Sur 26 – Carta a las lectoras y los lectores

Con la colaboración de

Juana Kweitel

Directora ejecutiva, Conectas Derechos Humanos

James Savage

Oficial de programa, The Fund for Global Human Rights

Oliver Hudson

Editor, Revista Sur

Desde que comenzamos a preparar la 26ª edición de Sur – Revista Internacional de Derechos Humanos, para la cual Conectas agradece haber colaborado con el Fondo para los Derechos Humanos Mundiales (el Fondo), hemos asistido a continuas represiones de la sociedad civil por todo el mundo.

Como queda constatado por el alcance geográfico de las contribuciones (autores de 16 países) y los infográficos de esta edición, el tema refleja sin duda una preocupación mundial. La primera sección de la revista busca abordar por qué está ocurriendo la represión, quién la está llevando a cabo y si hay intercambio de ideas entre los actores.

La edición se enfoca a continuación en las estrategias que los activistas están implementando para combatir la represión. Se puede ver un resumen de estas estrategias en un video que recoge una serie de perspectivas de los autores activistas, compartidas cuando se encontraron en un retiro para escritores en São Paulo en octubre de 2017.

Al decidir hacer esta edición especial de Sur, Conectas y el Fondo pretendieron atender el desequilibrio en el material actualmente disponible, la mayor parte del cual se enfoca en los diagnósticos, en vez de en las respuestas a las represiones que estamos viendo. Las contribuciones a esta edición ofrecen una gran cantidad de estrategias que los autores activistas están implementando en sus contextos locales, que pueden ser adaptadas o replicadas en otros países o regiones. Los autores ofrecen un análisis autocrítico, ayudando a los lectores a entender qué estrategias son eficaces, pero también cuáles son los desafíos de cada una de ellas.

Esta edición también incluye contribuciones que tratan la resiliencia, sostenibilidad y bienestar financieros de las organizaciones de derechos humanos en el contexto de las restricciones a la filantropía transfronteriza y de la inseguridad y miedo creado por la actual ola de represión vista en todo el mundo.

A pesar de los escenarios difíciles en los que muchos de los autores de esta edición operan, el mensaje general no es el de estar ante una batalla perdida contra fuerzas todopoderosas. En vez de eso, los activistas en esta edición describen una sociedad civil vibrante que se está adaptando a los desafíos actuales con creatividad, resiliencia y esperanza. Además, las contribuciones subrayan la importancia y eficacia de la coordinación y alianzas entre los movimientos de la sociedad civil, yendo más allá de los compartimentos estrechos que a menudo ocupamos. Cuando esta creatividad, resiliencia y esperanza se unen con un sentido renovado de comunidad y propósito común, sobrepasando las barreras tradicionales, comenzamos a ver una fuerza que puede resistir la represión y recuperar el espacio civil.

1. Las causas de la represión sobre la sociedad civil

Para ayudar a comprender por qué estamos presenciando esta represión, Ana Cernov, Victoria Ohaeri, Olga Guzman y Zoya Rehman hacen referencia a la percepción negativa de los activistas de derechos en muchos contextos y los cuestionamientos sobre la legitimidad y la rendición de cuentas de las ONG – promovidos con frecuencia por las autoridades represivas para favorecer sus intentos de restringir la sociedad civil y que limitan la capacidad de la sociedad civil de contraatacar, en la medida en que entonces carece de un amplio apoyo público. Maina Kiai, Danny Sriskandarajah y Mandeep Tiwana y Denise Dora, Ravindran Daniel y Barbara Klugman resaltan el papel del sector privado y su convergencia de intereses, incluso colusión, con los gobiernos represivos, como otro importante impulsor de la represión. Cuando la mayoría de las empresas están enfocadas en maximizar los beneficios, estos autores cuestionan que este sector pueda realmente ser un aliado en la promoción y defensa de los derechos humanos.

Varias contribuciones apuntan al Norte global, cuyo papel en la represión no ha sido suficientemente examinado. Ana Cernov, Maina Kiai, Danny Sriskandarajah y Mandeep Tiwana concluyen que las tendencias populistas y nacionalistas en alza en el Norte global están envalentonando a los gobiernos represivos a justificar restricciones de modo más descarado con la idea de que “si ellos se salen con la suya, nosotros podemos salirnos con la nuestra” (Maina Kiai). Además, estas tendencias también hacen que llegue menos dinero al Sur global para apoyar trabajo crucial que protege y capacita a la sociedad civil, ya sea porque los presupuestos de ayuda están disminuyendo o porque las poblaciones se están volviendo más selectivas en sus donaciones personales. (Ana Cernov). No se debe olvidar el papel del Norte en relación al Grupo de Acción Financiera (comentado por Ana Cernov, Victoria Ohaeri y Miguel de la Vega), fundado después de todo por un grupo de países del Norte, el G7, en 1989 – cuyo legítimo fin de contrarrestar el financiamiento terrorista y evitar el blanqueo de dinero ha fortalecido involuntariamente a los Estados represivos.

Resulta crucial destacar que por debajo de todo esto subyace el hecho de que la represión mundial es un “fenómeno con connotaciones de género” (Bondita Acharya, Helen Kezie-Nwoha, Sondos Shabayek, Shalini Eddens y Susan Jessop). Las mujeres y la comunidad LGBTI no solo sufren represión por la naturaleza de género de su trabajo, pues, en los países donde la sociedad civil está siendo particularmente atacada, los papeles tradicionales de género y los valores patriarcales son utilizados como medios adicionales de represión, combinados con otras formas de discriminación basadas en la orientación sexual, clase y raza.

2. Las estrategias que los autores activistas utilizan para responder a la represión

2.1 Formación de coaliciones y alianzas

La importancia de formar coaliciones y alianzas fue mencionada con frecuencia por los autores como una estrategia clave para resistir a las restricciones contra la sociedad civil (Ana Cernov, Stefánia Kapronczay, Adrian Jjuuko y Linette du Toit, Danny Sriskandarajah y Mandeep Tiwana, Miguel de la Vega, Olga Guzman, Raull Santiago, Zoya Rehman, Jonas Bagas, Valerie Msoka y Denise Dora, Ravindran Daniel y Barbara Klugman). Los autores describen cómo la formación de coaliciones y alianzas ayuda a abrir los compartimentos tradicionales en los que las organizaciones de derechos humanos operan con frecuencia. Trabajar en coaliciones y alianzas proporciona una voz y acción colectiva más potente que puede contribuir al intercambio de conocimientos y al desarrollo de capacidades en torno a estrategias y tácticas para el cumplimiento normativo y la resistencia. Además, esta estrategia reduce la posibilidad, o impacto, de que una organización sea perseguida por las autoridades. Dicho esto, el proceso no carece de desafíos. Decidir cuáles son los objetivos comunes y garantizar que todas las organizaciones tengan igualdad de voz, con independencia de su tamaño y recursos, puede ser difícil en el mejor de los casos, y lo es aún más en un contexto de represión continua donde hay más en juego. Y a veces los puntos de vista de los miembros pueden chocar provocando fracturas o incluso el colapso de la alianza.

2.2 Protestas

La manifestación de protesta sigue siendo una estrategia importante, a la que Maina Kiai describe como lo “más eficaz” para poner de manifiesto el uso de fuerza excesiva por parte del Estado contra la sociedad civil. Sara Alsherif describe cómo la organización No Military Trials for Civilians (Ningún Juicio Militar para Civiles) ha utilizado la protesta como una estrategia para hacer campaña contra los juicios militares a civiles en Egipto. la autora analiza los peligros que las manifestaciones de protesta pueden representar para la vida y el cuerpo, particularmente pronunciados en los países que tienen gobiernos represivos, y la importancia de evaluar la estrategia considerando estos riesgos. En consecuencia, el grupo ha adaptado cómo y cuándo utilizar la protesta a la creciente brutalidad de las autoridades hacia los manifestantes.

2.3 Investigación e incidencia política

Victoria Ohaeri y Miguel de la Vega describen cómo sus respectivas organizaciones consideran la supervisión, comprensión y registro de las medidas restrictivas como un primer paso para una resistencia eficaz al cierre de espacios cívicos. Es crucial estar atento a todas las leyes que están siendo discutidas por el parlamento ya que puede haber intentos de restringir la sociedad civil detrás de los proyectos de ley más aparentemente inocuos. Además, al adquirir estos conocimientos, la organización se convierte en un referente en la materia y por tanto refuerza su incidencia política en el tema tanto nacional como internacionalmente en los medios de comunicación y en las audiencias parlamentarias sobre proyectos de ley. Denise Dora, Ravindran Daniel y Barbara Klugman también destacan la producción de conocimientos como una herramienta importante, sobre todo cuando tiene una perspectiva del Sur global, pues esto ayuda a conformar la comprensión mundial de las fuerzas implicadas globalmente y orientar las respuestas de las ONG y donantes internacionales.

2.4 Participación en el sistema legislativo y judicial

Pese a los importantes desafíos y restricciones que muchas autoridades están imponiendo a la sociedad civil, Miguel de la Vega, Sara Alsherif y Jonas Bagas afirman que sigue siendo importante, en ciertos contextos, mantener diálogos con el gobierno y encontrar puntos de vista más comprensivos o incluso aliados dentro de lo que puede parecer un sistema político muy cerrado. Tales individuos pueden constituir un punto de entrada para iniciar un diálogo, enviar propuestas o incluso encontrar un modo alternativo de financiación.

Cuando no es posible tener aliados políticos, el sistema judicial continua siendo un instrumento importante, con muchos éxitos, como señalan Victoria Ohaeri, Adrian Jjuuko y Linette du Toit. Aparte de presentar casos ante los tribunales internacionales, la importancia de operar a nivel regional también es resaltada por Denise Dora, Ravindran Daniel y Barbara Klugman y Adrian Jjuuko y Linette du Toit. Tales acciones ayudan a contrarrestar la narrativa de que los valores de la sociedad civil derivan del Norte global – una estrategia utilizada con frecuencia por los gobiernos represivos para desacreditar el trabajo de las ONG.

2.5 Nuevos medios de comunicación y espacios en línea

El papel de los nuevos medios de comunicación y espacios en línea en la lucha contra la represión es frecuente en las contribuciones. La facilidad y rapidez con la que la información puede ser comunicada en plataformas como Facebook, Twitter, WhatsApp y Telegram es considerada importante para movilizar apoyo rápidamente así como para llegar a grupos previamente inexplorados (Sara Alsherif, Zoya Rehman, Raull Santiago, Victoria Ohaeri, Valerie Msoka y Denise Dora, Ravindran Daniel y Barbara Klugman). A pesar de las oportunidades, Bondita Acharya, Helen Kezie-Nwoha, Sondos Shabayek, Shalini Eddens y Susan Jessop, Sara Alsherif y Zoya Rehman señalan los desafíos que las herramientas digitales presentan. El acoso en línea de activistas es cada vez más habitual, sobre todo de las mujeres. Además, las autoridades están desarrollando constantemente nuevos modos de monitorizar estas plataformas. Para combatir esto, Sara Alsherif describe cómo desarrollar relaciones con compañías de tecnología puede ayudar a los activistas a mantenerse un paso por delante de las restricciones.

La utilización del video es examinada por Hagai El-Ad y Raull Santiago, que describen cómo este medio es un instrumento importante para captar las restricciones infligidas en la sociedad civil en sus respectivos contextos. Además, Raull Santiago describe cómo su colectivo está intentando utilizar esas imágenes de video, captadas por miembros de su comunidad, en procesos judiciales contra las fuerzas policiales.

2.6 Resiliencia y cuidado de sí

Carlos Patiño discute la importancia de desarrollar y mantener la resiliencia entre los activistas. El cuidado de sí es solo uno de los métodos que menciona y es explorado en más detalle por Adrian Jjuuko y Linette du Toit y Ana Hernández y Nallely Tello. Ambos artículos subrayan que el cuidado de sí de los activistas debe desempeñar un papel central en el mantenimiento del movimiento; tanto los individuos como las organizaciones comparten una responsabilidad en garantizar este bien estar. El papel de los donantes en asegurar que haya fondos disponibles para este tipo de cuidado también es discutido por Bondita Acharya, Helen Kezie-Nwoha, Sondos Shabayek, Shalini Eddens y Susan Jessop.

3. Respaldando al movimiento y a los activistas en este contexto

Danny Sriskandarajah y Mandeep Tiwana, Maina Kiai y Bondita Acharya, Helen Kezie-Nwoha, Sondos Shabayek, Shalini Eddens y Susan Jessop subrayan que los donantes deben enfocarse más en financiar a organizaciones de base y proporcionar medios de financiación más flexibles para facilitar acciones de respuesta rápida de organizaciones que, si eso no ocurre, están limitadas por la financiación de proyectos. Engorrosos requisitos en la presentación de informes y en las convocatorias de financiación, que crean competición entre las organizaciones, también son resaltados como ámbitos donde los financiadores deben mejorar sus políticas para permitir a los activistas actuar con agilidad y enfocarse no solo en su misión sino también en la defensa del espacio en el que operan.

Jonas Bagas ofrece una perspectiva crítica sobre la manera en que los financiadores abandonan ciertos países y regiones, cuyos efectos son exacerbados por el contexto de una reducción del espacio cívico. Sugiere la mejor manera de gestionar el proceso, tanto por parte de los financiadores como de la sociedad civil para garantizar la sostenibilidad de las organizaciones involucradas. Esto requiere inevitablemente adaptabilidad por parte de la sociedad civil. La cuestión de la adaptabilidad en el contexto de restricciones a la sociedad civil también es tratada por Shannon Green. Ella presenta modelos alternativos de organización y financiación que pueden ayudar a los activistas a eludir las represiones dirigidas contra las ONG. G. Ananthapadmanabhan y Shambhavi Madhan señalan que los activistas también deben adaptar su lenguaje y la manera en que se comunican con los financiadores para reducir la distancia entre los derechos humanos y la financiación para el desarrollo.

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Conectas quiere destacar que esta edición de la Revista Sur ha sido posible gracias al apoyo de Channel Foundation, Fundación Ford, Open Society Foundations, Oak Foundation, Sigrid Rausing Trust, International Development Research Centre (IDRC) y Swedish International Development Cooperation Agency (SIDA), además de algunos donantes anónimos. Un agradecimiento especial por esta 26ª edición al Fund for Global Human Rights, en particular a James Savage, cuya disposición a compartir sus conocimientos sobre la cuestión del espacio cívico con los autores y el equipo editorial ha contribuido enormemente a esta edición.

También estamos sumamente agradecidos a las siguientes personas por ayudarnos con esta edición: Alexandra DeBlock, Adriana Guimarães, Bianca Santana, Celina Lagrutta, Daniella Hiche, Evandro Lisboa Freire, Fernando Campos Leza, Fernando Sciré, Gustavo Huppes, Gustavo Valentim, Isis Lima Soares, Joana Amaral, Karen Lang, Luiza Bodenmuller, Mariana Manfredi, Muriel Asseraf, Nilda Bullain, Pedro Maia Soares, Renato Barreto, Sebastián Porrúa Schiess y Thiago Amparo. Asimismo, estamos especialmente agradecidos por la colaboración de los autores y el trabajo duro del equipo editorial y del consejo ejecutivo de la Revista.

El equipo de comunicación de Conectas y el Fund for Global Human Rights merecen un gran reconocimiento por su dedicación en esta edición.