Editores de Sur – Revista Internacional de Derechos Humanos
Editora Invitada / Geledés – Instituto de la Mujer Negra
Los datos existentes sobre la desigualdad racial ponen de manifiesto la persistencia del racismo en todo el mundo. En 2018, diecisiete años después de la III Conferencia Mundial de Combate al Racismo, Discriminación Racial, Xenofobia e Intolerancia Correlacionada realizada en Durban, Sudáfrica, y 130 años después de la abolición de la esclavitud en Brasil, aún inconclusa, los legados del Jim Crow, la esclavitud y el apartheid prosiguen y se reproducen todos los días en Estados Unidos, Brasil y Sudáfrica.11. http://documents.worldbank.org/curated/en/530481521735906534/Overcoming-Poverty-and-Inequality-in-South-Africa-An-Assessment-of-Drivers-Constraints-and-Opportunities. OXFAM, A Distância Que Nos Une, 2017, https://www.oxfam.org.br/sites/default/files/arquivos/Relatorio_A_distancia_que_nos_une.pdf. Fórum Brasileiro de Segurança Pública, Um Retrato da Violência contra Negros e Negras no Brasil, 2017, disponible en: http://www.forumseguranca.org.br/wp-content/uploads/2017/11/infografico-consciencia-negra-FINAL.pdf. En otras partes del Norte y Sur globales la situación de grupos raciales históricamente discriminados no es diferente. Europa ha sido escenario de casos de xenofobia en el contexto de la cuestión migratoria.22. Ver, https://sur.conectas.org/home/edicao-23/ La Relatora Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre formas contemporáneas de racismo – una de las autoras en este número de la Revista Sur – ha reportado sobre racismo en países tan diversos como Australia, Mauritania, Hungría y Colombia.33. https://www.ohchr.org/EN/Issues/Racism/SRRacism/Pages/CountryVisits.aspx.
Para hacer justicia a la complejidad y urgencia de la lucha antirracista hoy, esta edición de la Revista Sur trata justamente de servir de espacio para las voces que buscan maneras de reposicionar el tema raza en el centro de la agenda de derechos humanos. En sus 14 años de existencia, la Revista Sur publicó solamente dos textos sobre racismo. Este número especial inicia una nueva trayectoria para la Revista, conectando el racismo a otras graves violaciones de derechos humanos contemporáneas. Reconocemos, de esta manera, que la raza es un elemento estructurante de cómo los derechos son históricamente concebidos, negados y usufructuados de forma desigual en Brasil – y en todo el mundo. Los artículos aquí publicados comparten la necesidad de que repensemos los movimientos de derechos humanos – incluso sus estrategias, narrativas y formas de financiación – si queremos seriamente construir otro mundo en el que no exista la desigualdad racial.
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Por primera vez, la Revista Sur ofreció tres becas de escritura para autores/as negros/as. El objetivo de las becas fue incentivar y apoyar a activistas y/o investigadores negros/as para que escriban sobre sus experiencias y/o investigaciones sobre racismo y derechos humanos en el contexto brasileño. Cada becario recibió un valor monetario, durante tres meses, equivalente a una beca de posgrado en Brasil, entre octubre y diciembre de 2018, además de pasar por un proceso de mentoría en la producción de sus textos. Las autoras seleccionadas para las becas de escritura de esta 28ª edición fueron: Megg Rayara Gomes de Oliveira, Aline Maia Nascimento y Rosane Viana Jovelino, cuyos trabajos la Revista Sur tiene el honor de publicar. Esta edición cuenta, asimismo, con un artículo del editor ejecutivo Thiago Amparo, que presenta una radiografía más detallada de las 803 candidaturas recibidas para la beca de escritura de esta Revista, con el propósito de incentivar otras iniciativas de apoyo de esta naturaleza para autores/as negros/as.
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Violencia institucional y criminalización de cuerpos negros componen el tema del primer conjunto de artículos de esta edición de la Revista Sur. Pese a que se trata de cuestiones recurrentes en los debates sobre raza y derechos humanos – dada la persistencia de formas crueles de punición a cuerpos negros – las contribuciones de esta sección presentan una nueva mirada sobre cómo activistas y académicos pueden combatir la violencia institucional. En este sentido, la Revista Sur abre esta edición con la investigación de la socióloga Aline Maia Nascimento (Brasil), una de las seleccionadas para beca de escritura, sobre tribunales populares – en especial, Tribunal Popular Winnie Mandela y Tribunal Popular da Baixada Fluminense en Río de Janeiro – como forma de incidencia política sobre la violencia letal perpetrada contra personas negras. Aline describe con una sensibilidad sin igual cómo la violencia institucional se manifiesta también en pequeñas pérdidas, “sutilezas de la vida cotidiana” (como las llama), compuestas por las violaciones sufridas a diario por las víctimas y sus familiares en busca de sus derechos.
Igualmente atenta a las violencias cotidianas impuestas por el genocidio contra la población negra en Brasil, la directora de cine Natasha Néri (Brasil) brinda a esta edición el minidocumental Luto para Nós é Verbo. Producido a partir de entrevistas con madres de jóvenes muertos por fuerzas policiales de seguridad, Natasha expone en él cómo el dolor se transforma en lucha política, como la de las Mães de Maio, grupo de madres de jóvenes víctimas de violencia letal del Estado. El documental concluye de forma visceral con un llamado a la movilización por la dignidad de las vidas negras.
Conscientes de que gran parte da violencia estatal contra cuerpos negros en muchos países se da bajo la égida de la llamada guerra a las drogas, Nathália Oliveira y Eduardo Ribeiro (Brasil) – ambos fundadores de la Iniciativa Negra por una Nueva Política sobre Drogas (INNPD) – reflexionan sobre el nacimiento de esta iniciativa en 2015 como un importante interlocutor en la construcción de políticas de droga. Los autores replantean la cuestión del racismo, poniéndola en el centro de las desdichadas políticas punitivistas de drogas. El racismo deja, por lo tanto, de ser considerado apenas como un efecto colateral de la guerra a las drogas, y pasa a ser visto como una forma de mantención de una economía de violencias contra el cuerpo negro.
Otro conjunto de artículos cuestiona la eficacia de la judicialización de temas de racismo, evidenciando sus potencialidades y limitaciones. A partir del caso de discriminación racial en el ambiente de trabajo sufrido por John Jak Becerra, Maryluz Barragán González (Colombia) analiza barreras institucionales que vuelven ineficientes los instrumentos antidiscriminatorios existentes en Colombia, incluida la falta de capacidad de las empresas y de los funcionarios públicos para tramitar las denuncias. Maryluz narra el caso de Becerra, juzgado por la Corte Constitucional Colombiana, a la luz de estas barreras institucionales, las cuales la Corte trató de romper ordenando una lista de medidas correctivas para las empresas y para el Ministerio de Trabajo en casos de acoso en el trabajo por motivos raciales.
Colombia y Brasil poseen normas detalladas contra la discriminación racial, pero ambos países todavía carecen de efectiva implementación de dichas normas, muchas veces por deficiencias en la propia narrativa judicial sobre discriminación. Al encarar esta temática, Thula Pires (Brasil) cuestiona cómo un estándar de humanidad determinado por el sujeto soberano (hombre, blanco, cis/hétero, cristiano, propietario y sin discapacidad) define la narrativa jurídica sobre raza. Con base en decisiones judiciales sobre racismo e injuria racial, la autora muestra de qué forma el Poder Judicial revela abiertamente en su narrativa procesos históricos de deshumanización de negros, sin considerarlos como sujetos de derechos que puedan estar en el mismo nivel del ideal de sujeto soberano.
Algunas veces, es el propio Poder Judicial el que perpetúa el racismo. Lívia Casseres (Brasil) trata del crimen de aborto en Brasil desde la perspectiva de las mujeres negras. Sostiene la autora que la criminalización del aborto representa una política de muerte para las mujeres negras. A partir del estudio del caso pendiente ante la más alta corte brasileña en la que se discute la constitucionalidad del aborto provocado o consentido por la gestante y del aborto provocado por tercero con el consentimiento de la gestante, la autora defiende que el discurso antirracista debería ocupar un papel central en la interpretación constitucional de igualdad.
Cuatro artículos de esta edición cuestionan en qué medida las estrategias, narrativas y financiaciones de organizaciones y movimientos de derechos humanos se toman en serio el tema raza. Dos textos abordan profundamente la cuestión de la financiación en derechos humanos. En un artículo inspirado por experiencias personales siendo “la única mujer negra en la cena de filantropía”, Nicolette Naylor (Sudáfrica), directora regional de la Oficina de la Fundación Ford para el África Austral, cuestiona si las fundaciones orientadas a promover la justicia social de hecho practican lo que pregonan. Distintos casos recientes de acoso sexual, intimidación y discriminación racial en organizaciones de derechos humanos sugieren, según la autora, que no hemos reflexionado lo suficiente sobre nuestros valores y prácticas en el sector de filantropía.
Continuando esta conversación sobre el papel de las fundaciones en temas de raza y derechos humanos, la Revista Sur cuenta con un artículo escrito por seis autores que integran la Open Society Foundations – Mariana Berbec-Rostas, Soheila Comninos, Mary Miller Flowers, Sue Gunawardena-Vaughn, Michael Heflin y Nina Madsen (Estados Unidos). Los autores emplean una perspectiva de equidad racial para los desafíos de financiación de derechos humanos. Partiendo de las lecciones aprendidas en su trabajo con derechos humanos, los autores sugieren una serie de valiosas recomendaciones para mejorar la financiación de la lucha contra el racismo, entre ellas: redistribuir recursos para organizaciones y movimientos directamente impactados por el racismo; desarrollar un diálogo abierto y franco sobre diversidad e inclusión en organizaciones de la sociedad civil y, también como financiadores, tomarse a la interseccionalidad en serio.
Para repensar la relación entre raza y derechos humanos, es necesario rever las narrativas de los movimientos de derechos humanos. A. Kayum Ahmed (Sudáfrica) y Denise Carreira (Brasil), en sus respectivos artículos, analizan críticamente de qué forma los movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil discurren sobre racismo y derechos humanos. Kayum analiza el #RhodesMustFall (en traducción libre, #RhodesDebeCaer), un movimiento estudiantil radical negro que busca abordar al racismo sistémico en la universidad liberal blanca por medio de su demanda por descolonizar la institución. A través de entrevistas con activistas estudiantiles, el autor revela cómo este movimiento concibe la raza en la Sudáfrica post apartheid, privilegiando un enfoque descolonial centrado en la consciencia negra, rechazando una perspectiva de derechos humanos. Por su parte, Denise Carreira examina el rol de los activistas blancos en la lucha antirracista. Mediante construcciones teóricas como privilegio de la blanquitud y fragilidad blanca, Denise defiende que no basta que activistas blancos apoyen la lucha antirracista, sino que estos deben integrar la lucha por medio del cuestionamiento crítico de su propia condición privilegiada. En este sentido, Denise propone la necesidad de un mayor involucramiento de parte de las personas blancas y de las instituciones comprometidas con la promoción, defensa y garantía de los derechos humanos en la lucha antirracista.
Para repensar la relación entre raza y derechos humanos, es necesario que las agendas internacionales y regionales de derechos humanos pongan a la cuestión de la raza en su centro. Dos artículos de este número proponen justamente esta reflexión. E. Tendayi Achiume (Zambia) – actual Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre Formas Contemporáneas de Racismo, Discriminación Racial, Xenofobia e Intolerancia Relacionada – cuestiona por qué las personas de color en la línea de frente permanecen excluidas de la toma de decisiones y de la producción de conocimientos sobre derechos humanos. Tendayi argumenta que la agenda global de derechos humanos necesita comprometerse más claramente con la igualdad racial substantiva. Para ello, habrá que reconocer que la discriminación racial atraviesa, de manera estructural e interseccional, todo el campo de los derechos humanos. También hará falta, según Tendayi, tomar en serio el papel de las comunidades de color y sus defensores no solo en el combate a la desigualdad social, sino también en la definición de la propia naturaleza de los derechos humanos.
Roberto Rojas Dávila (Perú) contribuye para este debate rescatando los fundamentos históricos del tema del racismo en la agenda internacional y regional. Coordinador de la Sección de Grupos en Situación de Vulnerabilidad de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Roberto argumenta que la inclusión de la temática afrodescendiente en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos es relativamente nueva, teniendo tan solo 18 años contados a partir de la Conferencia Regional de las Américas en el año 2000. El autor recuerda que en 2013 la Asamblea General de la OEA aprobó la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Correlacionadas de Intolerancia y la Convención Interamericana contra Todas las Formas de Discriminación e Intolerancia, aunque pocos Estados miembros de la OEA han ratificado hasta este momento dichas convenciones. En este sentido, el autor considera fundamental ver la Década Internacional de los Afrodescendientes (2016-2025) como la oportunidad perfecta para debatir el racismo y la discriminación racial en las Américas seriamente, reposicionando la cuestión racial en el centro de la agenda regional de derechos humanos.
Una serie de artículos busca cuestionar una visión única de la negritud, presentando algunas intersecciones entre negritud y otros marcadores de diferencia. Dos becarias de escritura en esta edición hacen precisamente eso, al hablar de mujeres transexuales y travestis negras y de comunidades quilombolas. En su artículo, Megg Rayara Gomes De Oliveira (Brasil) problematiza el proceso de invisibilización de travestis y/o mujeres transexuales en el movimiento social de negras y negros en Brasil. Megg rescata la historia de muchas mujeres transexuales y travestis negras en la lucha por derechos, así como problematiza la masculinidad al interior del movimiento negro. Por ser travesti negra y por estudiar con ahínco a las mujeres transexuales y travestis negras en la lucha antirracista, Megg nos ofrece una mirada distinta sobre las contradicciones dentro del propio movimiento negro, y termina proponiendo nuevos rumbos para alterar el cuadro de invisibilización respecto a la existencia de travestis y transexuales negras en el movimiento negro.
Con una mirada igualmente única, Rosane Viana Jovelino (Brasil), la tercera autora contemplada con la beca de escritura de esta edición, nos lleva a observar con detalles el proceso de organización socio-política y económica de las comunidades quilombolas de la Cuenca y Valle del Río Iguape, en el municipio de Cachoeira, estado de Bahía (nordeste brasileño). Mucho se ha escrito sobre quilombolas – descendientes de africanos esclavizados que preservan tradiciones culturales, económicas y religiosas por siglos, como los describe la autora –, sin embargo, pocos artículos logran traer una mirada de una autora ella misma quilombola, con base en un conocimiento profundo sobre cómo las comunidades quilombolas de hecho ejercen sus saberes y prácticas ancestrales y su pertenencia a la tierra tradicional. Rosane argumenta que, al tener precariamente reconocidas sus identidades, estas comunidades ven comprometidas su pertenencia territorial y su posibilidad de tener derechos.
Otro artículo que nos hace la intersección entre raza y género es el de la escritora Juliana Borges (Brasil). Juliana nos ofrece un amplio análisis sobre cómo las mujeres negras han sido punidas en Brasil, desde el período de la esclavitud, cuando eran sometidas a violaciones sistemáticas. La autora se enfoca entonces en el impacto de la política punitivista de drogas, constatando que 62% de las mujeres presas lo están por crímenes relacionados a drogas. El artículo artigo termina convocando a las investigadoras negras a ampliar la voz de las mujeres negras en situación de cárcel, así como a pautar a agenda de derechos humanos con una visión de igualdad racial radical, vislumbrando en el futuro el fin de las prisiones.
Además del video dirigido por Natasha Néri (presentado más arriba), esta edición cuenta con tres otras contribuciones sobre arte, raza y derechos humanos. Revista Sur tiene el honor de publicar una selección de 18 obras de la exposición Historias Afro-Atlánticas, con curaduría de Hélio Menezes y Lilia Schwarcz (Brasil). Recientemente considerada la mejor exposición del mundo en 2018 por el periódico The New York Times, Historias Afro-Atlánticas propone diálogos y flujos entre distintas partes del Atlántico Negro: entre el África, las Américas, el Caribe y Europa. La exposición, que estuvo abierta hasta octubre de 2018 en São Paulo (Brasil), reunió una selección de 450 trabajos de 214 artistas, de los siglos 16 a 21, siendo realizada en conjunto por el Museo de Arte de São Paulo (MASP) y pelo Instituto Tomie Ohtake en São Paulo, Brasil. Al traer de esta exposición ocho diferentes subtemas, se espera que las imágenes reproducidas en la Revista Sur puedan estimular el diálogo sobre raza y derechos humanos entre las diferentes regiones a las que llega la Revista.
Esta edición de la Revista Sur no solos trae arte en sus páginas, sino que también propone dos reflexiones en forma de artículo sobre el papel del arte en la lucha antirracista. El joven Rhuann Fernandes (Brasil) acerca a la Revista Sur la poética de los slams de Río de Janeiro. Rhuann compara las relaciones sociales desarrolladas entre los slams y las rondas culturales de rap en Río de Janeiro. El autor muestra los elementos de negritud presentes en los poemas y rimas de estas dos expresiones artísticas. Más que denunciar desigualdades raciales, los slams y las rondas culturales de rap reivindican un lugar para la afirmación positiva de la cultura e identidad negras en Brasil. Tal visión de la afirmación de otros discursos estéticos está presente en el texto de Diane Lima (Brasil). Al reflexionar sobre cómo las artes tradicionalmente legitiman estándares de belleza, quién merece y quién no merece ser visto, así como las nociones de verdadero o falso, Diane usa su experiencia como curador de arte para proponer una práctica curatorial desde la perspectiva de las mujeres negras. Diane va, empero, más allá: convoca a artistas y curadores a pensar nuevas formas de autodeterminación, complejas como los cuerpos y sus deseos, interseccionales como sus pautas, que traspasan los límites de las leyes estrictas de la racialidad.
Colocar a la raza en el centro del debate de los derechos humanos era el principal objetivo de esta edición. Se espera, sin embargo, que el lector vea en esta edición de la Revista algo más: el nacimiento de una nueva generación de pensadoras y pensadores negros/as, con habilidad incuestionable para resignificar no solamente el sentido de raza, sino principalmente lo que vienen a ser derechos humanos.
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Conectas quisiera enfatizar que esta edición de la Revista Sur fue posible por el apoyo de la Fundación Ford, por medio de sus oficinas en Brasil. Además, queremos agradecer a Open Society Foundations, Oak Foundation, Sigrid Rausing Trust, así como a los donantes individuales que apoyan institucionalmente el trabajo de la organización.
También agradecemos profundamente a las siguientes personas por haber ayudado en esta edición: Adriana Guimarães, Barney Whiteoak, Carlos José Beltrán Acero, Celina Lagrutta, Christine Puleo, Fernando Campos Leza, Fernando Sciré, Jane do Carmo, Karen Lang, Laura Eskudlark Lilian Venturini, Luiza Bodenmuller, Pedro Maia Soares, Raquel Lima Catalani, Renato Barreto, Sebastián Porrúa Schiess. Nuestro agradecimiento especial va para los autores y para el equipo editorial y consejo ejecutivo de la Revista, por el arduo trabajo.
Como siempre, los integrantes del equipo de comunicación de Conectas merecen un enorme crédito por su dedicación a esta edición.