Sabiduría antigua, nuevas estrategias
La protección y la resiliencia de las defensoras y defensores de los derechos humanos son esenciales para la preservación y el avance de la justicia social. Cuando nos enfrentamos a adversarios significativamente mejor dotados, la clave de nuestro éxito radica en nuestras estrategias. Nuestra realidad tras la Covid-19 ofrece una oportunidad para que revaluemos nuestro enfoque, aprovechando el conocimiento antiguo para avanzar con seguridad por nuevos territorios.
En la época de la Covid-19, empezar una historia con un vuelo parece algo nostálgico. Pero al ser una historia sobre la protección de los y las defensoras de los derechos humanos, es importante comenzar reconociendo la pandemia y el considerable impacto que ha tenido ―y seguirá teniendo― en los derechos humanos, las libertades civiles y nuestra capacidad de unirnos. Ahora resulta aún más imprescindible que examinemos cómo mantener la seguridad y resiliencia de la sociedad civil y cómo progresará en este nuevo mundo.
Era pues una madrugada de febrero de 2020 y mi vuelo estaba a punto de aterrizar en el aeropuerto internacional de Nom Pen [Camboya]. Era el comienzo de un largo viaje que mi equipo y yo estábamos a punto de comenzar: íbamos a trabajar con las organizaciones de derechos laborales del sector de la confección durante 18 meses para ayudarles a aumentar su seguridad y ser más resilientes en la gran labor que hacen.
Cuando el avión aterrizó en la pista, pude contemplar lo que estos activistas nos habían dicho durante nuestras llamadas de preparación y entrevistas. Había numerosos relatos de ataques reiterados de las autoridades, como detenciones por acusaciones falsas, agresiones de matones contratados por propietarios de fábricas antisindicales, intimidación mediante amenazas y acoso contra ellos y sus familias, incluidas amenazas de muerte. Algunas de las frases que realmente se me quedaron grabadas se referían a la necesidad de mejorar la seguridad, pero también la falta de una hoja de ruta y de los recursos para hacerlo.
A todos nos preocupa nuestra seguridad y cómo la controlamos, especialmente después de lo que hemos pasado. La parte difícil es saber cómo gestionarla adecuadamente y disponer del tiempo, los recursos y la capacidad para mejorarla.11. Miembro del personal de la organización durante una entrevista.
Deberíamos haber hecho este proceso de seguridad hace 10 años.22. Miembro del personal de la organización durante una entrevista.
Recuerdo que pensé para mis adentros que sabía cómo se sentían, pues yo había pasado por aquello. Cuando cofundé Videre Est Credere33. Videre Est Credere, Homepage, 2020, visitado el 15 de julio de 2020, https://www.videreonline.org. en 2008 ―una ONG que expone la violencia masiva y otras violaciones graves de los derechos humanos equipando a las comunidades perseguidas y marginadas con las herramientas, la capacitación y la tecnología para documentar los abusos, exigir la rendición de cuentas y garantizar la justicia― la seguridad efectiva era claramente una necesidad. Dado el riesgo inherente que supone sacar a la luz los delitos de personas poderosas, la seguridad de quienes realizan el trabajo es primordial.
Sabía que necesitábamos poner en marcha una intervención en la que pudiéramos apoyar a los activistas sobre el terreno y crear impacto sin comprometer su seguridad. Para que el trabajo sea eficaz y sostenible, necesitábamos contar con estrategias de seguridad prácticas, pragmáticas y muy efectivas. Si no podíamos analizar y mitigar nuestros riesgos de manera completa, no sería posible cumplir nuestra misión.
Me pareció sensato contar con un especialista en seguridad. No se trataba de llevar a cabo un par de sesiones de entrenamiento. Necesitábamos construir un enfoque sistémico con una visión a largo plazo, pero fue casi imposible encontrar el encaje adecuado. Había varios proveedores de servicios, aunque parecía que la mayoría de ellos daban una capacitación en una única sesión o una formación centrada en la concienciación sobre entornos hostiles orientada a los trabajadores humanitarios o a los extranjeros que iban a trabajar en otro país, eran impartidas por muchos exmilitares varones. Como antiguo militar que soy yo mismo, no pretendo homogeneizar a un grupo muy diverso de personas, pero creo que es justo decir que algunos enfoques son incompatibles con las prioridades operacionales de la sociedad civil o las restricciones de recursos.
Por lo menos en ese momento, según mi experiencia, era muy difícil encontrar personas de la sociedad civil con los conocimientos de seguridad necesarios. A menudo carecían de conocimientos sobre la psicología, la metodología y la capacidad operacional de los oponentes, como las fuerzas de seguridad. Para algunos, los protocolos parecían más guiados por la paranoia o el posible trauma en función de sus experiencias, lo cual empañaba su capacidad de definir prioridades y distinguir claramente entre el riesgo y las suposiciones, algo que probablemente comprometería nuestras operaciones.
En realidad había y sigue habiendo gente muy capacitada que realiza una excelente labor en materia de seguridad para los defensores de los derechos humanos, como por ejemplo Frontline Defenders,44. Front Line Defenders, Homepage, 2020, visitado el 15 de julio de 2020, https://www.frontlinedefenders.org. Protection International55. Protection International, Homepage, 2020, visitado el 15 de julio de 2020, https://www.protectioninternational.org. y Access Now,66. Access Now, Homepage, 2020, visitado el 15 de julio de 2020, https://www.accessnow.org. así como numerosos actores a nivel local. Pero precisamente su experiencia hace que tengan una gran demanda y que la necesidad sea aún mayor. Su labor de proporcionar remedios y respuesta de emergencia a los activistas en peligro es extremadamente valiosa. Sin embargo, en ese momento, queríamos centrarnos en la prevención estructurada y a largo plazo en nuestra gestión de riesgos, sabiendo que ayudaría a reducir las posibilidades de que surgieran escenarios que desencadenaran respuestas de emergencia.
Al final, Videre desarrolló internamente sus propios protocolos de gestión de la seguridad y un enfoque muy operativo basado en la diversa experiencia de su equipo, con asesoramiento técnico ocasional de especialistas externos que podían mantener actualizados nuestros conocimientos sobre las tácticas de nuestros adversarios. Estoy muy orgulloso de cómo nuestro equipo ha logrado mantener la seguridad de las personas a lo largo de los años, al tiempo que realizaba una labor excelente en áreas como la documentación de la corrupción y de la violencia sistemática; la exposición de los grupos extremistas de extrema derecha y sus vínculos con los actores gubernamentales; el suministro a las Naciones Unidas de pruebas que demuestran la colusión entre las tropas del gobierno y los grupos rebeldes armados, incluidas pruebas sobre el uso de niños soldados; la captación y comunicación de nuestras pruebas de atrocidades masivas con instrumentos legales y de responsabilidad para hacer que los autores rindan cuentas, y el descubrimiento de los flujos de dinero que alimentaban una propaganda racista y antidemocrática.
En realidad, sin una sólida gestión de la seguridad, nada de esto habría sido posible. La idea de mi actual empresa social, Kamara, nació gracias al reconocimiento de la importancia de la gestión de riesgos para lograr un impacto más amplio y para la resiliencia de las organizaciones de derechos humanos que funcionen bien. Al proporcionar capacidades en materia de gestión de riesgos, investigación y acciones estratégicas para apoyar a quienes están en la primera línea de los derechos humanos y el trabajo de cambio social, creemos que podemos ayudar a contribuir a un ecosistema más fuerte de la sociedad civil.
De vuelta a Camboya. Al acercarme a la primera línea de la inmigración en el aeropuerto de Phnom Penh, reflexiono sobre esos lugares y cómo han cambiado durante mis 20 años de actuación en el ámbito de los derechos humanos. La primera línea del mostrador de inmigración es literalmente una línea de trabajadores uniformados a estilo militar, donde cada uno realiza una parte diferente del proceso: uno toma el pasaporte, otro el dinero, uno imprime la visa, otro la sella y algunos parece que simplemente vigilan. Es como un sistema analógico en un mundo que en su mayoría se ha pasado a lo digital. No puedo evitar sentir que a veces, nosotros, en la sociedad civil, somos los analógicos en contraste con lo digital de nuestros adversarios. Y aunque los recursos son innegablemente una cuestión importante en nuestras batallas entre David y Goliat, no podemos dejar de cuestionar por nuestra parte si hemos fallado en adaptarnos adecuada y estratégicamente a los cambios en el panorama de amenazas en el que operamos.
Uno de mis primeros proyectos en 2005 fue el proyecto “Shooting Back”, con B’Tselem,77. B’Tselem, Homepage, 2020visitado el 15 de julio de 2020, https://www.btselem.org. el centro israelí de derechos humanos en Cisjordania. Equipé con cámaras a los palestinos que residen en los lugares más arriesgados de los Territorios Ocupados y los entrené para que documentaran su realidad y los abusos que sufrían a manos de soldados y colonos.88. “Shooting Back: The Israeli Human Rights Group B’Tselem Gives Palestinians Video Cameras to Document Life Under Occupation,” Democracy Now!, 26 de diciembre de 2007, visitado el 15 de julio de 2020, https://www.democracynow.org/2007/12/26/shooting_back_the_israeli_human_rights. En aquellos días, se podían utilizar imágenes claras de las violaciones para cambiar la realidad. La cámara era un instrumento de protección (hasta cierto punto, aún lo sigue siendo hoy en día). Resultó ser una herramienta importante en este contexto que suponía un reequilibrio de poderes desde el soldado que llevaba el arma hacia el ciudadano que llevaba la cámara. Fue entonces cuando aprendí la limitación del poder y cómo, con estrategias inteligentes, puedes ganarte a la opinión pública, cambiar el paradigma de víctima a defensor y pasar de un papel pasivo-reactivo a un compromiso proactivo como medio de protección y progreso.
A través de este proyecto, fui testigo de cómo las comunidades del sur del Valle de Hebrón, que estaban diseminadas en kilómetros de colinas y vivían en cuevas con medios mínimos, podían trabajar juntas para protegerse de los autores de los delitos que formaban parte de uno de los ejércitos más fuertes del mundo o que contaban con su apoyo.99. “Southern Hebron Hills: Settler Violence and Army Harassment, 2005,” B’Tselem, agosto de 2005, visitado el 15 de julio de 2020, https://www.btselem.org/video/2005/08/southern-hebron-hills-settler-violence-and-army-harassment. Era la primera vez que aplicaba, sin que yo lo supiera, lo que ahora llamamos “medidas de protección colectiva”, en las que comunidades, individuos y organizaciones dispersos a lo largo de un gran espacio operan juntos, cumpliendo diferentes funciones, para su protección general. Ya fuera como observadores con cámaras que notificaban a otros sobre los movimientos de los colonos violentos, acompañando a los agricultores en los campos como testigos protectores, recogiendo pruebas para acciones legales o llamando a las autoridades y a los medios de comunicación para sensibilizarlos, todos desempeñaban un papel importante. No fue fácil. Fue una lucha continua, pero funcionó y más de una vez detuvo la destrucción de los pueblos.
La realidad hoy en día es que a nivel mundial, estas primeras líneas son aún más peligrosas que antes. Si bien hace diez años celebrábamos la Primavera Árabe y el movimiento Ocupa Wall Street, el espacio cívico se ha reducido y las reglas de participación han cambiado. Particularmente en la utilización de la legislación y la tecnología, la sociedad civil ha sido atacada desde una multitud de ángulos: la restricción de la financiación de las ONG o la interferencia en esa financiación; el acoso, el abuso y la incriminación de los activistas; las leyes draconianas que limitan la libertad de expresión; la proliferación de las tecnologías de vigilancia; el auge del derecho y el control de los relatos en las redes sociales.1010. “Human Rights Are Under Attack. Who Will Protect Them?,” World Politics Review, 1 de julio de 2020, visitado el 15 de julio de 2020, https://www.worldpoliticsreview.com/insights/27856/human-rights-are-under-attack-who-will-protect-them. Tenemos que aprender a protegernos y avanzar en nuestras misiones tanto en el ámbito físico como en el digital de forma diferente a como lo hacíamos antes.
No hay un remedio milagroso, no hay una manera única de hacer las cosas, y es fundamental tener la capacidad de diversificación y de adaptarse a circunstancias específicas. Al compartir a continuación algunos pensamientos sobre los cambios que a mi juicio son necesarios, creo que los principios estratégicos pueden, de hecho, ser aplicados en todos los escenarios. Muchos de los conocimientos necesarios ya existen en la sociedad civil: se trata de unirlos de forma más estructurada y sintetizada.
A lo largo de la historia, quienes derrotaron a oponentes más grandes y con mejores recursos lo hicieron mediante una estrategia efectiva, la coordinación y la ejecución disciplinada. Los principios clave son tan aplicables a los y las defensoras de los derechos humanos en la actualidad como lo fueron para Sun Tzu hace más de 2.500 años y que recogió en El arte de la guerra. Si bien el uso de la analogía militar puede parecer algo provocativo en este contexto, debemos estar siempre abiertos a lo que se pueda aprender para avanzar en nuestras causas, independientemente de si nos identificamos o no con los orígenes.
El ataque es la mejor forma de defensa: Si no estás luchando contra el enemigo en su territorio, lo estarás haciendo en tu espacio. Para que esto funcione, necesitas estudiar y conocer a tus adversarios tan bien como te conoces a ti mismo. La investigación de la oposición es una gran herramienta para extraer conocimientos. Cuando no tenemos los mismos recursos, necesitamos encontrar su talón de Aquiles para ser efectivos. Podemos crear la palanca que necesitamos como catalizador del cambio: como sucede en la física, una palanca situada en el ángulo correcto será capaz de mover un peso mucho más pesado.
Elegir el terreno: El tamaño de tu fuerza y la profundidad de tus recursos son un factor menos importante si estás en un terreno óptimo para tus fuerzas. Para algunos, es en la sala del tribunal; para otros, en los medios de comunicación o en la movilización de la opinión pública. Lo ideal es tener aliados en diversos terrenos, actuando al unísono, en múltiples frentes.
Redes de información eficaces: La obtención de información oportuna a través de las redes de aliados y el aprovechamiento de los conocimientos (por ejemplo, investigando a la oposición) puede proporcionar valiosos conocimientos sobre las vulnerabilidades de tus oponentes o los próximos movimientos. La obtención de información y la vigilancia del contexto son esenciales.
Coordinación de los movimientos: A fin de movernos rápidamente, especialmente en gran número, debemos estar bien coordinados con líneas claras de comunicación y estructura. No podemos ser democráticos a todos los niveles, sino que hemos de coordinarnos a través de esferas de influencia o participación previamente acordadas, foros de debate delimitados y mecanismos claros de toma de decisiones.
Elegir qué batallas ganarán la guerra: No ganaremos todas las batallas, pero debemos concentrarnos en ganar la guerra. Necesitamos tener una sólida visión estratégica a largo plazo (nuestra guerra) pero con la capacidad de, a veces, reducir nuestras pérdidas y reorientar los recursos hacia nuevas fronteras cuando surjan oportunidades (nuestras batallas). Las nefastas estrategias de actores como los hermanos Koch1212. Nota de edición: Millonarios de la industria del petróleo cuya familia tiene una gran influencia política en los Estados Unidos, especialmente entre los movimientos de extrema derecha. no estaban simplemente dirigidas a victorias inmediatas; se dirigieron a la próxima generación de educación muy eficazmente al estar dispuestos a invertir a largo plazo. Un impacto duradero requiere una inversión a lo largo del tiempo, con la flexibilidad de adaptarse rápidamente para mantener esta visión de conjunto.
Objetivos unificados claros: Este es uno de los elementos cruciales para asegurar la armonía del equipo y las posibilidades de éxito. Lamentablemente, los grupos de causas sociales sucumben con demasiada frecuencia a las diferencias semánticas que impiden una colaboración cohesionada, mientras que sus adversarios parecen ser más bien hábiles en dejar de lado sus diferencias para unirse bajo un objetivo común (a menudo el dinero o la retención o expansión del poder). Colaborar con las diversas partes bajo un objetivo común ―aunque no esté completamente de acuerdo con todo lo que representan o por lo que luchan― y encontrar la fuerza en el tejido interconectado de las áreas donde sí tienen un propósito unificado.
Controlar el relato: Tanto dirigiendo nuestros propios relatos (especialmente en el espacio digital) como contrarrestando las campañas de desinformación de los adversarios. Este es cada vez más el ámbito más eficaz para suministrar recursos ―el poder de la historia no debe ser subestimado―, no solo públicamente, sino también a nivel interno.
Cuidar el bienestar de su equipo: “Analizad cuidadosamente el bienestar de vuestros hombres, y no los sobrecarguéis. Concentrad vuestra energía y acumulad vuestras fuerzas.”1313. Tzu, The Art of War. 1414. Nota de edición: traducción libre.
Esta última observación es sin duda una de las más importantes y es la razón por la que la gestión del riesgo debería ser un elemento fundamental para cualquier defensor o defensora de los derechos humanos. Una parte integral de nuestra protección y preservación es cuidar el bienestar: es nuestra fuente de energía y sustenta nuestra resiliencia. Hay una gran cantidad de conocimientos y orientación sobre el bienestar a la que se puede acceder. Los ingredientes no son ningún secreto: conciliación de la vida laboral y personal, unidad de propósito, alivio del estrés, motivación, comida sana, ejercicio regular y dormir bien. Pero nuestro desafío es la disciplina y la coherencia en la implementación. Con frecuencia, nos resulta difícil controlar nuestro propio equilibrio al respecto, por lo que se requiere un esfuerzo colectivo. Necesitamos escucharnos y observarnos a nosotros mismos y a los demás. Debemos idear sistemas de apoyo e infraestructura que integren el bienestar, incluso en las iniciativas que financian los donantes. Debemos tener un liderazgo que lo priorice.
Mientras avanzo lentamente por el tráfico camboyano, adelanto a más de un pequeño camión que transporta una carga apretada de trabajadores sin las debidas condiciones de seguridad, sin duda de camino a una de las muchas fábricas de ropa que desempeñan un papel tan importante en la economía del país. Pienso que no se necesitaría demasiado en el sistema general para hacer algunos cambios que transformarían su viaje peligroso para hacerlo razonablemente seguro. El concepto de pasar de lo peligroso a lo seguro sustenta la razón por la que estoy aquí. Hemos recibido financiación de una fundación pionera para trabajar con algunos de sus becarios en la mitigación de riesgos, pues han reconocido el importante papel que desempeña el bienestar de sus becarios y su propio ejercicio del deber de cuidado en el éxito de sus objetivos combinados.
Ese es el tipo de liderazgo que necesitamos: un liderazgo que comprenda a los más expuestos ―y, por ende, más vulnerables― e invierta en hacer que su trabajo sea lo más seguro posible. La aplicación de medidas básicas de mitigación de riesgos para los y las defensores de los derechos humanos debe convertirse en la norma, no en la excepción. Los donantes han de destinar recursos a la seguridad de los que están en primera línea como práctica habitual. El mismo tipo de esfuerzo que se realiza en la gestión de los impactos y un sistema de equilibrio de poderes debería aplicarse a la mitigación de los riesgos. Solo podremos centrar nuestra atención de manera eficaz en nuestras fronteras estratégicas desde un espacio de riesgo bien mitigado.
Mientras estaba en Camboya, nos preparábamos para que otro equipo de Kamara volara al estado de Pará, en la Amazonia brasileña, para realizar una evaluación de las necesidades sobre cómo podríamos apoyar a los defensores y defensoras de los derechos humanos relacionados con el medio ambiente allí. Me referiré a todos los activistas, comunidades indígenas y organizaciones que realizan una asombrosa labor de primera línea para proteger la Amazonia (y el medio ambiente en general) colectivamente como “defensores/as de los derechos humanos relacionados con el medio ambiente” por motivos de practicidad, pero reconociendo que no es la denominación preferida por muchos, que se identifican de manera diferente. En el contexto de las importantes y crecientes amenazas por parte de intereses estatales, empresariales y criminales que pretenden silenciar sus luchas, queríamos hablar directamente con defensoras/es de los derechos humanos relacionados con el medio ambiente para ver si pensaban que los tipos de estrategias con que hemos trabajado podrían servirles de ayuda. Elegimos el estado de Pará porque se considera una de las regiones más mortíferas del mundo para los y las defensoras de los derechos humanos relacionados con el medio ambiente.1515. En términos absolutos, Brasil es el lugar más mortífero del mundo para los defensores de los derechos humanos relacionados con el medio ambiente: en 2017, 57 de ellos fueron asesinados en Brasil (el peor año registrado para cualquier país) y el 90% de estos asesinatos tuvieron lugar en la Amazonia: “At What Cost? Irresponsible Business and The Murder of Land and Environmental Defenders in 2017,” Global Witness, 24 de julio de 2018, visitado el 15 de julio de 2020, https://www.globalwitness.org/en/campaigns/environmental-activists/at-what-cost/. Pará tiene los índices más altos del país de violencia contra estos activistas: Sue Branford and Thais Borges, “Dismantling of Brazilian Environmental Protections Gains Pace.” Mongabay, 8 de mayo de 2019, consultado el 15 de julio de 2020, https://news.mongabay.com/2019/05/dismantling-of-brazilian-environmental-protections-gains-pace/. Considerando que durante los últimos 15 años han sido asesinados en todo el mundo 1.500 defensores de los derechos humanos relacionados con el medio ambiente, un período durante el cual se duplicó la tasa de asesinatos, se trata de una denominación muy significativa.1616. Jonathan Watts, “Environmental Activist Murders Double in 15 Years.” The Guardian, 5 de agosto de 2019, visitado el 15 de julio de 2020, https://www.theguardian.com/environment/2019/aug/05/environmental-activist-murders-double.
Los y las defensoras de los derechos humanos relacionados con el medio ambiente que entrevistamos en el estado de Pará en 2019 (justo antes del “Dia do Fogo” o Día del Fuego)1717. Leandro Machado, “O que Se Sabe Sobre o ‘Dia do Fogo’, Momento-chave das Queimadas na Amazônia.” BBC News Brasil, 27 de agosto de 2019, visitado el 23 de julio de 2020, https://www.bbc.com/portuguese/brasil-49453037#:~:text=O%20dia%2010%20de%20agosto,maior%20floresta%20tropical%20do%20mundo. se enfrentan todos a graves amenazas y expresaron una clara necesidad y deseo de ayuda en materia de seguridad, no solo en la gestión de riesgos de carácter más tradicional, sino también en el apoyo a la investigación de los autores de los ataques y las redes que los respaldan. El reconocimiento de que la investigación podría ser una herramienta muy beneficiosa para mitigar el riesgo, si se manejan correctamente, fue una observación interesante y aguda de las personas con quienes nos reunimos. La investigación de los autores de los hechos, la investigación de la oposición, el uso de inteligencia de fuentes abiertas u “Open Source Intelligence” (OSINT) e inteligencia humana (HUMIT) para comprender cómo operan nuestros adversarios puede ser un componente de protección increíblemente valioso. Es crucial garantizar primero la propia seguridad y a los demás a través de redes fuertes y protección colectiva. Pero comprender quiénes son los que atacan y aprender lo más posible sobre ellos, tanto para adelantarse a sus tácticas como para trabajar para aumentar el costo político que pagan por el daño que perpetran, es crucial para que podamos avanzar.
Es indispensable que seamos capaces de replantearnos la forma en que trabajamos para superar cualquier obstáculo miope y estructural que tengamos, con el objeto de crear mecanismos de apoyo eficaces en torno a los defensores y las defensoras de los derechos humanos. Tenemos que redefinir nuestra percepción de la protección y nuestra manera de afrontar el riesgo. Nuestras capacidades para seguir siendo resilientes y para generar impacto están íntimamente relacionadas y debemos comenzar a reconocer el papel crucial que la mitigación de riesgos, el aprovechamiento de los conocimientos y la colaboración en redes tienen en nuestra capacidad para mantener la seguridad y la eficacia de la sociedad civil.
Cuando dejé Camboya para volver a casa, la Covid-19 había dejado el aeropuerto de Bangkok prácticamente vacío. Debido a la pandemia, aún no estoy seguro de cuándo podremos volver a Camboya para el siguiente capítulo de nuestro viaje juntos. Todos nosotros, a nivel mundial, nos hemos visto obligados a revisar nuestras metodologías y a encontrar formas alternativas de mantenernos conectados y unificados dentro de este nuevo contexto. Todos hemos de adaptarnos al nuevo terreno, tanto nosotros como nuestros adversarios. Esta es una oportunidad no solo para reflexionar, sino para crecer. Creo que ahora, debido a la pandemia, es aún más imprescindible que en el espacio de la sociedad civil tomemos medidas rápidas. Nuestro mundo posterior a la Covid se parece mucho a un golpe combinado de las recesiones posteriores al 11 de septiembre y a 2008, en las que las circunstancias llevaron a una ampliación de los poderes de los gobiernos, al aumento de la desigualdad dentro de la sociedad y a la supresión de las libertades civiles que siguen resonando hoy en día. Mientras que luchamos para aceptar el impacto en nuestra vida diaria y en el trabajo, debemos trabajar juntos para asegurarnos de que protegemos a las personas que están en primera línea y mantener nuestra visión más amplia.