internacional de los derechos humanos siguen siendo una vía ética viable para orientar la búsqueda de soluciones y el diálogo entre las partes interesadas en combatir la desinformación, incluidos los Estados, el sector privado y la sociedad civil.

Es importante recordar que una característica de la desinformación, a diferencia de la simple información basada en el error o la ignorancia, es su intencionalidad, es decir, su intensión maliciosa de engañar.22. Paul Butcher, "Disinformation and democracy: The home front in the information war". European Policy Centre, 30 de enero de 2019, visitado el 27 de enero de 2023, https://www.epc.eu/content/PDF/2019/190130_Disinformationdemocracy_PB.pdf. En este sentido se explica que la difusión de información falsa haya operado en muchos contextos electorales con el objetivo de influir en un resultado concreto. Nina Santos (Brasil) describe los principales aspectos de la feroz disputa informativa que tuvo lugar durante las elecciones de 2022 en Brasil, incluidos los retos que la lucha contra la desinformación y la búsqueda de un entorno digital saludable plantean a las plataformas digitales, a los poderes públicos y a la sociedad civil, más allá del contexto electoral.

ARTE

La sección de piezas artísticas de este número de la Sur contó con la curaduría de Bruno Oliveira (Brasil), quien, en un impactante texto sobre la disputa y la ruina de los monumentos, discute la representación, la colonialidad y la reconstrucción colectiva de significados y de la memoria histórica. Esta reflexión se desarrolla en diálogo con dos intervenciones artísticas: la primera consiste en pequeñas y frágiles estatuas de hielo cuidadosamente dispuestas y fotografiadas mientras se derriten al sol; la segunda es un acto colectivo y público de lavado de las banderas nacionales, como ritual de limpieza simbólica y protesta democrática. El registro fotográfico de estas dos intervenciones conforma la galería de imágenes de Sur titulada: Reconstruir símbolos, reinventar monumentos. El «Monumento Mínimo», de la artista Néle Azevedo (Brasil), y la acción performativa “Lava la bandera” del Colectivo Sociedad Civil (Perú), disputan, cada una a su modo y desde su contexto, el sentido hegemónico de monumentos y símbolos patrios, mientras gestan nuevos significados en un ejercicio artístico-político de reconstrucción e imaginación. La capa y arte de divulgación de esta edición de la Revista Sur fueron inspiradas en el registro fotográfico del Monumento mínimo de Néle Azevedo.

Claudia Coca (Perú), artista visual y activista política que integraba el Colectivo Sociedad Civil en la época en que fue realizada la performance “Lava la bandera” en los años 2000, comparte, a través de una corta entrevista a Sur, su percepción sobre las convergencias entre el contexto político que motivó la intervención pública del lavado de la bandera nacional y la actual y grave situación política que atraviesa el país.

Desafíos estructurales para las Organizaciones de Derechos Humanos

Las organizaciones de derechos humanos de todo el mundo se enfrentan a retos relacionados con un escenario de cambios e incertidumbre provocado por la pandemia de Covid-19 y sus repercusiones a largo plazo. Repercusiones que han llevado, entre otras cosas, a revisar las estrategias internas de respuesta a las crisis y han impulsado una mayor preocupación por los procesos y protocolos institucionales e interinstitucionales de bienestar y cooperación.

Akwe Amosu (Nigeria/Inglaterra) presenta algunas conclusiones del intercambio entre líderes mundiales del activismo y la defensa de los derechos humanos en el «Simposio sobre Fortaleza y Solidaridad para los Derechos Humanos», cuyo principal objetivo es debatir los elementos que fortalecen o debilitan a sus organizaciones para reforzar y promover la solidaridad sobre el terreno. Según Amosu, hay tres áreas a las que hay que prestar más atención: la gobernanza del consejo, las transiciones en el liderazgo ejecutivo y la cultura organizativa interna. Muriel Asseraf (Francia/Brasil) en una reflexión institucional, expone los principales desafíos enfrentados por Conectas Derechos Humanos en su trayectoria de autorreflexión, aprendizaje y fortalecimiento de la capacidad institucional. Este ejercicio interno implicó, por ejemplo, la puesta en marcha de medidas para garantizar una mayor seguridad y bienestar de los miembros del equipo, en un contexto de extrema angustia e incertidumbre potenciado por la pandemia. La financiación, el trabajo con organizaciones socias y la atención a la salud organizativa son algunos puntos clave que ella menciona para el fortalecimiento y la capacidad institucionales.

En la misma dirección, Carlos Quesada (Costa Rica/EEUU), en entrevista con Sur, argumenta sobre la necesidad de fortalecer el movimiento de derechos humanos más allá de la compartimentación de los derechos. Quesada afirma que reconocerse y aprender de los pares es un paso importante para enfrentar, de manera colectiva y articulada, uno de los principales problemas que enfrentan las organizaciones de la región: la sostenibilidad y el acceso a los recursos. De esta manera, las estrategias y oportunidades también pueden pensarse y asumirse de forma colectiva.

Este número de Sur también incluye el perfil de dos mujeres que dedican su vida a reivindicar mejores condiciones para las mujeres y activistas del Sur Global. Luchas muy particulares que, al mismo tiempo, demandan solidaridad internacional. En este sentido, el perfil de Miluska Luzquiños (Perú) que es una abogada y activista por los derechos de las mujeres trans, refleja el arduo trabajo que algunas organizaciones tuvieron para sobrevivir en el periodo de la pandemia, así como los impactos diferenciados que esta tiene sobre la población trans. Miluska, como es más conocida, es también protagonista en el Proyecto de Ley de identidad de género que tramita desde 2016 en el Congreso peruano y que busca, entre otras cosas, la despatologización de la transexualidad y la gratuidad en la rectificación del nombre en documentos oficiales. En el perfil de Firuzeh Mahmoudi (EE.UU/Irán), creadora de United for Iran, una organización que proporciona herramientas tecnológicas para la construcción de una sociedad más libre y democrática en la que participan activistas iraníes de todo el mundo, ella destaca el importante papel del movimiento organizado de mujeres iraníes en las multitudinarias manifestaciones que siguieron a la muerte de Mahsa Amini en septiembre de 2022, y aboga por la necesaria (y muy deseada) transición de un gobierno teocrático a un Estado laico.

Finalmente, dos entrevistas cierran los contenidos de nuestro dossier. Tania Reneaum Panszi (México), Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), describe, entre los puntos prioritarios de su agenda, el fortalecimiento institucional de la Comisión, la implementación de planes estratégicos para el avance de los derechos humanos en la región, a la vez que reafirma la responsabilidad de los Estados de cumplir con sus obligaciones internacionales en la garantía de los derechos humanos, y su deber de una interpretación evolutiva de los mismos. Decidimos, de forma muy consciente, cerrar este editorial con la entrevista que tuvimos la honra de realizar con la artista y educadora Walidah Imarisha (EE.UU), en un ejercicio de reconocer la fuerza de esta aproximación entre arte y derechos humanos. Ella explica la importancia de la «ficción científica y visionaria» – un tema que a primera vista podría parecer no tener relación alguna con la lucha por los derechos – para la articulación política y el trabajo de los movimientos por la justicia social. Se nos plantea una pregunta sencilla: ¿cómo construir formas más justas y colectivas de reorganizar el mundo sin un ejercicio de imaginación? ¿Cómo podemos trabajar por una realidad concreta que ni siquiera podemos dimensionarla en nuestra cabeza? El mundo que queremos no existe, hay que construirlo colectivamente, y para eso sirve la ficción visionaria o la ciencia ficción radical, algo que puede ayudarnos a soñar mejor con futuros más justos y convertirlos en realidad. En las sabias palabras de Imarisha, «[…] sólo imaginando lo llamado imposible podemos empezar a construirlo concretamente”.33. Walidah Imarisha, “Rewriting The Future: Using Science Fiction To Re-Envision Justice.” Bitch Media, February 11, 2015, visitado el 31 de diciembre de 2022, https://www.bitchmedia.org/article/rewriting-the-future-prison-abolition-science-fiction.

Agradecimientos

Nos gustaría comenzar con un agradecimiento especial a Juana Kweitel, Directora Ejecutiva de Conectas hasta diciembre de 2022. No sólo por su participación activa en la preparación de esta edición, la delimitación de los temas e incluso el título de la misma, sino principalmente por su compromiso constante con todos los contenidos y nombres presentes en los números de la Sur. Destacamos su mirada siempre crítica y la confianza depositada en el potencial y alcance de la revista en su objetivo de ser un espacio relevante para la convergencia de voces, experiencias y prácticas en derechos humanos, capaz de influir en la agenda global de derechos humanos, especialmente desde el Sur Global.

¡Muchas Gracias, Juana!

Esta edición de la Revista Sur no sería posible sin el apoyo de financiadores que confían y soportan nuestro trabajo. Agradecemos especialmente a la Open Society Foundations, a Sigrid Rausing Trust y a Oak Foundation, así como a los donantes particulares e anónimos que apoyan la defensa de derechos humanos en el trabajo de Conectas.

Agradecemos, también a las siguientes personas que colaboración en esta edición: Bruno Oliveira, Camila Asano, Carla Cristina Vreche, Carlos José Beltrán Acero, Celina Lagrutta, Fernando Campos Leza, Fernando Sciré, Giovanna Cardoso Pereira, Inara Cibele Alves de Carvalho Cencig, Jane do Carmo, Javier Esteban Cencig, Karen Lang, Letícia Coelho, Lucas Gomes, Luis Misiara, Marina Rongo, Michelle Magalhães, Naiade Rufino Silva, Néle Azevedo, Raissa Belintani, Renata Amado Bahrampour, Sara Baptista, Saulo Padilha, Sebastián Porrua Schiess e Thaís Sena.