La construcción de coaliciones como una respuesta posible
Europa del Este ha despertado recientemente el interés de la comunidad global de derechos humanos, cuando Hungría adoptó una regulación para agentes extranjeros al estilo ruso. No se trata, empero, de un acto aislado, sino de un proceso más amplio que busca silenciar las voces independientes, especialmente de las organizaciones independientes de derechos humanos, anticorrupción y democráticas. La tendencia se está extendiendo por la Unión Europea, con Polonia siguiendo los pasos del gobierno húngaro. Tras discutir las características de la sociedad civil del Este Europeo, el artículo describe la construcción de coaliciones como un forma de contrarrestar el fenómeno de cierre del espacio cívico. La autora se basa en su propia experiencia y se centra en dos dilemas que emergieron durante la construcción de coaliciones en Hungría: definición de objetivos y participación.
“¿En serio? Eso es una sorpresa para mí.” Esa es una de las reacciones usuales de las personas, incluso del movimiento global de derechos humanos, cuando les hablo sobre el Estado reaccionario que florece en el corazón de Europa. Los países del Este Europeo, como Polonia y Hungría, son miembros de la Unión Europea (UE) y son, por eso, considerados democracias sólidas. Países en los cuales hay elecciones regulares, libres e imparciales sin enfrentamientos violentos. Estados que generalmente respetan los derechos humanos y mantienen instituciones para que los protejan. Lugares donde las voces alternativas pueden ser oídas y se lidia bien con las críticas a las políticas de gobierno. Esta imagen es cada vez más falsa. Aunque los cambios son en su mayoría legislativos y los ataques se dan dentro de un marco legal, una guerra se ha iniciado contra el disenso en Europa del Este.
En este artículo, discutiré la forma en que el fenómeno global de reducción del espacio para la sociedad civil se manifiesta en Europa. A fin de explicar por qué las políticas crecientemente hostiles de los gobiernos hacia la sociedad civil pueden ser exitosas, describiré algunas de las características de la sociedad civil de Europa del Este. La comprensión de esas características es importante asimismo para entender por qué la construcción de coaliciones en Hungría es una respuesta posible para ese fenómeno. Finalmente, el artículo considera los principales desafíos de la construcción de coaliciones y las lecciones aprendidas.
Hungría adoptó, en junio de 2017 una legislación al estilo ruso para las organizaciones no gubernamentales (ONG) extranjeras.11. Helene Bienvenu y Palko Karasz, “In Anti-Soros Feud, Hungary Adopts Rules on Foreign-Financed Groups.” The New York Times, 13 de junio de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, https://www.nytimes.com/2017/06/13/world/europe/hungary-law-ngo-soros.html. Esta noticia probablemente ha llegado a la comunidad de los derechos humanos; sin embargo, esta legislación es solo uno y ni siquiera el más importante episodio de la historia de medidas severas tomadas contra las ONG en Europa del Este.
El Este Europeo es una región diversa, de países más pequeños y económicamente menos desarrollados y con una historia turbulenta. A pesar de las similitudes, hay muchos factores que dividen a esos países. Algunos ya se han unido la UE, algunos estuvieron en guerra entre sí hace apenas 20 años. Por todas esas diferencias, me enfocaré en los llamados Cuatro Países de Visegrado: Polonia, Eslovaquia, República Checa y Hungría. Aunque esos países experimentaron regímenes comunistas durante cuarenta años, la sociedad civil empezó a resurgir después que estos regímenes colapsaron. Es más, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y los sindicatos jugaron un importante papel en el cambio del sistema. En Hungría, el actual primer ministro, Viktor Orban, formó parte de ese proceso y es consciente, por lo tanto, del poder de una ciudadanía activa. Los cuatro países se unieron a la UE en 2004, lo cual hace que los eventos analizados a continuación sean relevantes para la UE en su conjunto.
En Hungría, la historia comenzó en agosto de 2013, con el portavoz del partido del gobierno declarando que las principales ONG húngaras “son mantenidas por millones de dólares” por el multimillonario George Soros y que están sirviendo a intereses extranjeros siempre que “a cambio del dinero norteamericano” estas organizaciones “atacan al gobierno húngaro”.22. La crónica del recrudecimiento contra las ONG en Hungría se encuentra disponible en este enlace: “Timelines of Governmental Attacks Against NGOs,” The Hungarian Helsinki Committee, 7 de abril de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, http://www.helsinki.hu/en/timeline-of-governmental-attacks-against-ngos/. En los últimos cuatro años, esta retórica ha cambiado muy poco: OSC independientes son a menudo retratadas como organizaciones antipatrióticas, que trabajan contra los intereses de Hungría y de los húngaros. De acuerdo a la retórica del gobierno, los intereses del país y de los ciudadanos están mezclados con los intereses del gobierno. Así, las organizaciones que critican las medidas antidemocráticas del gobierno son rotuladas como antipatrióticas. Tal retórica se disemina fácilmente en la medida en que la mayoría de los medios de comunicación se han vuelto del círculo de amistades del gobierno. El partido del gobierno y sus aliados de negocios más cercanos han asumido el control de la prensa pública, del segundo mayor canal de televisión y de la mayoría de los periódicos regionales. Han fundado o comprado revistas semanales, al igual que diarios en versión impresa y online. Si bien todavía existen algunos medios de prensa independientes del gobierno, muchos se han convertido en simples portavoces del gobierno.33. Más sobre la libertad de prensa en Hungría en: “Key Developments in 2016,” Freedom House, 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, https://freedomhouse.org/report/freedom-press/2017/hungary.
Cuando empezó la crisis de la migración en Europa, la retórica se extendió para alegar que las organizaciones que recibían fondos de la Open Society Foundations estarían participando del llamado “plan Soros”. El principal objetivo del alegado plan sería reasentar por lo menos un millón de inmigrantes en Europa.44. Un retrato de las visiones del gobierno húngaro sobre el “plan Soros” es la denominadaconsulta sobre el plan Soros. La toma que hizo del mismo Human Rights Watch está disponible en inglés: Lydia Gall, “Hungary Begins a New Official Hate Campaign.” Human Rights Watch, 29 de septiembre de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, https://www.hrw.org/news/2017/09/29/hungary-begins-new-official-hate-campaign; las preguntas se encuentran aquí: “Here’s the Questionnare that Allows the People to Have Their Say on the Soros Plan,” About Hungary, 29 de septiembre de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, http://abouthungary.hu/news-in-brief/national-consultation-on-the-soros-plan/. Según el instituto de investigación Tárki, la xenofobia alcanzó niveles récord en Hungría en 2016. Adicionalmente, el instituto Zavech encontró que los romaníes ya no conforman más la minoría más rechazada en Hungría, sino que ahora son los árabes.55. Resumen de los dos estudios en inglés: Christian Keszthelyi, “Xenophobia Skyrocketing in Hungary, Surveys Reveal.” Budapest Business Journal, 17 de noviembre de 2016, visitado el 24 de noviembre de 2017, https://bbj.hu/budapest/xenophobia-skyrocketing-in-hungary-surveys-reveal_124920. De esta manera, las alegaciones sobre la participación de las OSC en el “plan para reasentar un millón de inmigrantes” en Europa tienen resonancia en una porción significativa de la sociedad. El gobierno húngaro no es el único de la región que adoptó la campaña anti-Soros66. Emily Tamkin, “Who’s Afraid of George Soros? How an Octogenarian Businessman Became the Bogeyman of Europe.” Foreign Policy, 10 de octubre de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, http://foreignpolicy.com/2017/10/10/whos-afraid-of-george-soros/. y asumió una fuerte posición contra la inmigración. En Rumania, por ejemplo, las personas que salieron a protestar contra la corrupción fueron tachadas de manifestantes pagados por George Soros. El actual gobierno de Polonia también comparte los sentimientos antiinmigrantes, un cambio respecto a las anteriores actitudes positivas de los poloneses hacia la inmigración.77. Adam Leszczyński, “‘Poles don’t want immigrants. They don’t understand them, don’t like them’.” The Guardian, 2 de julio de 2015, visitado el 24 de noviembre de 2017, https://www.theguardian.com/world/2015/jul/02/poles-dont-want-immigrants-they-dont-understand-them-dont-like-them.
Además de este tipo de retórica, otras medidas que afectan la independencia de la sociedad civil se pueden observar en la región. La restricción de acceso a financiación independiente para las OSC es uno de los temas recurrentes del fenómeno de achicamiento del espacio cívico. Tanto el gobierno de Polonia como el de Hungría están intentando controlar la financiación a las OSC. Primero, Hungría ha cambiado la forma en la cual se administran los aportes públicos a las ONG, dejando el control en manos del altamente politizado Fondo de Cooperación Nacional.88. About the National Cooperation Fund: “Why is the Hungarian Government Waging a War on Civil Society?,” Hungarian Civil Liberties Union, 25 de junio de 2014, visitado el 24 de noviembre de 2017, https://www.liberties.eu/en/news/hungary-ngo-war/829. Como resultado de este cambio, las organizaciones que trabajan con los derechos de las mujeres y otros temas de derechos humanos han reportado una baja en la financiación básica.99. Israel Buttler, “Participatory Democracy Under Threat: Growing Restrictions on the Freedoms of NGOs in the EU.” Civil Liberties Union for Europe, agosto de 2017, visitado en 24 de noviembre de 2017, https://drive.google.com/file/d/0B_W-Vna2eVNVOFk5VXUzeE9CdGM/view. Conforme a una discusión mía con actores de la sociedad civil, estos recursos eran utilizados principalmente para ofrecer asesoría legal gratuita. En octubre de 2017, Polonia estableció el Instituto Nacional de la Libertad, que asume la responsabilidad de administrar los fondos de cohesión de la UE y los fondos nacionales para ONG.1010. Ibid;y “Poland’s president signs divisive bill on funding NGOs.” The Washington Post, October 14, 2017, https://www.washingtonpost.com/world/europe/polands-president-signs-divisive-bill-on-funding-ngos/2017/10/14/eed81036-b0df-11e7-9b93-b97043e57a22_story.html?utm_term=.49e186d64679(enlace roto). El presidente del órgano, que disfruta de una amplia discreción sobre cómo son distribuidos los fondos, es señalado como miembro del gobierno. Esos movimientos permiten al gobierno ofrecer recursos solamente a aquellas organizaciones que son más leales al gobierno que a sus propias causas, disminuyendo así el espacio para las voces independientes y disidentes.
Ambos gobiernos pretenden expresamente controlar la distribución de las subvenciones del Fondo Noruego para ONG,1111. Sobre el Fondo: “Active Citizens Fund 2014-2021,” EEAGrants, 12 de enero de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, https://eeagrants.org/What-we-do/Programme-areas/Civil-society/Active-Citizens-Fund-2014-2021. que son esenciales para la sociedad civil en Hungría y Polonia. Esos fondos son hoy distribuidos por un consorcio de ONG sin supervisión gubernamental. La primera vez que Hungría apareció en los titulares por aplicar medidas severas contra las ONG fue en 2014, cuando el gobierno1212. La Unión de Libertades Civiles de Hungría presentó una petición, con base en la libertad de información, para elucidar que la auditoría por parte de la Oficina de Control Gubernamental fue solicitada por el propio primer ministro. lanzó una serie de auditorías de la Oficina de Control Gubernamental contra los distribuidores del Fondo Noruego para ONG y sus beneficiarios. Las auditorías fueron ampliamente criticadas por la falta de jurisdicción de dicha institución. También en 2014, funcionarios del gobierno atacaron a muchas ONG en la prensa, alegando que habrían malversado fondos. En una ocasión, dos de las oficinas de organizaciones distribuidoras fueron allanadas y los registros fiscales de todas las cuatro organizaciones distribuidoras fueron temporalmente suspendidos.1313. Áron Varga, “Police Raids Against Hungarian NGOs.” Heinrich-Böll-Stiftung, 30 de septiembre de 2014, visitado el 24 de noviembre de 2017, https://eu.boell.org/en/2014/09/30/police-raids-against-hungarian-ngos. Las investigaciones no descubrieron ninguna mala conducta que requiriera auditorías o investigaciones adicionales. Ambos gobiernos quisieran hacer valer su poder de veto sobre cuáles organizaciones distribuir el Fondo Noruego para ONG y están consecuentemente al borde de una ruptura con el gobierno noruego.
Al mismo tiempo, las regulaciones antiterrorismo y antilavado de dinero en Polonia y Eslovaquia están efectivamente dificultando las cosas para que las ONG reciban recursos.1414. “Participatory Democracy Under Threat,” 2017. El gobierno húngaro también ha utilizado argumentos de prevención contra el lavado de dinero cuando introdujo la Ley sobre la Transparencia de las Organizaciones que Reciben Fondos extranjeros (la llamada Ley anti-ONG). Las organizaciones de la sociedad civil1515. Análisis conjunto de dos organizaciones de derechos humanos: “What Is The Problem With The Hungarian Law On Foreign Funded NGOs?,” TASZ y Hungarian Helsinki Committee, 9de octubre de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, http://www.helsinki.hu/wp-content/uploads/What-is-the-Problem-with-the-Law-on-Foreign-Funded-NGOs.pdf. describen esta ley como la copia en carbono de la infame ley rusa del agente extranjero, que prevé que las organizaciones que reciben financiación externa superior a determinado monto deben registrarse como organizaciones financiadas por el exterior y poner ese rótulo en sus publicaciones. Las organizaciones que no cumplan con las exigencias pueden ser sancionadas, incluso con su disolución. La Comisión Europea ha incoado un procedimiento de infracción, dado que la ley viola la legislación de la UE.1616. Comunicado de prensa sobre el lanzamiento del procedimiento de infracción: "INFRINGEMENTS - Hungary: Commission Launches Infringement Procedure for Law on Foreign-funded NGOs," Comisión Europea, 13 de julio de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, http://europa.eu/rapid/press-release_IP-17-1982_en.htm.
Afortunadamente, las organizaciones polonesas y eslovacas no han reportado ataques físicos a su personal o a voluntarios. Sin embargo, sí ha habido noticia1717. Un artículode Liberties sobre Polonia: “Polish Government Puts NGOs Under Surveillance,” Polish Helsinki Foundation for Human Rights, 31 de agosto de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, https://www.liberties.eu/en/news/surveillance-of-members-of-ngos-and-opposition-in-poland/12856;y un resumen sobre las declaraciones del gobierno húngaro: “The Services Are in Our Homes, Not at Our Service,” Eötvös Karoly Policy Institute, 4 de mayo de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, http://www.ekint.org/en/privacy-protection/2017-05-04/the-services-are-in-our-homes-not-at-our-service. en ambos países de que las ONG creen que están siendo víctimas de vigilancia electrónica por parte de las autoridades nacionales. Además, hubo allanamientos en oficinas de organizaciones de derechos de las mujeres1818. "’Sound The Alarm; Take An Interest In Poland’ Says NGO After Raid,” Civicus and Monitor, 17 de octubre de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, https://monitor.civicus.org/newsfeed/2017/10/17/authorities-raid-womens-organisations-after-protest/. y sabemos que las OSC húngaras recibieron varias peticiones basadas en la libertad de información de parte de un periodista favorable al gobierno. Todo ello demuestra que la vida para las OSC en esos países se está volviendo más y más compleja.
Independientemente de los desarrollos legales que se están dando en Europa del Este, las características de la sociedad civil deben ser consideradas a fin de entender qué estrategias deben tomarse para reaccionar. Pese a que los países del Este Europeo son miembros de la UE, sus democracias son relativamente jóvenes. Hace poco más de veinticinco años, hasta el fin del régimen comunista, la participación en los asuntos públicos y el ejercicio de la libertad de expresión eran vistas por los gobiernos como indeseables intromisiones en los asuntos públicos. Aquellos que se involucraban en tales actividades podían esperar ser vigilados, cuestionados e incluso arrestados. Así, la participación pública no era vista como parte inherente de la vida de los ciudadanos. La herencia de esa era todavía se ve representada en las actitudes hacia la idea de una ciudadanía activa y participación en los asuntos públicos. Existe asimismo un nivel generalmente bajo de confianza en las instituciones. Según información del año 2008, la confianza en las instituciones del Estado y las grandes corporaciones es baja si se la compara a la de los países de Europa Occidental. Los gobiernos nacionales de la región son en general considerados corruptos y autoritarios. No obstante, esto no es visto como algo a ser cambiado, sino como algo que hay que aceptar. Esas actitudes juegan un importante papel a la hora de explicar la eficacia de la narrativa sobre los trabajadores de ONG como gente que lleva adelante el plan de su “proxeneta” por salarios considerables.
Paralelamente al tema de la confianza, es una característica de las sociedades del Este Europeo tener una participación más baja en la sociedad civil en comparación con los países occidentales. Un promedio de 40,5% de la población manifestó en 20082020. “Civil Society in Central and Eastern Europe,” 2017, 22. que son miembros de una OSC y 23,5% dijo hacer trabajo voluntario. Estos números son más bajos en Hungría y Polonia y más altos en Eslovaquia y la República Checa. Las actividades más comunes llevadas a cabo por las OSC son educación, deporte y servicios sociales. Estas actividades se vinculan a la provisión de servicios, lo cual requiere una fuerte cooperación con instituciones del Estado. Proveen asistencia directa a ciudadanos y a menudo reciben algún tipo de recurso del Estado a cambio. Tales organizaciones raramente están implicadas en actividades de advocacy o narrativas sobre la necesidad de cambiar el establishment. Esto resulta en ciudadanos que saben poco sobre la sociedad civil, siendo este conocimiento principalmente relativo a ese único tipo de organización. Por consiguiente, los objetivos y contribuciones de otros tipos de ONG, tales como las organizaciones de control ciudadano o ambientalistas, les son menos familiares.
Luego de ingresar a la UE, los recursos estatales cobraron creciente importancia para la sociedad civil en los cuatro países de Visegrado, lo cual se ha mostrado problemático. Esto se debe a que la disponibilidad de la financiación para OSC (incluida la de la propia UE) tiende a reducirse una vez que un Estado accede a la Unión, en función de la creencia en que se necesita menos fondos para promover los derechos humanos y la democracia una vez que se es Estado miembro.2121. Ibid, 16. Siendo débiles los modelos autosostenibles, muchas organizaciones fueron y siguen siendo dependientes de la financiación estatal. Esto resulta preocupante cuando se observa que tanto en Hungría como en Polonia hay una tendencia a la reducción de la financiación pública y al aumento del control estatal sobre los aportes de la UE.2222. Ibid, 23. En 2010, en Hungría, el 43% de los fondos disponibles para OSC era de origen estatal. Para 2014, estos se habían reducido a tan solo un 10%. La dependencia de los recursos del Estado y el creciente control del mismo sobre la financiación proveniente de la UE vuelve entonces a las organizaciones más vulnerables a la influencia política. Debe notarse, empero, que parece haber un lento pero constante incremento de las donaciones por parte de individuos y empresas locales. Esta afirmación es comprobada por mis propias observaciones. A pesar de esta nueva tendencia, relativamente pocas organizaciones son capaces de mantener personal estable, o bien personal de proyectos ejerciendo influencia para lograr compromisos con proyectos a largo plazo, como puede ser la construcción de coaliciones.
Como se ha mencionado, las OCS en Hungría están enfrentando represalias en el espacio cívico, con recursos limitados y escaso apoyo público. Sin embargo, dos intentos recientes de coordinación entre cierto número de OSC húngaras ofrecen ricas lecciones de cómo responder a esta situación. La parte final de este artículo examinará estas lecciones, que son relevantes para los lectores que puedan estar considerando la construcción de alguna coalición en otros contextos.
Antes de 2014, la cooperación entre OSC en Hungría era sobre todo sectorial: organizaciones de derechos humanos actuando juntas en temas de derechos humanos, organizaciones ambientalistas en temas de medio ambiente y así sucesivamente. Sin embargo, cuando se lanzaron las auditorías de las OSC en 2014, estas empezaron a organizarse transversalmente entre sectores por primera vez. Tras las primeras pocas reuniones, durante el verano de 2014, algunas organizaciones de Budapest con personal remunerado y bastante experiencia armaron una coalición de organizaciones similares. Esta quedó conocida como coalición civil 1.0, con reuniones ocurriendo hasta el verano de 2015. Pero las auditorías terminaron en el otoño de 2014 y parecía que las OSC ya no estaban más siendo atacadas. Así, justo cuando las organizaciones empezaron a reunirse regularmente y acordaron un plan de acción, la urgencia había pasado. Finalmente, las reuniones cesaron y la coalición se desintegró. Sin embargo, cuando aparecieron nuevos cambios legislativos para las OSC en 2017, la Coalición 2.0 empezó a formularse. Esta coalición civil 2.0 se formó sobre la base de la experiencia de la Coalición 1.0 y actualmente está promoviendo encuentros regulares. Ambas coaliciones se han encontrado con dos dilemas, que, por nuestra experiencia, se pueden identificar como claves para asegurar el éxito de la coalición: el establecimiento de objetivos y la participación.
La Coalición 1.0 luchó para definir sus objetivos, dado que, una vez que las auditorías hubieran pasado, no habría más medidas hostiles urgentes que combatir. La coalición empezó a involucrarse con un proceso de desarrollo organizativo hacia adentro, cuya necesidad era reconocida, aunque pocas organizaciones tenían la capacidad de comprometerse en un proceso de largo plazo. Otra dificultad fue que, sin eventos ni acciones, el trabajo asociado a la coalición traía pocas recompensas. La falta de acciones comunes también perjudicó el proceso de desarrollo organizativo, ya que no había experiencias compartidas basadas en los valores y estructuras organizativas que se hubieran construido. El proceso de desarrollo organizativo no era un objetivo suficientemente motivador, ni tampoco se compartía suficiente lenguaje y experiencia. Esta falta de un objetivo concreto es una contundente explicación para la desintegración de la primera coalición. Consecuentemente, habiendo tomado conciencia de este importante elemento para la construcción de coaliciones, el establecimiento de objetivos ha estado en la agenda de la Coalición 2.0 desde su concepción.
Con todo, el tema de la definición de objetivos sigue siendo conflictivo. Para algunos miembros de la Coalición 2.0, el único punto para el cual teníamos mandato de enfrentar era la reprimenda contra las OSC, específicamente la propuesta ley sobre financiación externa. A su vez, otros miembros de la coalición querían usar esta oportunidad para enfrentar los problemas subyacentes que habían llevado a las mencionadas acciones gubernamentales, por ejemplo, nuestra falta de conexión con las comunidades locales. Más allá de los debates, fue fundamental haber tenido un objetivo amplio que fuera concreto y apremiante: evitar la adopción de la ley. Pese a que la ley fue finalmente aprobada en junio de 2007, ese proceso legislativo nos dio la oportunidad de realizar varias acciones conjuntas. Estas fueron muy importantes para unir a la coalición. La coalición formuló dos declaraciones firmadas por aproximadamente 300 organizaciones, organizó una demostración de masas con aproximadamente 12 mil participantes, ocupó en silencio una reunión de una comisión parlamentaria, además de organizar una serie de acciones callejeras de menor escala.2323. Marton Dunai, "Hungarians Protest Against Crackdown on Education, NGOs.” Reuters, 12de abril de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, https://uk.reuters.com/article/uk-hungary-soros-protests-education/hungarians-protest-against-crackdown-on-education-ngos-idUKKBN17E279?il=0; "Silent Protesters Block Hungarian Parliamentary committee,” Reuters, 25 de abril de 2017, visitado el 24 de noviembre de 2017, https://www.reuters.com/article/us-hungary-law-activists/silent-protesters-block-hungarian-parliamentary-committee-idUSKBN17R1BJ?il=0.
Durante los intensivos primeros siete meses de 2017, las organizaciones se reunieron regularmente y formularon estrategias comunes. Esta deliberación fue una experiencia única, ya que los varios grupos de la sociedad civil tenían limitado contacto los unos con los otros. Durante ese proceso, aprendimos sobre las estrategias, tácticas y razones de las otras organizaciones, y empezamos a desarrollar un lenguaje compartido. Después que la ley fue aprobada, la coalición decidió solo trabajar en puntos relacionados al achicamiento del espacio cívico, y servir como un núcleo en el cual los grupos pudieran compartir sus ideas y planificar proyectos juntos para responder a ese fenómeno.
La experiencia de las coaliciones 1.0 y 2.0 ha demostrado que la participación es otro factor clave que explica por qué una coalición es o no exitosa. Para que una coalición funcione, debe ser vista como legítima representante de la sociedad civil, y cuanto más amplia es una coalición, más ciudadanos pueden ser movilizados. Por consiguiente, a las organizaciones miembros de ambas coaliciones les preocupó desde el inicio que fueran criticadas por solo representar una pequeña fracción de organizaciones que pensaban parecido. Un elemento del dilema de la participación es si las organizaciones están en condiciones de participar a pleno y si sus voces serán suficientemente oídas. De forma similar, la adhesión a la coalición es una tarea intensiva en recursos, dado que uno tiene que concurrir a las reuniones, seguir el flujo de información y responder a las iniciativas de las listas de correo electrónico, lo que requiere tomar decisiones rápidamente. Mientras las organizaciones más profesionalizadas pueden manejar esas demandas, esto puede ser más complicado para pequeñas organizaciones. Alcanzar un equilibrio geográfico en la representación dentro de la coalición también es importante. La mayoría de las organizaciones participantes tiene su sede en la capital y sabemos de la importancia de incluir grupos de fuera de la capital. Mientras la Coalición 1.0 estaba operando, acudir a las reuniones era la única manera de participar del trabajo de la coalición y tomar parte en las acciones. Como las reuniones se hacían en Budapest semanalmente y después una vez cada dos semanas, esta coalición no ofreció ninguna forma tangible de participación para las organizaciones que no tuvieran esa posibilidad o se ubicaran fuera de la capital.
Estas dificultades no han sido completamente resueltas, aunque la Coalición 2.0 trató de encontrar una solución proponiendo una participación en dos niveles. Los grupos de la capital y con más capacidades se encuentran semanalmente para formular actividades y definir objetivos – este es el comité estratégico, compuesto por aproximadamente 25 organizaciones. Estas organizaciones están todas comprometidas en reclutar organizaciones más pequeñas para que firmen declaraciones conjuntas y concurran a las acciones. Una vez que estas organizaciones menores se unen, son constantemente informadas electrónicamente sobre el proceso y siguientes actividades. De esta forma, la primera y segunda declaraciones de la Coalición 2.0 fueron firmadas por más de 230 y más de 180 organizaciones respectivamente. La demostración de masas fue apoyada por 100 OSC. Este formato también permitió que 25 organizaciones con diferentes trayectorias presentaran conjuntamente una queja ante el Tribunal Constitucional, demostrando que las medidas severas contra la sociedad civil constituyen una preocupación para todo el sector. La coalición sigue enfrentando el dilema de la participación y está planificando encuentros de la sociedad civil en cinco ciudades importantes del país, con la intención de adoptar un proceso que permita a más organizaciones integrarse al comité estratégico.
Este artículo ha mostrado que las restricciones impuestas al espacio de la sociedad civil en Europa del Este claramente demandan una respuesta. La construcción de coaliciones que han emprendido las OSC en Hungría es un ejemplo concreto de estrategia implementada por los activistas. Se pueden sacar tres lecciones principales de nuestros éxitos y fracasos, para que las recuerden aquellos que pretendan hacer algo similar. En primer lugar, las fortalezas y debilidades de la sociedad civil serán replicadas en un posible proceso de construcción de coalición. La cooperación es clave para encontrar y testear soluciones, incluyendo la participación y la escucha de un abanico más amplio de grupos. Aunque las organizaciones con más capacidad están en una posición de poder, ellas deben ser conscientes de ese privilegio a la hora de establecer la agenda y las reglas organizativas. En segundo lugar, las coaliciones funcionan mejor cuando existe una urgencia, más precisamente un objetivo externo haciendo presión. Finalmente, debido a la necesidad de la experiencia compartida para la formulación de valores y métodos operativos, es crucial que se tome un abordaje orientado a la acción, con actividades compartidas realizadas por los miembros de la coalición.