Ensayos

Los derechos de la mujer y los movimientos feministas en Irán11. Este artículo es una versión editada de un capítulo del libro Los movimientos de la mujer en la era global - El poder de los feminismos locales (Westview Press, 2016).

Nayereh Tohidi

Un resumen de cómo el movimiento de mujeres iraníes ha surgido en un contexto especial

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RESUMEN

La situación de los derechos de la mujer en Irán puede parecer a primera vista contradictoria; a pesar de los altos niveles de educación y baja natalidad, por ejemplo, la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo o en el parlamento es de las más bajas del mundo. En esta síntesis de la introducción de su libro Women’s Movements in the Global Era – The Power of Local Feminisms (Westview Press, 2016), Nayereh Tohidi ofrece un resumen fascinante de los derechos de la mujer y el movimiento feminista en Irán. La autora subraya cómo las reivindicaciones, estrategias, tácticas, eficacia y logros del movimiento han variado conforme a los desarrollos socioeconómicos, políticas estatales, tendencias políticas y contextos culturales a nivel nacional e internacional. Tohidi sugiere que esta historia puede dividirse en más o menos ocho periodos, desde la era de la Revolución Constitucional y el constitucionalismo (1905–1925) hasta el momento actual bajo el presidente Rouhani. Finalmente, a pesar de las diversas dificultades a las que se enfrenta, la autora señala que el movimiento de mujeres en Irán sigue creciendo y recuerda al lector el papel crucial que desempeña la sociedad civil en garantizar la igualdad de derechos y la justicia de género en Irán y el resto del mundo.

Palabras Clave

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La situación de la mujer y de sus derechos en el Irán contemporáneo y, por consiguiente, la trayectoria del activismo de las mujeres iraníes y los movimientos feministas parecen paradójicos y complicados.22. Quiero agradecer a Amrita Basu y Nikki Keddie por sus útiles comentarios sobre un esbozo anterior de este capítulo. Parte de este trabajo fue apoyado por la beca Keddie-Balzan de UCLA que me fue concedida entre 2005 y 2006. Por ejemplo, ¿cómo pueden las mujeres bajo un Estado clerical islámico conservador, que ha buscado la segregación sexual y otras formas extremas de discriminación jurídica y práctica contra las mujeres, mostrar un impresionante nivel de formación, superando incluso a los hombres en los estudios superiores? ¿Pero por qué los notables logros educativos no se han visto correspondidos con oportunidades de trabajo, movilidad económica y ocupacional, o con su representación en la toma de decisiones políticas? ¿Por qué las tasas de participación en la fuerza de trabajo de las mujeres iraníes y su representación en el Parlamento siguen siendo de las más bajas del mundo, incluso en comparación con otros países de Oriente Medio?

O ¿cómo puede Irán haberse convertido en un ejemplo a seguir en el mundo por su éxito en lograr reducir las tasas de fertilidad en solo unas décadas en más de dos tercios, de 6,6 nacimientos por mujer a mediados de los años 1970 a unos 1,8 nacimientos por mujer en 2010, y a 2,1 incluso en zonas rurales?33. Ver Farzaneh Rudy, “Youth, Women’s Rights and Political Change in Iran.” PRB, 2009, visitado el 17 de noviembre de 2016, http://www.prb.org/Publications/Articles/2009/iranyouth.aspx. ¿Cómo puede haber ocurrido esto al mismo tiempo que el gobierno islámico desmanteló el planeamiento familiar nacional de Irán justo después de la revolución de 1979 porque era visto como una innovación occidental? ¿Qué factores cambiaron la política anterior pronatalista del Estado conservador por un amplio apoyo al planeamiento familiar y control de natalidad? ¿Y por qué en años más recientes, el Estado (o al menos la facción más poderosa y conservadora de él) ha vuelto de nuevo al natalismo y aun así no está logrando realmente revertir la fertilidad a una tasa mucho mayor?

Muchos factores han contribuido a la situación contradictoria de las mujeres en el Irán actual, incluyendo los modelos patriarcales y patrimoniales en la historia y cultura iraníes, sea laica o religiosa (islámica), la política estatal y la ideología del Estado, las tendencias ideológicas o intelectuales más influyentes como el nacionalismo, antiimperialismo, socialismo, islamismo, y más recientemente el liberalismo y el marco de los derechos humanos. Los factores externos e internacionales, especialmente la intromisión imperial occidental también han influenciado las políticas estatales y los discursos intelectuales referentes a los derechos de las mujeres y cuestiones de género. Otro conjunto de factores, de creciente influencia en los últimos años, tiene relación con los crecientes procesos de globalización y la vigencia internacional de los discursos sobre derechos humanos/de las mujeres difundiéndose por Naciones Unidas y el activismo feminista transnacional y las nuevas tecnologías de comunicaciones como la televisión por satélite, internet y medios sociales. La globalización creciente ha intensificado una dialéctica “glocal”, es decir, la interacción entre factores locales/nacionales y factores globales/internacionales. El dinamismo glocal y transnacional en la sociedad iraní se ha intensificado particularmente durante las últimas cuatro décadas debido al impacto de millones de exiliados forzados o voluntarios y emigrantes, mayormente establecidos en Europa occidental y Estados Unidos. Este éxodo masivo de iraníes a causa principalmente de motivos políticos, ha entrañado una fuga de cerebros drástica para el país, pero también la creación de muchas comunidades de exiliados iraníes que tienen miles de profesionales de éxito con un alto nivel de educación, muchos de los cuales todavía están dedicados a la causa de los derechos humanos y la democracia en Irán. Esto ha ofrecido a los movimientos iraníes por los derechos civiles y de las mujeres un nuevo potencial con recursos y excelentes conexiones. En particular, el activismo feminista de exiliados iraníes ha constituido uno de los elementos significativos de las conexiones transnacionales, intercambio enriquecedor de ideas y procesos glocales de los cambios socioculturales del Irán contemporáneo.

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Contextos históricos, socioeconómicos y políticos

La historia de la búsqueda de las mujeres iraníes por la igualdad de derechos y sus acciones colectivas para el empoderamiento sociopolítico se remonta a la formación de los movimientos sociales modernos a favor del constitucionalismo y los Estados-nación democráticos a finales del siglo XIX y comienzos del XX. En Irán, como en otras partes del mundo, los movimientos de las mujeres y el discurso feminista son subproductos de la modernidad y el capitalismo industrial. Al mismo tiempo, el movimiento de las mujeres, especialmente el feminismo, ha presentado un desafío y una crítica a los aspectos androcéntricos e injustos de la modernidad. Además, puesto que la modernidad en Irán y en muchos otros países de Oriente Medio ha sido asociada a la intrusión occidental, el colonialismo o imperialismo, ha producido sentimientos encontrados entre muchas mujeres y hombres. Es decir, una fascinación con los aspectos progresistas de la modernidad y un intenso deseo de ser modernos, junto, al mismo tiempo, con un resentimiento y una resistencia hacia la dominación occidental.

Aprovechando estos resentimientos antiimperialistas, las autoridades patriarcales y despóticas gobernantes en Irán han acusado y culpado con frecuencia a las feministas iraníes y cualquier intento de emancipación para las mujeres de ser una idea exógena. Este fenómeno supuestamente exportado por Occidente es acusado de promover que el libertinaje sexual penetre en dar al-Islam y en la familia tradicional, destruyendo así el tejido moral interno de toda la sociedad. Por lo tanto, las activistas que aspiran a igualdad de derechos (que pueden o no identificarse con el feminismo) a menudo se han encontrado en una posición a la defensiva. Han intentado a menudo convencer a su comunidad de su virtud moral, lealtad y patriotismo. También han intentando convencer a las elites gobernantes de que no solo las imágenes femeninas poderosas e igualitarias tienen raíces auténticas e indígenas en la historia antigua iraní preislámica, sino también de que la búsqueda de igualdad de derechos no es incompatible con un entendimiento progresista de la tradición islámica.44. Ver, por ejemplo, Mehrangiz Kar and Shahla Lahidji, Shenakht-e hovviyat-e zan-e irani dar gostareh-ye pish-tarikh va tarikh (Tehran: Roshangaran, 1372/1993); Nahid Tavassoli, “Nov-garayi dini va zan” (Modernist Religiosity and Woman), in Chera khawb-e zan chap ast?, Nahid Tavassoli (Tehran: Nashr Qatreh, 1382/2003); y Sedigheh Vasmaghi, Women, Jurisprudence, Islam (Traductores: Ashena y Philip G. Kreyenbroek (Alemania: Otto Harrassowitz, 2014).

El movimiento de mujeres en Irán, como en la mayor parte de Oriente Medio y norte de África (MENA, por sus siglas en inglés), ha estado entremezclado con el nacionalismo y también con sentimientos anticoloniales y antiimperialistas. Aunque Irán nunca ha sido colonizado, la fuerte influencia en Irán de los imperios ruso y británico del siglo XIX y comienzos del XX dieron una orientación antiimperialista a muchos de los grupos iraníes a favor de la modernidad y la democracia. El movimiento constitucional (1905-1911) que estaba construyendo un Estado-nación moderno en Irán tuvo que combatir el despotismo de la vieja monarquía y a sus partidarios imperiales al mismo tiempo. A esto se le sumaron sentimientos antiestadounidenses después de que la CIA y el Servicio de Inteligencia Británico apoyaran el golpe en 1953 contra el primer ministro laico y democráticamente elegido Mohammad Mossadegh debido a su plan de nacionalizar la industria petrolera.

En este contexto, los defensores de los derechos de las mujeres y feministas en Irán (como en Egipto y en muchos otros países de MENA), se han visto obligados a mostrar su distanciamiento de los imperialistas “de afuera”, demostrar su lealtad y devoción a sus naciones, y después atreverse a luchar contra los patriarcas “de adentro” y reivindicar los derechos de las mujeres. Han estado navegando cuidadosamente entre la política identitaria, una presión cultural por la “autenticidad” y la búsqueda de la independencia nacional, por un lado, y la aspiración de derechos individuales y valores universales como la igualdad, los derechos humanos, la libertad de elección y la democracia, por el otro.

En sus más de cien años de historia de activismo colectivo, las mujeres iraníes han conseguido logros notables en los ámbitos de la educación – científica, literaria y creatividad artística – y en cierta medida en la productividad económica y la participación sociopolítica. Sin embargo, no han logrado alcanzar igualdad de derechos en muchas áreas, especialmente en la familia (herencia, matrimonio, divorcio y custodia infantil). Durante el proceso de rápida modernización bajo la dinastía Pahlaví (entre los años 1930 y 1970), muchas instituciones en Irán, incluyendo la educación pública y el sistema jurídico, fueron modernizados y pasaron por un proceso de secularización. Pero el estatus personal y la ley de familia siguieron basándose estrictamente en la antigua sharia (ley islámica).

Excepto en Túnez, Turquía y en cierta medida Marruecos y en las repúblicas con mayoría musulmana en el Cáucaso y Asia Central de la época soviética y post soviética (como Azerbaiyán y Uzbekistán), en la mayoría de demás países con mayoría musulmana, las reformas igualitarias en la ley de familia, sea revisando y reinterpretando la sharia o sustituyéndola con legislación laica, han sido dolorosamente lentas. Esto se debe a varios motivos complejos, siendo el más importante un consenso patriarcal (basado en una distribución de poder táctica) entre la élite laico nacionalista (normalmente los militares) y las élites religiosas islámicas, es decir, los clérigos (ulema). Las leyes que rigen los papeles de las mujeres en el ámbito público son controladas cada vez más por las élites laicas modernizadoras del Estado, mientras que las leyes que rigen la posición de la mujer y los niños en la familia (y las áreas de relaciones domésticas de género y estatus personal) siguen bajo el control del clero y las autoridades religiosas.

Pero con el ascenso del islamismo y tras el establecimiento del Estado teocrático de la República Islámica en Irán desde 1979, muchas de las leyes y políticas, tanto en el ámbito público como en el doméstico, han quedado bajo el control directo de los clérigos, que han aumentado el grado de discriminación de género a favor de los hombres. Unas pocas reformas progresistas significativas hechas en la ley de familia en los años 1960 y 1970 bajo el rubro de la Ley de Protección de la Familia (durante el segundo Pahlaví) fueron derogadas en la década de 1980, y la ley de familia y el código penal volvieron a como estaban en los años 1930 y 1940.55. Mehrangiz Kar, “Discrimination Against Women Under Iranian Law.” Gozar (Freedom House), 8 de diciembre de 2008. Sin embargo, debido a las quejas de las mujeres y a que no se aprobó ninguna legislación sustitutiva en la práctica, la Ley de Protección de la Familia ha seguido siendo la guía para responder cuestiones no tratadas directamente en la sharia, produciéndose así una inversión de algunas de las regresiones iniciales.66. Ver Ziba Mir-Hosseini, “Negotiating the Politics of Gender in Iran: An Ethnography of a Documentary,” in The new Iranian cinema, ed. Richard Tapper (London: I. B. Tauris, 2002): 167, 187.

En resumen, tras el establecimiento de normas basadas en la sharia en la República Islámica de Irán, las mujeres perdieron muchos derechos en casi todos los ámbitos de la vida. Según las leyes Hudud (castigos, tales como lapidación) y Qisas (retaliación, ojo por ojo) de la república islámica, que pertenecen a sociedades tribales premodernas, la mujer es prácticamente subhumana. Por ejemplo, en caso de asesinato, el Diyeh (dinero sangriento o tasa de compensación) de una mujer vale la mitad que el de un hombre. En casos de daño corporal, ciertos órganos de una persona de sexo masculino (por ejemplo, sus testículos) tienen más valor que todo el cuerpo de una persona de sexo femenino.77. Women Living Under Muslim Laws: “IRAN: Gender Discrimination at Its Worst,” 2014. Para una evaluación más breve de este cuerpo de leyes obviamente sexista, ver Nayereh Tohidi “Gender and Islamic Fundamentalism: Feminist Politics in Iran,” en Third World Women and the Politics of Feminism, ed. Chandra Mohanty, Ann Russo y Lourdes Torres (Bloomington: Indiana University Press, 1991): Apéndice 261-265; Shirin Ebadi, History and Documentation of Human Rights in Iran, trans. Nazila Fathi (New York: Bibliotheca Persica Press, 2000). El movimiento de las mujeres en Irán, por lo tanto, sigue estando orientado principalmente a los derechos – siendo su principal objetivo el sistema jurídico que está repleto de leyes discriminatorias contra todos los grupos de género, étnicos y religiosos que no sean hombres Chiíes.88. Noushin Ahmadi Khorasani, “Liberal Policies within Iranian Women’s Movement.” Feminist School, 11 de noviembre 2010/1389, visitado el 30 de noviembre de 2016, https://goo.gl/yZN763. Las reivindicaciones por cambios en las leyes y el papel de los abogados en casi todas las organizaciones de mujeres se han vuelto más prominentes que nunca.

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Uno de los lemas principales del movimiento de mujeres ha sido “cambio para la igualdad,” haciendo hincapié en las reformas jurídicas, los derechos civiles y políticos, y por ende en varias campañas contras leyes y políticas discriminatorias y costumbres tradicionales violentas u opresivas. Muchas feministas han sostenido que las leyes y prácticas discriminatorias – tales como el matrimonio infantil, desigualdad en las herencias, leyes de retribución, lapidación, el derecho de un esposo de impedir a su mujer trabajar fuera de casa, derechos de divorcio a favor de los hombres, custodia infantil, poligamia, sighe (matrimonios temporales, permitidos legalmente para hombres, incluso aquellos casados durante mucho tiempo) y uso forzoso del hijab – refuerzan la violencia, inseguridad y humillación de las mujeres de todos los ámbitos de la sociedad, y por esa razón deberían constituir las prioridades del movimiento.99. Shirin Ebadi, The Rights of the Child: A Study on Legal Aspects of Children’s Rights in Iran (Translated by M. Zaimaran) (Tehran: UNICEF, 1994); Mehrangiz Kar, Mavane` Hoquqi Towse` siyasi dar Iran (Legal Obstacles against Political Development in Iran) (Tehran: Qatreh Publications, 2002); Noushin Ahmadi Khorasani, “Liberal Policies within Iranian Women’s Movement.” Feminist School, November 11, 2010/1389, accessed November 30, 2016, https://goo.gl/1VKTtu; Rezvan Moghadam, “An Interview with Radio Zamaneh.” Radio Zamaneh, 2013, visitado el 24 de noviembre de 2016, http://www.radioza-maneh.com/189490 (In Persian); Saeed Kamali Dehghan, “Iranian Woman Wins Rights Award for Hijab Campaign.” The Guardian, February 24, 2015, visitado el 30 de noviembre de 2016, https://www.theguardian.com/world/2015/feb/24/iranian-woman-wins-rights-award-hijab-campaign; Jelveh Javaheri, “Ejazeh hamsar, rouy-e digar-e sekkeh esteqlal zanan” (Husband’s Permission, The Other Side of the Coin of Women’s Independence).” Khoshounat Bas, Azar 1394, Tehran, Iran, 2015, accessed November 24, 2016, https://goo.gl/V7aaj8; and Lara Secor, “War of Words: A Woman’s Battle to End Stoning and Juvenile Execution in Iran.” New Yorker, January 4, 2016, accessed November 30, 2016, http://www.newyorker.com/magazine/2016/01/04/war-of-words-annals-of-activism-laura-secor). Algunas personas también explican que otros movimientos sociales pueden abordar, y así lo hacen, los temas económicos y de clase trabajadora de las mujeres, así como de los hombres, pero únicamente el movimiento de las mujeres y las feministas se enfocan en los temas directamente relacionados con el género y la sexualidad.

Este acento en la reforma jurídica, no obstante, no quiere decir que la orientación del feminismo iraní esté limitada únicamente al feminismo liberal. Aunque en este punto de desarrollo económico y político en Irán, el liberalismo puede ser muy pertinente, lo que puede parecer liberal en el contexto democrático occidental puede ser percibido como bastante radical en un Estado religioso represivo y retrógrado. Como ha sido bien contextualizado por una de las activistas feministas más destacadas de Irán, la clasificación occidental clásica de feministas iraníes en liberales frente a radicales es falsa y engañosa pues no tiene en cuenta las condiciones históricas y específicas de la situación en el terreno.1010. Ver Noushin Ahmadi Khorasani, “Liberal Policies within Iranian Women’s Movement.” Feminist School, 11 de noviembre de 2010, visitado el 17 de noviembre de 2016, https://goo.gl/z5I1eC.

La noción misma de un “movimiento de mujeres” en Irán todavía es un tema controvertido. Los dirigentes islamistas conservadores niegan la existencia de tal movimiento. Describen el activismo de las mujeres por la igualdad de derechos como una “desviación feminista perjudicial instigada por la influencia occidental”1111. Incluso el líder supremo, Ayatolá Khamenei, ha advertido en unas pocas ocasiones a las “Hermanas Musulmanas” del peligro del feminismo. Ver Nayereh Tohidi, “The International Connections of the Women’s Movement in Iran, 1979–2000,” en Iran and the Surrounding World: Interaction in Culture and Cultural Politics, ed. Nikki Keddie and Rudi Matthee (Seattle: University of Washington Press, 2002): 205-31. o como un camuflaje de la agenda sionista y estadounidense por un “cambio de régimen” mediante una “revolución de terciopelo”. Por lo tanto, reaccionan a él con campañas de difamación, propaganda negativa, arrestos y encarcelamientos.1212. Nayereh Tohidi, “Iran’s Women’s Rights Activists are Being Smeared.” Women’s News, 17 de septiembre, 2008, visitado el 24 de noviembre de 2016, http://www.womensenews.org/article.cfm/dyn/aid/3743. Reeditado en http://www.femschool.org/english/spip.php?article149.

Muchos de los reformistas islámicos moderados e intelectuales progresistas laicos musulmanes y no musulmanes, no obstante, expresan su apoyo a las reivindicaciones de las mujeres y condenan los arrestos y represión de mujeres activistas por parte del gobierno. Unos pocos de ellos, sin embargo, insisten en que en Irán no hay ningún “movimiento de mujeres” sino, más bien, lo que hay son activistas feministas.1313. Una serie de entrevistas con algunos destacados hombres y mujeres académicos sobre si hay un movimiento de mujeres en Irán apareció en varias ediciones de la revista Zanan. Basando sus argumentos en algunas definiciones clásicas y viejas teorías acerca de los movimientos sociales, señalan que las actuales mujeres activistas carecen de una estructura organizativa fuerte capaz de movilizar a un amplio sector de la población, generar conflictos serios con el Estado, y provocar cambios políticos. Pero sus argumentos parecen irreales a la luz de algunas protestas sociales recientes, redes de campañas y muchos arrestos y conflictos entre las mujeres activistas y los órganos estatales. Un número creciente de sociólogos (hombres y mujeres), no obstante, ha comenzado a escribir sobre el reciente aumento del feminismo y del movimiento de mujeres en Irán con entusiasmo, caracterizándolo como un “modelo inspirador” para otros movimientos de la sociedad civil1414. Ver, por ejemplo, Kazem Alamdari, “Jonbesh yek-million emza, ulgouyi bara-ye jamèh madani dar Iran.” 10 Farvardin/March, 1387/2008, visitado el 24 de noviembre de 2016, http://www.feministschool.com/spip.php?article210. o como “modelo de un verdadero movimiento social”.1515. Ver Nahid Keshavarz, “Kampaign yek million emza be masabeh jonbesh-e ejte- mayi.” 15 Ordibehesht/Abril, 1387/2008, visitado el 24 de noviembre de 2016, http://www.feministschool.com/spip.php?article550; y Mehrdad Mashayekhi, “Iranian Women Placing the Social Movement in its Proper Place.” 17 Esfand/Feb. 1387/2009, visitado el 24 de noviembre de, 2016, http://www.feministschool.com/spip.php?article2235.

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Otro enfoque, una interesante alternativa conceptual a la teorización clásica de los movimientos sociales, ha sido presentado por el sociólogo Asef Bayat, que define al actual activismo de mujeres en Irán como “un no-movimiento de mujeres.” Afirma que en un contexto autoritario y represivo como el de Irán, “actividades colectivas de un gran número de mujeres organizadas bajo un liderazgo fuerte, con redes efectivas de solidaridad, procedimientos de afiliación, mecanismos de encuadre (framing), y comunicación y publicidad – los tipos de movimientos que son asociados a imágenes de marchas, pancartas, organizaciones, presión política y cosas parecidas –” no son factibles. En lugar de eso, como recalca Bayat convincentemente, el activismo de mujeres con su presencia en la esfera pública y su resistencia diaria a la ideología de reclusión del Estado, así como a sus políticas de segregación sexual y uso forzado de velo es importante. Ser una mujer activista en el Irán de hoy significa ser capaz de desafiar, resistir, negociar o incluso eludir la discriminación de género, no necesariamente recurriendo a “movimientos” extraordinarios y amplios identificados por manifestaciones colectivas y basados en la teoría y estrategia movilizadora, sino estando involucrada en las prácticas cotidianas de la vida, trabajando, haciendo deporte, corriendo, cantando y presentándose como candidatas a cargos públicos. Esto implica desplegar el poder de la presencia, la aseveración de la voluntad colectiva a pesar de las dificultades, negándose a desistir, incumpliendo las restricciones, y descubriendo nuevos espacios de libertad donde ser escuchadas, vistas y sentidas. El poder efectivo de estas prácticas reside justamente en su cotidianeidad.1616. Asef Bayat, February. Street Politics: Poor People’s Movements in Iran (New York: Columbia University Press, 1997): 162.

Sin duda, el “poder de la presencia” y la “cotidianeidad” de la resistencia de las mujeres constituyen aspectos importantes de la actuación de las mujeres en Irán, probablemente más que en países democráticos.1717. Tal “cotidianeidad” del activismo de mujeres no es exclusiva de Irán. Una desatacada feminista estadounidense ha discutido la importancia de la cotidianeidad del activismo de mujeres y de la práctica feminista en el contexto estadounidense. Ver Bettina Aptheker, Tapestries of life: Women’s work, women’s consciousness, and the meaning of daily life (Amherst: University of Massachusetts Press, 1989). Sin embargo, el activismo de los últimos años de las mujeres iraníes ha ido de hecho más allá de la “cotidianeidad”. Algunos de los aspectos de los movimientos sociales mencionados por Bayat, especialmente los de los “nuevos movimientos sociales” están presentes en la trayectoria reciente del activismo colectivo de mujeres en Irán, tales como el encuadre, la creación de redes, campañas, generación de discurso y símbolos (por lo tanto, de identidad colectiva), presión política, movilización y protestas colectivas (aunque todas a pequeña escala). Los nuevos movimientos sociales que aparecieron en los años 1970 y 1980 en Europa, Estados Unidos y otras partes del mundo sobre cuestiones de mujeres, feminismo y sexualidad, el medio ambiente, los derechos civiles y el sentimiento anti guerra son categóricamente distintos de los movimientos del pasado. En vez de tener una estructura organizativa formal, los nuevos movimientos sociales, como el que representa el movimiento de mujeres iraníes, son “segmentarios” (tienen varias organizaciones o grupos, a veces rivales), “policéntricos” (tienen múltiples líderes y a veces compiten entre sí) y “reticulados” (están vinculados unos a otros mediante redes poco estructuradas).1818. ver Luther Gerlach, “The Structure of Social Movements: Environmental Activism and its Opponents,” en Waves of Protest: Social Movements Since the Sixties, ed. Jo Freeman and Victoria Johnson (Lanham, MD: Rowman and Littlefield, 1999).

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Las etapas en las formaciones feministas y en el movimiento de mujeres en Irán

Las características de las formaciones feministas y el movimiento de mujeres en el Irán moderno – sus reivindicaciones, estrategias, tácticas, efectividad y logros – han variado conforme a desarrollos económicos, políticas estatales, tendencias políticas y contextos culturales a nivel nacional e internacional. Esta historia puede dividirse aproximadamente en ocho períodos.1919. Esta división cronológica es en cierta medida similar a la presentada por Parvin Paidar en su libro seminal Women and the Political Process in Twentieth-Century Iran (1995).

El primero fue el de la Revolución Constitucional y el constitucionalismo (1905–1925), cuando apareció la primera generación de activistas mujeres, principalmente por medio de su compromiso con las actividades pro constitucionales y antiimperialistas. Las primeras asociaciones de mujeres, con frecuencia semisecretas, ayudaron en la alfabetización de las mujeres; reivindicaron el acceso de las mujeres a la educación pública, higiene y formación profesional; y criticaron la reclusión de las mujeres, la poligamia y la violencia doméstica.

El segundo período fue el de la creación del Estado-nación (décadas de 1920 y 1940), que vino asociada con una creciente alfabetización y la entrada de las mujeres en las universidades, una expansión gradual de asociaciones de mujeres y prensa femenina, la controvertida prohibición a las mujeres de llevar velo, dictada por el Estado (1935) y la adopción a la fuerza del código de vestimenta occidental para hombre y mujeres.2020. Desde la política de quitar el velo a la fuerza de Reza Shah, el velo se convirtió en un tema politizado. Su hijo (Mohammad Reza Shah) dejó de implementar la obligatoriedad de no llevar velo, pero eso no evitó la reacción de imponer el velo obligatorio de Khomeini y el Estado Islámico desde 1979. Si Reza Shah hubiese respetado la libertad de elección y utilizado la autoridad y la policía para proteger a las mujeres sin y con velo de ser hostigadas y atacadas en vez de ordenar a la policía a quitarles por la fuerza los velos a las mujeres, el tema del velo probablemente habría seguido otro camino en Irán.

El tercero fue el período de la nacionalización (de la industria petrolera) (décadas de 1940 y 1950), que atrajo más mujeres al activismo público y político dentro de marcos ideológicos y organizativos nacionalistas y socialistas. Muchos proyectos de reforma e ideas igualitarias con respecto al papel y posición de las mujeres fueron introducidos en el discurso público, pero ni los nacionalistas ni los partidos socialistas y comunistas consiguieron reformas legislativas a favor del sufragio femenino o cambios en la ley de familia.

El cuarto correspondió a la era de la modernización (años 1960 y 1970), cuando se presenció un crecimiento en la visibilidad social de las mujeres trabajadoras y profesionales en el rápido proceso de urbanización y algunas reformas jurídicas positivas y significativas con respecto al sufragio femenino y la ley de familia. Pero la creciente centralización y la dictadura del Shah provocaron la erosión de las asociaciones autónomas de mujeres y dieron lugar al control estatal y a un proceso descendente de modernización autocrática sin democratización, creando así una sociedad dual y polarizada.

Quinto, la era de la Revolución Islámica y la Islamización (1979–1997), asociada con una movilización socio-política masiva de hombres y mujeres, pero pronto seguida por muchas leyes y políticas retrógradas y discriminatorias contra las mujeres y minorías religiosas y étnicas, uso forzoso del hijab, segregación sexual, guerra y violencia, represión política, emigración masiva y exilio de intelectuales y personas comunes, y declive socio-económico general.

El sexto período estuvo marcado por la reforma y el pragmatismo post islámico bajo el presidente Khatami (1997-2005), asociado a una relativa apertura socio-política, al discurso de la sociedad civil y al neoliberalismo (que había comenzado de hecho bajo la “era de construcción” de la presidencia de Hashemi Rafsajani, 1989-1997). Pero el aumento de las organizaciones de la sociedad civil, una prensa vibrante y relativamente libre, incluyendo una prensa feminista, y una relativa mejora económica no duraron mucho tiempo.

Un séptimo momento fue el de la reacción neoconservadora y populista bajo el presidente Ahmadinejad (2005-2013), asociada al resurgimiento de grupos islámicos fanáticos, exagerado énfasis en las ambiciones nucleares, política exterior beligerante y provocativa, hostilidad intensificada entre Irán, Israel y las potencias occidentales y, en consecuencia, un peligro mayor de ataques militares y guerra, crecientes sanciones económicas internacionales y aislamiento de Irán, mayor represión de los medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil, incluyendo agrupaciones de mujeres, introducción de leyes contra las mujeres, mayor corrupción, mala gestión económica, inflación y desempleo en aumento.

El octavo período, en curso, puede llamarse “la era de la moderación”, bajo el presidente Rouhani (2013+), caracterizada por un cambio notable en la política exterior y el éxito en la resolución de la crisis nuclear gracias al enfoque diplomático y negociación con las potencias mundiales. Pero, hasta ahora, los intentos de apertura y mejora de los derechos humanos y de la situación de la mujer han sido bloqueados por los dirigentes partidarios de la línea dura que todavía mantienen cierta superioridad sobre el moderado presidente.

¿Y ahora qué? ¿La “era de la moderación”?

En el segundo mandato del gobierno cada vez más impopular de Ahmadinejad, dirigido por una alianza militar-clerical, la gente experimentó una creciente violación de los derechos humanos, especialmente, de los derechos de la mujer, más restricciones sobre los medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil, una represión brutal del prodemocrático Green Movement (Movimiento Verde) en 2009-2011, nuevas olas de activistas saliendo de Irán y más fugas de cerebros. Además, la inflación en aumento (41% en 2012), el déficit presupuestario, un mayor desempleo y dificultades económicas generales, causadas tanto por la mala gestión y gastos desmedidos del gobierno como por las crecientes sanciones internacionales, aislamiento político e incluso amenaza de ataque militar, llevaron a muchos en Irán al borde de la desesperación.

Durante este período, los principales temas de discusión entre las activistas iraníes dentro y fuera de Irán incluyeron la necesidad de una evaluación crítica del papel del movimiento de mujeres dentro del Movimiento Verde, la necesidad de ajustar las tácticas y el encuadre del activismo feminista ante el aumento de la represión, las condiciones económicas en declive y la cada vez más grave crisis política, militarización y tensión internacional, además de la necesidad de redefinir y reajustar las relaciones transnacionales del movimiento de mujeres, especialmente entre las activistas de dentro y las feministas exiliadas fuera de Irán, pues la composición entre ellas había cambiado tras la última ola de éxodo.2121. Mahboubeh Abbasgholizadeh, “The Crisis of Agency in the Iranian Women’s Movement: A critique from inside.” 21st Annual Conference of the Iranian Women’s Studies Foundation, Paris, julio de 2010, visitado el 17 de noviembre de 2016, http://shabakeh.de/opinion/347/.

Otro tema de discusión y debate entre las activistas feministas estaba relacionado a las elecciones presidenciales de 2013. En una estrategia similar a la adoptada por muchas activistas feministas en las dos últimas décadas, durante la 11ª elección presidencial formaron una coalición de grupos diversos y mujeres individuales en el verano de 2013 para hacer “una lluvia de ideas sobre las reivindicaciones de las mujeres.”2222. Hay un informe, video y fotos de las participantes en: The Feminist School, visitado el 17 de noviembre de 2016, http://www.feministschool.com/spip.php?article7316. Esta coalición representó tres “fuerzas para el cambio” entre las mujeres: algunas integrantes de las facciones dirigentes vinculadas al Estado que defienden los derechos de las mujeres; las activistas de la sociedad civil que trabajan colectivamente en ONG organizadas o redes semiorganizadas; y mujeres individuales que desafían al sexismo y resisten en sus vidas cotidianas apoyando un cambio para la igualdad.2323. Ibid. Ahmadi Khorasani, Noushin. 2012/1391. Bahar-e Jonbesh-e Zanan (The Spring of Iranian Women’s Movement):www.noushinahmadi.wordpress.com. Ellas intentaron destacar los puntos en común de estas tres fuerzas y utilizar el tiempo de elecciones como una oportunidad para divulgar y presentar sus reivindicaciones, sin respaldar a ningún candidato particular.2424. Ver: The Feminist School, 17 de noviembre de 2016, http://www.feministschool.com/spip.php?article7316; Minoo Mortazi-Langaroudi, citado en un informe de Feminist School, 22 Khordad 1392, 2013, visitado el 24 de noviembre de 2016, http://www.feministschool.com/spip.php?article7316. Entre los candidatos a la presidencia, el único que había enviado a algunos representantes a sentarse en el primer seminario de esta coalición y escuchar sus reivindicaciones fue Hassan Rouhani.

La protección de las mujeres de la violencia estatal y doméstica, el respeto por los derechos civiles y humanos que garantice seguridad para poder establecer ONG de mujeres que lleven a cabo trabajo educativo, cultural y periodístico orientado a promover valores igualitarios y la eliminación de leyes y políticas discriminatorias, constituían las principales reivindicaciones, obviamente más modestas que sus reivindicaciones en 2009. También querían que los candidatos a la presidencia prometiesen designar a ministros cualificados e igualitarios, incluyendo a mujeres en sus gabinetes. El último encuentro y declaración emitida por esta coalición fue sobre los “criterios requeridos para los ministros de Estado” que fue firmado y apoyado por 600 personas.2525. Ver: The Feminist School, 17 de noviembre de 2016, http://feministschool.com/spip.php?article7343. Esta insistencia en establecer criterios claros en la designación de ministros fue en parte una reacción al movimiento táctico de Ahmadinejad en 2009 al designar inesperadamente a dos mujeres como ministras de su gabinete para apaciguar a las mujeres, que habían sido su principal oponente durante el Movimiento Verde. Muchas activistas, sin embargo, habían rechazado ese gesto tildándolo de oportunista, falso y, como mínimo, demasiado poco y demasiado tarde.

Rouhani ganó las elecciones por un pequeño margen. Hasta ahora, ha habido pocos avances en la mejora de la situación de los derechos humanos/de las mujeres y de la política doméstica. Si bien justo después de la elección de Rouhani se liberó a un número de prisioneros políticos, entre ellos la destacada abogada por los derechos de las mujeres, Nasrin Sotoudeh, muchos otros (incluyendo periodistas, abogados/as, escritores/as y profesores/as) siguen en prisión. Una de las principales y más valientes activistas por los derechos humanos/de las mujeres que ha sido encarcelada de nuevo, esta vez bajo Rouhani, es Narges Mohammadi, cuyas cartas desde la prisión han sido una fuente de inspiración importante.2626. Ver “Narges Mohammadi Should Be Released Immediately and Given Medical Treatment,” International Campaign for Human Rights, 19 de octubre de 2015, visitado el 17 de noviembre de 2016, https://www.iranhumanrights.org/2015/10/narges-mohammadi-8/. Irán sigue teniendo una de las tasas de ejecución más altas del mundo. 2727. Ver: “UN Rapporteurs Urge Iran to Stop Executions,” International Campaign for Human Rights, 24 de enero de 2014, visitado el 17 de noviembre de 2016, https://www.iranhumanrights.org/2014/01/un-executions/. La nueva “Carta de los Derechos de los Ciudadanos” iraní del presidente Rouhani recibió distintas valoraciones y no ha tenido ningún efecto hasta ahora. Hemos asistido a la reactivación de algunas ONG y prensa femenina, tales como Zanan Emrooz, pero estas han estado sujetas a constantes amenazas y en una situación precaria. La designación de Rouhani de cuatro mujeres para el gabinete como adjuntas o portavoces, y unas pocas mujeres alcaldes en provincias subdesarrolladas como Baluchistan ha sido bien recibida por las activistas.

La designación más alentadora ha sido la de Shahindokht Mowlaverdi, como vicepresidenta de “asuntos de la mujer y la familia”. Su pasado como miembro activo de la sociedad civil en coaliciones a favor de los derechos de la mujer, así como su valiente resistencia a los ataques y duras críticas de partidarios de la línea dura, la han convertido en una aliada bastante popular entre los grupos feministas de Irán. Sin embargo, está por verse qué puede lograr realmente Mowlaverdi viendo los incesantes ataques sobre cada proyecto progresista e igualitario que ha intentado llevar adelante hasta ahora. En una de sus declaraciones, señaló la realidad de que la posición de la mujer no va a cambiar solo por tener una mujer ministra que está siendo obstaculizada para hacer cualquier cosa efectiva y que de hecho está “siendo crucificada”.2828. Ver: “Iran’s Women’s Affairs Chief Feels Powerless To Act,” Women Living Under Muslim Laws, 5 de enero de 2015, visitado el 17 de noviembre de 2016, http://www.wluml.org/news/irans-womens-affairs-chief-feels-powerless-act.

06

Conclusión

Recorriendo una trayectoria tumultuosa, el movimiento de mujeres en Irán está convirtiéndose gradualmente en un modelo feminista experimentado e inspirador para aquellos que aspiran a la igualdad de derechos y justicia de género bajo regímenes islamistas represivos y autoritarios. Las experiencias de las mujeres iraníes, su resiliencia y valentía, al igual que sus estrategias creativas, flexibles y pragmáticas, han tenido implicaciones prácticas y teóricas significativas para los feminismos locales y globales. A pesar de la represión intensa a nivel estatal y de la sociedad, las desavenencias personales, las divergencias ideológicas y las diferencias en estrategia y tácticas, las activistas iraníes por la igualdad de género a menudo han confluido en la práctica para colaborar por sus objetivos compartidos. Aunque el sistema patriarcal ha intentado mantener a Irán internacionalmente aislado, las mujeres están cada vez más informadas sobre las tendencias actuales de los feminismos globales y más implicadas transnacionalmente, especialmente con respecto a los mecanismos, herramientas y andamiajes creados por los proyectos y convenciones de género de la ONU, tales como la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés).2929. Nayereh Tohidi, “Ta‘amol mahali-jahani feminism dar jonbesh-e zanan-e Iran” (The Local-global Intersection of Feminism in the Women’s Movement in Iran), The Feminist School, 2008, visitado el 24 de november de 2016, http://www.feministschool.com/spip.php?article1660. Aunque, debido al poder de veto del conservador Consejo de Guardianes, los intentos llevados a cabo por diputados reformistas en el sexto Majlis para ratificar la CEDAW no tuvieron éxito, la mayoría de mujeres activistas, incluyendo algunas islámicas aparte de las laicas, han estado formulando sus reivindicaciones dentro del marco de la CEDAW.3030. Para una discusión sobre el debate acerca de la CEDAW en el sexto Majlis, ver Nayereh Tohidi, “Islamic Feminism: Perils and Promises,” en Middle Eastern Women on the Move (Washington: Woodrow Wilson International Center for Scholars, 2003): 134-146, visitado el 17 de noviembre de 2016, https://www.academia.edu/359702/_ISLAMIC_FEMINISM_PERILS_AND_PROMISES.

No obstante, debido al aumento de la represión y falta de acceso a los medios de comunicación principales del país, el gran potencial de impacto del movimiento de mujeres no ha sido materializado. Como la mayoría de los movimientos de mujeres feministas, está compuesto predominantemente por miembros de clase media urbana de las principales ciudades, este movimiento tiene un largo camino por recorrer para llegar a las otras clases y a las minorías étnicas y religiosas de la población general de los pueblos, provincias y áreas rurales. Las barreras políticas y estructurales sistémicas también han bloqueado la efectividad de las, por otra parte, arduas y valientes luchas de las mujeres por la igualdad y la justicia de género.

En el sistema mundial cada vez más globalizado de hoy en día, las activistas feministas y mujeres de muchos países han estado utilizando al menos tres grupos de estrategias para empoderar a las mujeres y provocar cambios igualitarios: el andamiaje de políticas para las mujeres dentro de las instituciones estatales, la creación una red de incidencia política fuera de las instituciones formales, y el desarrollo de prácticas populares del movimiento de mujeres que estén dirigidas a la producción cultural, concienciación y creación de conocimiento.3131. Ver Myra Max Ferree, “Globalization and Feminism: Opportunities and Obstacles for Activism in the Global Arena,” en Global Feminism, ed. Myra Max Ferree and Aili Mari Tripp (New York: New York University Press, 2006). El Estado represivo, patriarcal y autoritario de Irán ha hecho muy difícil para las feministas iraníes utilizar todas estas estrategias de modo eficaz. Pero, cuando tales espacios han estado disponibles a causa de cambios y contradicciones en el sistema político, las mujeres activistas han podido aprovechar, y han aprovechado, esas pequeñas oportunidades estructurales.

El islamismo, como ideología estatal totalitaria, ha provocado una aversión predominante hacia cualquier absolutismo ideológico entre los intelectuales, incluyendo a las feministas. Un marco de derechos humanos pragmático, social-democrático o liberal-democrático se ha convertido en el denominador común de la colaboración y formación de coaliciones. Salvo algunos que todavía luchan por una sociedad utópica abstracta basada en ciertas ideologías, muchos tienden a trabajar por cambios concretos a favor de la mejoría de los derechos y condiciones de vida de todos los ciudadanos con independencia de su género, etnicidad, orientación sexual y posición ideológica.

La mayoría de las mujeres activistas ha adoptado estrategias de no confrontación, no ideológicas, no sectarias y orientadas a las reformas. Desplegando el “poder de la presencia,” han contraído un compromiso estratégico no solo con la sociedad civil en general, sino también con algunos miembros de la élite dirigente. Implican a los reformistas políticos de dentro y fuera del gobierno, la intelectualidad, los medios de comunicación, la ley y los legisladores en el Parlamento, el clero, diversas instituciones sociales y a la gente común. Esta implicación adopta diversas formas y tácticas: críticas constructivas tanto dentro como fuera del marco de la legislación existente y la sharia islámica, para impulsar su revisión, reinterpretación y reforma, así como para su deconstrucción y subversión. El deseo de mantener cierta distancia tanto del elitismo como del populismo y también de continuar avanzando de un modo pragmático ante la continua represión por parte de la línea dura ha demostrado ser una tarea de lo más compleja. No obstante, el movimiento iraní por los derechos de las mujeres sigue siendo potencialmente vigoroso y realmente desafiador. Puede decirse de él que ha mantenido sus raíces autóctonas e independencia a pesar de todas las presiones nacionales e internacionales, pero también debido a ellas.

Muchos esperan que con el último acuerdo nuclear exitoso entre Irán y las cinco potencias mundiales, Irán entre en una nueva era de reconciliación con Occidente, termine la guerra fría en las relaciones EE.UU.-Irán y se avance hacia un sistema político más racional y menos represivo. Pero es difícil mantener esa esperanza dadas las evidentes tendencias extremistas en las actuales campañas presidenciales estadounidenses; el poder prevaleciente de los partidarios de la línea dura en Irán, en especial el creciente poder de extremistas religiosos como ISIL en la región MENA; la violenta tragedia en marcha en Siria, que se ha convertido en un foco de guerras regionales sectarias por el poder hegemónico, involucrando entre otros a Arabia Saudí, el bastión más poderoso del patriarcado.

Pero podemos estar seguros de una cosa: sin organizaciones enérgicas de la sociedad civil, sobre todo movimientos populares eficaces de mujeres por la igualdad de derechos y la justicia de género, ni Irán, ni cualquier otro país en MENA, podrá construir un régimen político pacífico, laico y democrático, un régimen capaz de alcanzar un desarrollo humano democrático y sostenible a nivel nacional y desempeñar al mismo tiempo un papel constructivo con respecto a las actuales guerras de poder sectario en la región.

Nayereh Tohidi - Irán

Nayereh Tohidi es profesora y ex directora del Departamento de Estudios de Género y de la Mujer y, actualmente, es directora fundadora de los Estudios de Medio Oriente e Islámicos de la Universidad Estatal de California en Northridge. Nativa de Irán, Tohidi obtuvo su licenciatura en Psicología y Sociología en la Universidad de Teherán y su maestría y doctorado en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Sus áreas de enseñanza e investigación incluyen género y desarrollo, movimientos de mujeres, feminismo e Islam, y temas de género y étnicos en MENA, con foco en Irán y la República de Azerbaiyán.

Recibido en octubre de 2016.

Original en inglés. Traducido por Sebastián Porrua.