El papel y el impacto del activismo en línea para los feminismos en Brasil
El internet se viene presentando como una poderosa herramienta para los movimientos sociales. En particular, los feminismos se han apoderado de ella desde los años 1990, cuando formulaban un ciberfeminismo que afirmaba la excepcionalidad del ambiente digital. Transformaciones en los últimos 20 años hicieron que el internet ahora forme parte de nuestras vidas, y que nuestras vidas formen parte la internet. Hoy, la red es un medio feminista, es el escenario de movilizaciones en línea vía hashtags, de la organización de protestas callejeras, y es la infraestructura para la formulación de nuevas ideas y producción de un contrapúblico feminista, que dispute discursos con la esfera pública dominante. Con el internet, las feministas revitalizaron el debate, reelaboraron prácticas y lograron llevar demandas también a los medios de comunicación tradicionales. A través de un análisis de las publicaciones en Facebook durante la Semana Internacional de la Mujer en 2018, en Brasil, presentamos un retrato del alcance y encuentro de discursos y contradiscursos. La interpretación de los resultados apunta a una agenda de investigación y acciones, que incluye desde el funcionamiento de las plataformas hasta las políticas de seguridad digital y acceso a internet y al conocimiento.
No es ninguna novedad que internet ha resultado central para las movilizaciones sociales contemporáneas. Parece además que basta estar en las redes desde hace cerca de una década para notar, si se pone atención, que las pautas relacionadas a minorías raciales, sexuales y de género, al igual que sus voces, han encontrado nuevos y ampliados espacios para estar y diseminarse.
Tiene cada vez menos sentido hablar de un “mundo virtual” o de un “ciberespacio”, en oposición a un “mundo real” – si es que algún día lo tuvo.11. Ya fue muy popular la referencia a un ciberespacio, incluso de parte de influyentes teóricos como Pierre Lévy, que en una serie de libros describió y analizó el “espacio cibernético” como introductor de una comunicación de todos con todos, como emergencia de una inteligencia colectiva, por medio de una serie de herramientas, dispositivos y tecnologías intelectuales, y desarrolló el concepto de “virtual”, a partir de Gilles Deleuze. VerPierre Lévy, O que É o Virtual? (São Paulo: Editora 34, 2004); Pierre Lévy, Inteligência Coletiva:Para uma Antropologia do Ciberespaço (São Paulo: Loyola, 2009); Pierre Lévy, Cibercultura (São Paulo: Editora 34, 2011). Con el avance de la tecnología digital en distintos aspectos de nuestras vidas, y la utilización constante de formas de comunicación instantánea en línea que las personas ni siquiera identifican con la internet, esas divisiones fijas no corresponden a la forma como las personas viven y se apropian de la tecnología. Eso vale también para el activismo y los movimientos sociales, que en general presentan una estrecha conexión en sus formas de actuación conectada y desconectada. Y los feminismos brasileños son un excelente ejemplo para la comprensión de las paradojas que implica el uso de internet para la movilización social a fines de la década de 2010, por su amplitud y diversidad.
La disputa de las feministas por los medios y en los procesos comunicacionales no es nueva. Al menos desde la segunda ola,22. La periodización del movimiento feminista en “olas” es común en la literatura sobre el tema. Se entiende que la “segunda ola” en Brasil tuvo inicio en los años 1970, y su antecesora fue el período que va desde el fin del siglo XIX hasta la década de 1930, en el cual las mujeres brasileñas conquistaron, por ejemplo, el derecho a votar y se organizaron por condiciones más dignas de trabajo (Fabíola Fanti, “Mobilização Social e Luta por Direitos: Um Estudo Sobre o Movimento Feminista,” tesis de doctorado (Universidade Estadual de Campinas, Instituto de Filosofia e Ciências Humanas, 2016). el proceso organizativo pasa por la reflexión crítica sobre los medios de comunicación, así como por el desarrollo de medios alternativos para hacer circular voces y temas marginalizados: en Brasil, desde la década de 1970, periódicos como Brasil Mulher (1975-1979), Nós Mulheres (1976-1978) y Mulherio (1981-1987) cumplieron ese papel.33. Tainan Pauli Tomazetti y Liliane Dutra Brignol, “O Feminismo Contemporâneo a (Re)configuração de um Terreno Comunicativo para as Políticas de Gênero na Era Digital” (Anais da Alcar, UFRGS, Porto Alegre, RS, 2015);pese a no ser objeto específico de nuestra discusión en este texto, es importante destacar que la preocupación por la elaboración de narrativas propias sobre sí mismo ha sido históricamente central para el activismo negó, como lo demuestra el ejemplo del intenso esfuerzo por elaborar periódicos desde fines del siglo XIX (Natália Neris, “A Tradição de se Expressar: As Letras e as Lutas de Negras e Negros nos Meios de Comunicação no Brasil,” in Desafios à Liberdade de Expressão no Século XXI, Artigo 19 (2018): 20-23), ylo mismo vale para el activismo LGTB, principalmente a partir del régimen militar (Flavia Peret, Imprensa Gay no Brasil entre Militância e Consumo - São Paulo: Publifolha, 2012). El internet se sumó a esas prácticas que ya se encontraban en curso, pero desde sus propias estructuras físicas y lógicas, que permiten la comunicación de “todos con todos”, en la mejor expresión de la “autocomunicación en masa” de la que habla Castells.44. Manuel Castells, A Galáxia da Internet: Reflexões Sobre a Internet, os Negócios e a Sociedade (Rio de Janeiro: Zahar, 2003). La emisión de mensajes por la red es descentralizada, y también la recepción es fragmentada. Más allá de su utilización como “medio feminista”, internet y las aplicaciones que se construyeron sobre ella permiten interacciones de nuevos formatos: encuentros, intercambios y conexiones se dan independientemente de la geografía, sobre la base de intereses, entre personas que pueden no encontrarse nunca físicamente en el mismo espacio. Incluso por eso, la red ha permitido intercambios transnacionales, impactando la transnacionalización del feminismo, que Nancy Fraser apunta como característica de una “tercera ola”.55. “Actualmente, las demandas feministas por redistribución y reconocimiento están cada vez más conectadas a luchas para alterar ese cuadro. Frente a la producción transnacionalizada, muchas feministas van más allá de las economías nacionales. En Europa, por ejemplo, feministas apuntan a las políticas y estructuras económicas de la Unión Europea, a la vez que corrientes feministas entre los que protestan contra la OMC desafían las estructuras de gobernanza en la economía global. De forma análoga, las luchas feministas por reconocimiento cada vez más miran más allá de las fronteras del Estado territorial. Bajo el amplio slogan “derechos de las mujeres, derechos humanos”, feministas alrededor del mundo están conectando las luchas contra las prácticas patriarcales locales a campañas para reformar el derecho internacional” (Nancy Fraser, “Mapeando a Imaginação Feminista: Da Redistribuição ao Reconhecimento e à Representação,” Revista Estudos Feministas 15, no. 2 - 2007 -). En espacios construidos en torno a afinidades, como grupos de Facebook creados para discutir temas feministas, se multiplican y se fragmentan cuestionamientos sobre significados hegemónicos de identidades de género y de sexualidades, lo que refleja la intensidad de las transformaciones sociales por las que pasamos, pero también interviene en ella; en esa comunicación multilateral las posibilidades de encuentro con nuevas significaciones de mundo son infinitas.66. Fabiana Poços Biondo, “Liberte-se dos Rótulos: Questões de Gênero e Sexualidade em Práticas de Letramento em Comunidades Ativistas do Facebook,” RBLA 15, no. 1 (2015).
La movilización feminista por internet nació en los años 1990, bajo el paraguas del ciberfeminismo, un conjunto de producciones intelectuales y artísticas influenciadas por la metáfora del cíborg de Donna Haraway,77. Donna Haraway, “A Manifesto for Cyborgs: Science, Technology, and Socialist Feminism in the 1980s,” Socialist Review 80 (1985): 65-108. y vinculadas a la cultura digital y a una orientación que se ha señalado, a posteriori, como excesivamente optimista: la de que internet traería, inscritos en sí, inmensos potenciales de liberación para las mujeres.88. Judy Wajcman, “Feminist Theories of Technology,” Cambridge Journal of Economics 34, no. 1 (2010): 143-152. A partir de la década de 2000, la relación entre feminismo e internet se volvió más diversificada y compleja,99. Carolina Branco de Castro Ferreira, “Feminismos Web: Linhas de Ação e Maneiras de Atuação no Debate Feminista Contemporâneo,” Cadernos Pagu, no. 44 (2015). incorporando discusiones sobre interseccionalidad, presencia de mujeres en el desarrollo de la tecnología,1010. Ver, por exemplo: Judy Wajcman, “Reflections on Gender and Technology: In What State is the Art?,” Social Studies of Science 30, no. 3 (2000): 447-64; Graciela Selaimen, “Mulheres Desenvolvedoras de Tecnologias - O Desafio das Histórias Invisíveis que Moram entre Zeros e Uns,” in Internet em Código Feminino, Graciela Natahnson (Buenos Aires: La Crujía Ediciones, 2013). inclusión digital, y la extensión de la discriminación y de la violencia a la parte conectada de nuestras vidas.
Veinte años después, el internet es un elemento importante en una gama tan ampliada de articulaciones feministas que la discusión termina siendo de grado. Además, la conexión entre las redes digitales y las calles es central para la comprensión del estado del movimiento feminista en Brasil, y osamos decir, tal vez, por toda parte. Medeiros y Fanti, a partir de la construcción de una base de datos que catalogó protestas feministas en el país de 2003 a 2017, con más de 400 entradas, identifican nada menos que un “regreso a las calles” a partir de 2011, con el surgimiento de la Marcha de las Putas.1111. No es que no ocurrieran manifestaciones en las calles en el período anterior, pero su carácter era distinto: el número era menor, y la gran mayoría era organizada por el Partido de los Trabajadores, lo que se suele llamar por convención “campo democrático-popular” (Jonas Marcondes Sarubi de Medeiros y Fabíola Fanti, “A Gênese da “Primavera Feminista” no Brasil: A Emergência de Novos Sujeitos Coletivos,” - proyecto presentado en el subgrupo Esfera Pública e Cultura Política do Núcleo Direito e Democracia do CEBRAP, 2018). Ese movimiento nació en Toronto, Canadá, cuando, en el contexto de la discusión sobre agresiones contra mujeres en un campus universitario, un policía afirmó que, para prevenir la violencia, las mujeres deberían dejar de vestirse como putas (sluts). En abril de 2011, surgió allí una manifestación que pautaba la autonomía sobre el cuerpo y el ejercicio de la sexualidad, y que rápidamente se esparció por el mundo, con Marchas de las Putas siendo organizadas en todas partes, incluso en Brasil. Para la organización, movilización y diseminación de esas manifestaciones, el uso delinternet y de las redes sociales fue central y estuvo siempre íntimamente articulado con los espacios físicos: las marchas son organizadas localmente en cada ciudad, mediante ocupación del espacio público, y utilizando el cuerpo como bandera política.1212. Ibid. No es en vano que la Marcha de las Putas viene siendo ampliamente estudiada, y es referencia para muchos feminismos contemporáneos.1313. Por ejemplo: Raquel Costa Goldfarb, “Sim, Eu Sou Vadia: Uma Etnografia do Coletivo Marcha das Vadias na Paraíba,” tesis de doctorado (presentada al área de concentración de estudios de género de DINTER - UFSC, IFPB, IFPE, IFAL, 2014); Carla de Castro Gomes, “Corpo e Identidade no Movimento Feminista Brasileiro Contemporâneo: O Caso da Marcha das Vadias” (Anais do 40o Encontro Anual da Anpocs, Caxambu, MG, 2016); Camila Carolina Hildebrand Galetti, “Corpo e Feminismo:A Marcha das Vadias de Campinas/SP,” tesis de maestría (Departamento de Sociologia da Universidade de Brasília/UnB, 2016); Tainan Pauli Tomazetti, “Movimentos Sociais em Rede: A Marcha das Vadias - SM e a Experiência do Feminismo em Redes de Comunicação,” tesis de maestría (Programa de Posgrado en Comunicación de la Universidad Federal de Santa Maria - UFSM, RS, 2015); Laís Modelli Rodrigues yCaroline Kraus Luvizotto, “Feminismo na Internet: O Caso do Coletivo Marcha das Vadias e Sua Página no Facebook,” Colloquium Humanarium 11, edição especial (julho-dezembro 2014).
Además de esas movilizaciones, que son ampliamente diseminadas y que pautan a los medios tradicionales; también son objeto de estudio y análisis los blogs y páginas en redes sociales que cumplen la función de prensa feminista, tales como Blogueiras Feministas,1414. Laís Modelli Rodrigues, “Blogs Coletivos Feministas: Um Estudo Sobre o Feminismo Brasileiro na Era das Redes Sociais na Internet,” tesis de maestría (Programa de Posgrado en Comunicación de la Universidad de Arquitetura, Artes e Comunicação, Universidade Estadual Paulista “Júlio de Mesquita Filho”, 2016); Ferreira, “Feminismos Web,” 2015. Lugar de Mulher,1515. Daniele Ferreira Seridório, Douglas Alves Graciano, Eduardo Magalhães, Guilherme Henrique Vicente e Josiane de Cássia Lopes, “Movimento Feminista em Rede: Análise do Blog e do Facebook ‘Lugar de Mulher’,” Pensamento Plural, no. 17 (2015). la página de Facebook Feminismo Sem Demagogia o Moça, Você é Machista.1616. Nícia de Oliveira Santos y Jordana Fonseca Barros, “O Movimento Feminista no Facebook: Uma Análise das Páginas Moça, Você é Machista e Feminismo sem Demagogia - Original” (trabajo presentado em Simpósio Internacional de Tecnologia e Narrativas Digitais, UFMA, São Luís, MA, 2015). Pero el internet ha tenido, adicionalmente, un importante papel para un asociativismo que es menos visible. Por ejemplo, en un trabajo etnográfico, Medeiros1717. Jonas Marcondes Sarubi de Medeiros, “Microssociologia de Uma Esfera Pública Virtual: A Formação de Uma Rede Feminista Periférica na Internet” (Seminário FESPSP Cidades Conectadas: Os Desafios Sociais na Era das Redes, São Paulo, SP, 2016). identifica cómo las redes sociales fueron centrales para la fundación de colectivos feministas periféricos en la ciudad de São Paulo, y a veces cumplen una relevante función de superación de la geografía: el colectivo M.A.N.A (Mulher Atitude Negritude e Arte) Crew, un grupo de mujeres grafiteras, tuvo inicio con dos de sus líderes conociéndose por Instagram – una vivía en el distrito de Ermelino Matarazzo, la otra en Cidade Tiradentes, áreas periféricas de la metrópolis de São Paulo separadas por casi 20km. También la Primera Marcha Nacional de Mujeres Negras, realizada en Brasilia, en 2015, aunque se planificó en reunión presencial, congregó a militantes de distintos rincones del país por medio de comunicación entre las organizadoras y otras militantes en las redes sociales.1818. Renata Barreto Malta y Laís Thaíse Batista Oliveira, “Enegrecendo as Redes: O Ativismo de Mulheres Negras no Espaço Virtual,” Gênero 16, no. 2 (2016): 66.
Como lo hemos afirmado, aparte de oficiar de medio feminista y de su utilidad para la organización de encuentros que ocurren offline, las redes son en sí un espacio de activismo y debate,1919. Castells, A Galáxia da Internet, 2003. y las interacciones que allí se dan han renovado prácticas y discursos. Lawrence y Ringrose2020. Emilie Lawrence yJessica Ringrose, “From Misandry Memes to Manspreading: How Social Media Feminism is Challenging Sexism” (seminário A Collaborative Critical Sexology and Sex-Gen-in-the-South, Critical Sexology, Reino Unido, 2016). identifican, por ejemplo, el desarrollo de una cultura de la denuncia propia de las redes sociales: por medio del tejido de conexiones y de la amplificación de voces que antes no contaban con una estructura mediática para expandirse (debido a la estructura concentrada de los medios de comunicación y de la transmisión de voces de perfiles bastante limitados), las mujeres son capaces de señalar el machismo y la misoginia en la cultura y en el comportamiento, y reaccionar contra la violencia y la dominación masculinas. Un canal popular de esa forma de movilización son las campañas realizadas por hashtags, que organizan relatos: en Brasil, fue el caso de las campañas #MeuPrimeiroAssédio (Mi primer acoso), #MeuAmigoSecreto (Mi amigo secreto), #EuNãoMereçoSerEstuprada (Yo no merezco ser violada) y #NãoPoetizeOMachismo (No poetices el machismo).2121. Un estudio de Malcher (2016) se vuelca sobre el tema y plantea un aspecto paradójico dela discusión: campañas articuladas en torno a hashtags tienen, por conducir mensajes simplificados, la posibilidad tanto de llegar a personas que no comparten las ideas feministas “tradicionales” como de reducir la lucha, por no alcanzarla complejidad de los problemas abordados. Un ejemplo de este tipo de campaña fue el uso de la hashtag #EuNãoMereçoSerEstuprada (Yo no merezco ser violada), en reacción a la divulgación de una encuesta del IPEA (Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada) que revelaba que 65% de los brasileños concordaban con la afirmación de que una mujer que muestra su cuerpo merece ser atacada (fonte). A partir de una foto posteada por la activista Nana Queiroz, miles de mujeres compartieron fotos de ellas mismas, con la frase escrita en el cuerpo o en un cartel, otan solo utilizando la hashtag, incluidas personalidades, y de forma tal a pautarlos medios tradicionales. La paradoja es que la simplicidad del mensaje, si por una parte hace que sea adoptada más fácilmente por grupos distintos, significa también su rápido vaciamiento: cuando el IPEA publicó que se había equivocado y que “solo” 26% de los brasileños concordaba con aquella afirmación, el debate rápidamente se achicó (Beatriz Moreira da Gama Malcher, “#Feminismo: Ciberativismo e os Sentidos da Visibilidade” - Anais do 40o Encontro Anual da Anpocs, Caxambu, MG, 2016). Eso no significa, empero, que no haya dejado algún legado.
Así, incluso reconociendo que la movilización en línea está íntimamente relacionada a la actuación en las calles, queda bastante claro que las redes sociales están funcionando como centros de elaboración discursiva para el movimiento feminista, como apunta Medeiros.2222. El concepto es utilizado por Medeiros (Jonas Marcondes Sarubi de Medeiros, “Movimentos de Mulheres Periféricas na Zona Leste de São Paulo: Ciclos Políticos, Redes Discursivas e Contrapúblicos,” tesis de doctorado - Faculdade de Educação da Universidade de Campinas, 2017) en el sentido formulado por Sader (Éder Sader, Quando Novos Personagens Entraram em Cena: Experiências, Falas e Lutas dos Trabalhadores da Grande São Paulo (1970-80) - Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1988 - : 142-3), para la comprensión de la génesis de nuevos significados por movimientos sociales, como espacios donde se reelaboran experiencias y vivencias, a fin de atribuir a ellas nuevos significados. El internet estaría operando como la infraestructura relevante para proveer el acceso directo e inmediato a debates y textos, sustituyéndolo que, en un ciclo anterior del feminismo brasileño – identificado como del feminismo institucional –, habría sido la característica central: la mediación por parte de asesoría técnica feminista “externa”, como ONG especializadas.
La relación entre las mujeres y sus derechos y la internet se viene mostrando, sin embargo, sumamente paradójica: las redes han sido al mismo tiempo un espacio hostil e imbuido de riesgos extremos para las mujeres. Las mujeres son desproporcionadamente alcanzadas por trolls2323. Kirsti K. Cole, “‘It’s Like She’s Eager to be Verbally Abused’: Twitter, Trolls, and (En) Gendering Disciplinary Rhetoric,”Feminist Media Studies 15 (2015): 356-358. y por la agresividad virtual,2424. Emma A. Jane, “‘You’re a Ugly Whorish Slut’ - Understanding E-bile”, Feminist Media Studies 14, no. 4 (2012): 531-546. además de que resulta alarmante la amplitud de prácticas de violencia de género, como la diseminación no consentida de imágenes íntimas (NCII, por sus siglas en inglés), fenómeno conocido como revenge porn.2525. El término es bastante problemático y debería ser abandonado en el debate público –la práctica no refleja ni pornografía(que debe ser entendida como lícita y consentida, y que puede estar relacionada al placer) ni venganza (que no está presente en la mayor parte de los casos, y, aun cuando es movilizada discursivamente, el término establece un vínculo entre una violación de autonomía sexual y actividad anterior de la víctima).Nuestra investigación sobre NCII en Brasil analizó todas las decisiones judiciales sobre el tema en el Tribunal de Justicia de São Paulo hasta el año de 2015, e identificó que más de 90% de las víctimas que ingresaron acciones eran mujeres (Mariana Giorgetti Valente, Natália Neris, Juliana P. Ruiz y Lucas Bulgarelli, O Corpo é o Código: Estratégias Jurídicas de Enfrentamento ao Revenge Porn no Brasil - InternetLab: São Paulo, 2016 - , visitado el 5 de julio de 2018, http://www.internetlab.org.br/wp-content/uploads/2016/07/OCorpoOCodigo.pdf). Aunque la diseminación pueda ocurrir con hombres y mujeres, las consecuencias son sentidas mayoritariamente por mujeres (y minoritariamente también por otras personas que ejercen orientaciones sexuales e identidades tenidas como disidentes). Las formas de violencia contra las mujeres en internet son múltiples y multifacéticas2626. “Violências de Gênero na Internet: Diagnóstico, Soluções e Desafios. Contribuição Conjunta do Brasil para a Relatora Especial da ONU Sobre Violência Contra a Mulher,” Coding Rights e Internetlab, 2017, visitado el 5 de julio de 2018, http://www.internetlab.org.br/wp-content/uploads/2017/11/Relatorio_ViolenciaGenero_ONU.pdf. y hay asimismo un sin número de evidencias de que son más comunes y generan más consecuencias cuando afectan a mujeres negras e indígenas, personas con discapacidad, lesbianas, bisexuales y personas trans. Durante mucho tiempo, el debate que ocurría en la intersección entre el campo de los derechos digitales y los feminismos discutió sobre qué aspecto priorizar, el de las posibilidades emancipadoras traídas por internet y los movimientos sociales o el de la violencia y de los riesgos implicados en el uso de las redes.2727. Si bien ese es el debate reciente en el campo de las organizaciones de la sociedad civil y de las políticas públicas, hay una versión histórica de él, en sus propios términos, en la epistemología feminista. En la década de 1970, la sociología feminista de la ciencia pasó a estudiar los efectos de la tecnología para las mujeres, y feministas radicales y socialistas interpretaban a la tecnología como una extensión del poder patriarcal; Harding (Sandra Harding, The Science Question in Feminism - New York: Cornell University Press, 1986) señaló cómo la crítica feminista a la ciencia avanzó de una discusión sobre los usos de la tecnología y sus riesgos y oportunidades hacia una discusión sobre cómo una ciencia que parece tan imbricada en proyectos masculinos puede servir a fines emancipadores (Judy Wajcman, Technofeminism - Oxford: Polity, 2004); para Harding, fue un proceso de sustitución de la “cuestión de la mujer” en la ciencia por la “cuestión de la ciencia” en el feminismo. En los últimos cinco años, ha quedado progresivamente claro que no se trata de elegir entre uno u otro, sino reconocer que uno y otro están presentes.
No se trató de un cambio tan solo de discurso, sino también en el internet mismo. El avance tecnológico hizo que en 20 años internet dejara de significar, para la mayor parte de las personas, un conjunto de foros y chats con texto y pasó a permitir la creación de verdaderos yos digitales, individualizables y enriquecidos con abundancia de imágenes, videos e informaciones precisas sobre localización, gustos y actividades. A ese cambio podemos dar el nombre de corporificación: si en la década de 90 la experiencia en línea, era en alguna medida disociable de la materialidad de las personas que allí se comunicaban, lo digital entró posteriormente en los cuerpos y los cuerpos en lo digital, trayendo cuestiones sobre identidad y sexualidad hacia el centro de la experiencia en las redes, indisociable de la experiencia fuera de ellas.2828. Larissa Pelúcio,“O Amor em Tempo de Aplicativos: Notas Afetivas e Metodológicas Sobre Pesquisas com Mídias Digitais,” in No Emaranhado da Rede: Gênero, Sexualidade e Mídia; Desafios Teóricos e Metodológicos do Presente,Larissa Pelúcio, Heloísa Pait yThiago Sabatine (São Paulo: Annablume, 2015). Y la discriminación y la violencia cometida contra los cuerpos de las mujeres encuentran fácilmente sus dobles en el ambiente digital.
Dicha paradoja se puede entender mejor si adoptamos la perspectiva de Nancy Fraser sobre la esfera pública, en su crítica a la formulación anterior del concepto por Jürgen Habermas: no existe ni sería deseable una única esfera pública que contemplara todos los intercambios discursivos en una sociedad determinada, sino una pluralidad de públicos compitiendo entre sí. En la historia habría existido siempre lo que la autora llama contrapúblicos subalternos, arenas discursivas alternativas, en las que miembros de grupos subalternados desarrollan sus contradiscursos y “formulan interpretaciones oposicionales en torno a sus identidades, intereses y necesidades”.2929. Nancy Fraser, “Rethinking the Public Sphere: A Contribution to the Critique of Actually Existing Democracy,” in Habermas and the Public Sphere, org. Craig Calhoun (Cambridge: MIT, 1992). Habría sido el caso de las feministas norteamericanas de fines del siglo XX, organizadas alrededor de sus propios canales de comunicación, editoriales, librerías, programas académicos, conferencias, lugares de encuentro, y desarrollando un lenguaje que expresa demandas y trabaja en la reducción de la desigualdad – pensemos en “cultura de la violación”, “doble jornada” y “acoso sexual”. Ese espacio de formulación de autodefiniciones colectivas también es una realidad para las mujeres negras. En los espacios seguros, como formula Patricia Hill Collins, “las mujeres negras ‘observan las imágenes femeninas de una cultura más amplia’, se dan cuenta de que esos modelos son, en la mejor de las hipótesis, inadecuados y, en la peor, destructivos para ellas, y se entregan a la tarea de fabricarse a sí mismas según los roles dominantes de las mujeres negras en sus propias comunidades históricamente”.3030. Patricia Hill Collins, Black Feminist Thought: Knowledge, Consciousness, and the Politics of Empowerment (Nova Iorque, Londres: Routledge, 2000). Hill Collins identifica, en el siglo XX, en los Estados Unidos, esos espacios seguros en la actividad de escritura, en la música (en especial, en las composiciones del blues), y en la relación de las mujeres negras entre sí.
Hoy, en las redes sociales, las demandas feministas se vienen formulando en la lógica del contrapúblico subalterno, que no se generaliza, pero negocia con la esfera pública hegemónica y con otros contrapúblicos, buscando una continua ampliación. En esa negociación ocurren confrontaciones y reacciones.
La coexistencia de esas esferas públicas en internet no es transparente como se podría suponer. Una de las razones de ello es el “filtro burbuja”, concepto formulado por Eli Pariser3131. Eli Pariser, The Filter Bubble: What the Internet Is Hiding From You (Nova Iorque: Penguin Press, 2011). para explicar cómo los algoritmos producen la personalización de la experiencia en las plataformas digitales y hacen que las personas sean sometidas mayoritariamente a contenidos cercanos a sus preferencias y opiniones. En ese contexto cobran importancia las observaciones de interacciones en las redes. Utilizando datos obtenidos por el Monitor del Debate Político en el Medio Digital, de la Universidad de São Paulo,3232. Agradecemos a los profesores Pablo Ortellado y Marcio Moretto Ribeiro por el acceso a los datos del proyecto. realizamos un estudio sobre la comunicación en Facebook sobre temas de género durante la semana del Día Internacional de la Mujer de 2018 (8 de marzo), un período en el cual el debate sobre cuestiones relacionadas a las mujeres y sus derechos se intensifica. El Monitor del Debate Político en el Medio Digital reúne informaciones sobre el intercambio de posts compartidos en más de 500 páginas de Facebook que hacen debate político en Brasil, clasificándolas en dos categorías que reflejan la forma como los investigadores del proyecto entienden, a partir de los datos, que está organizada la presente (e intensa) polarización política del país: de un lado, el polo anti-PT (Partido de los Trabajadores), formado por liberales, conservadores, páginas que hacen apología a las fuerzas militares, partidos de la actual coalición de gobierno; del otro, el anti-anti-PT, formado por ONG, partidos de oposición, grupos de izquierda y movimientos sociales – incluidas páginas del movimiento feminista, antirracista y LGTB. Es posible observar una clara polarización, a partir de páginas del Facebook, en la medida en que personas que siguen a algunas páginas también siguen a otras del mismo polo, y muy raramente páginas del polo opuesto.
Muchas personas que pusieron “me gusta” en publicaciones de páginas liberales en economía también lo hicieron en páginas conservadoras en las costumbres. Del otro lado, aquellos que pusieron “me gusta” en publicaciones de páginas de izquierda también lo hicieron en páginas feministas. Un grupo de páginas está distante del otro: solo muy raramente quien le da un “me gusta” a contenidos compartidos por una página liberal en términos económicos también lo hace en una página feminista.3333. Bernardo Sorj, Francisco Brito Cruz, Maike Wile dos Santos y Marcio Moretto Ribeiro, Sobrevivendo nas Redes: Guia do Cidadão (São Paulo: Plataforma Democrática, 2018).
Recurriendo a una simplificación, identificamos a un polo como “progresista”, y al otro como “conservador”; las páginas propiamente feministas se encuentran en el polo progresista, o sea, las personas que se comprometen con ellas también se comprometen con otros temas de ese campo. El Monitor del Debate Político en el Medio Digital también colecciona las noticias compartidas en Facebook, a partir de 96 sitios de noticias.
Filtramos todos los posts de las páginas y las noticias compartidas, aquella semana, que contenían las palabras “mujer”, “feminismo”, “género” y “acoso”,3434. La elección de la palabra “acoso” (assédio en el original en portugués) estuvo vinculada a una hipótesis de las investigadoras de que el tema es un aglutinador de diferentes demandas por igualdad y eliminación de todas las formas de violencia contra la mujer por parte de las feministas brasileñas en el debate en internet. y obtuvimos 1382 posts3535. Listado completo en: Planilla “noticias_SemanaMulher1,” Internetlab, 2018, visitado el 5 de julio de 2018, http://www.internetlab.org.br/wp-content/uploads/2018/05/noticias_SemanaMulher1.xlsx. y 625 noticias compartidas.3636. Listado completo en: Planilla “posts-semanaMulher,” 2018, visitado el 5 de julio de 2018, http://www.internetlab.org.br/wp-content/uploads/2018/05/posts-semanaMulher.xlsx. Lo esperado para nosotras, como investigadoras feministas y pertenecientes a redes de personas defensoras de derechos humanos, era que encontraríamos una serie de debates sobre derechos de las mujeres en el polo progresista, y que podríamos mapear cuáles cuestiones habían movilizado más al contrapúblico subalterno que discute el feminismo por la internet. Los resultados muestran una realidad completamente distinta: el debate, incluso en esa semana tan particular, se divide en dos polos, destacándose, en realidad, las páginas de cuño conservador, en manifestaciones en gran parte de las veces de carácter irónico con relación a las demandas feministas.
La primera observación importante sobre los estándares del debate es que, aunque estamos hablando de un gran número de posts sobre diferentes contenidos siendo compartidos por las páginas, su alcance es sumamente desigual: los share de cada uno de ellos variaron entre 14.175 y solo 1, y los share de los diez posts más compartidos equivalen prácticamente a la suma de los 1382 posts restantes.3737. Al encontrarnos con los resultados, buscamos crear criterios para un análisis cualitativo por medio de la elaboración de franjas de sharing basadas en su proporción. Ninguno de los criterios más obvios, tales como los “diez más compartidos” o “cincuenta más compartidos” parecían tener sentido. Eso es así porque la diferencia de esas proporciones no obedecía a criterios cuantitativamente similares: la publicación más compartida supera en más que el doble el número de compartidos del segundo; el segundo por su parte supera al tercero en casi tres veces y así sucesivamente de modo muy variable. El gráfico ayuda a visualizar esas proporciones:
La mayoría de los posts que más se compartieron no provenían de las páginas del espectro progresista, sino del campo conservador: Jair Bolsonaro Presidente 2018,3838. Una publicación de la página fue la más compartida en el período (más de 14 mil veces), pero el contenido fue removido antes que pudiéramos analizarlo. seguida por Socialista de Iphone, Movimento Brasil Livre, Movimento Contra-Corrupção y Anti-PT; tres de los diez posts más compartidos vinieron de páginas del espectro progresista: Brasil 247, Dilma Resistente y Manuela D’Ávila.
Más allá de la concentración del impacto de los posts de páginas de carácter conservador, se observa también una gran apropiación del debate sobre las mujeres, durante aquella semana, por temas que reflejan más la polarización política por la cual pasa Brasil que propiamente temas relacionados a los derechos de las mujeres. El segundo post más compartidos es un meme que satiriza a la ex presidenta Dilma Rousseff, que contiene un discurso confuso y mal articulado sobre qué sería ser mujer. Aunque el meme en cuestión es un chiste sobre su estilo al hablar, lo que revela es una ironización de la pauta de las mujeres, al evocar, un 8 de marzo, a la única presidenta mujer que Brasil ya tuvo. El tercer post más compartido separa mujeres que “merecerían felicitaciones” de las que no, a partir de su posición en el campo político polarizado: aquellas del espectro conservador serían las verdaderas mujeres a ser celebradas. También en el espectro progresista, los posts más compartidos son memes denunciando a mujeres políticas que votaron por determinada pauta antiderechos, o haciendo campaña negativa para un candidato conservador que ataca las demandas de las mujeres. Ninguno de los posts más compartidos transciende el foco puesto en individuos y la polarización inmediatista.3939. Este resultado es particularmente interesante si se tiene en cuenta que en un experimento similar, adoptando como referencia el Día de la Consciencia Negra, identificamos la centralidad de la pauta en casos de racismo contra individuos (principalmente famosos) superando a las discusiones caras al movimiento negro contemporáneo, como racismo estructural, genocidio, retrocesos en las políticas públicas de promoción de la igualdad racial. Ver Natália Neris y Lucas Lago, “Como se Discute Racismo na Internet? Um Experimento com Dados no Mês da Consciência Negra.” Internetlab, 26 de febrero de 2018, visitado el 5 de julio de 2018, http://www.internetlab.org.br/pt/desigualdades-e-identidades/como-se-discute-racismo-na-internet-um-experimento-com-dados-no-mes-da-consciencia-negra/. Separando los posts por el espectro político de las páginas, tal como las clasificó el Monitor del Debate Político en el Medio Digital, observamos también otros estándares: pese a que muchos más contenidos fueron producidos por páginas del espectro progresista, que, como esperábamos, de hecho presentan un activismo más intenso en ese período, porque es el campo en el cual se sitúan las páginas feministas, los posts de páginas conservadoras son mucho más compartidos (y de hecho aparecen en la cima de la lista):4040. Ver análisis estructurales de páginas de los dos espectros, de septiembre de 2017: “Análise Estrutural das Páginas de Direita no Facebook,” Página do Facebook de Monitor do Debate Político no Meio Digital, 12 de septiembre de 2017, visitado el 5 de julio de 2018, https://www.facebook.com/monitordodebatepolitico/photos/a.1067365179991611.1073741828.1066344906760305/1536950463033078/?type=3&theater; y “Analise Estrutural das Páginas Progressistas no Facebook,” Página do Facebook de Monitor do Debate Político no Meio Digital, 16 de septiembre de 2017, visitado el 5 de julio de 2018, https://www.facebook.com/monitordodebatepolitico/photos/a.1067365179991611.1073741828.1066344906760305/1540281482699976/?type=3&theater.
Aunque en menor escala, también observamos una concentración grande en pocos enlaces, en el caso de las noticias compartidas:
Las noticias más compartidas vienen de medios tradicionales, principalmente de los sitios web Estado de São Paulo, G1 (Globo), R7 (Record), Veja y BBC Brasil.4141. Para una discusión más profunda sobre concentración en internet ver el estudio “Concentração e Diversidade na Internet,” Intervozes, Monopólios Digitais, 2018, visitado el 5 de julio de 2018, cuyo principal resultado puede ser sistematizado de la siguiente forma: si, por un lado, con la internet hay más agentes en la capa de aplicaciones y contenidos en relación con otros medios, como la TV, por el otro, la hegemonía de las grandes plataformas y de los grandes grupos de prensa nacional, también en esos nuevos medios, ponen en cuestión la caracterización de la internet como un espacio de comunicación democratizada. Las dos noticias que más circularon fueron compartidas un poco más que 47 mil veces, y tratan respectivamente del lanzamiento de una muñeca Barbie de tres personalidades (Frida Kahlo, Amelia Earhart y Katherine Johnson), y de una lista del sitio Buzzfeed con testimonios sobre desigualdades en el mercado de trabajo, relatadas por mujeres en respuesta a la pregunta lanzada por el Ministerio de Trabajo en Twitter. La tercera noticia más compartida contaba la trayectoria de la pilota del avión presidencial, compartida algo más que 24 mil veces; la cuarta reaccionaba a la historia sobre el lanzamiento de Barbie, y la quinta presentaba los orígenes históricos del 8 de marzo. Así, temas relacionados a los derechos de las mujeres y cuestiones estructurales (femicidio, transfobia, desigualdades en el mercado de trabajo, aprobación de leyes de combate a la violencia, trayectoria de mujeres negras) compartieron el espacio con una materia de contenido comercial; de todas formas, diferentemente de lo que ocurre en el debate producido por páginas de Facebook, la prensa viene siendo fuertemente pautada por el activismo feminista.
La observación de los estándares de comunicación en Facebook durante la semana del Día Internacional de la Mujer de 2018 materializa una parte de la discusión sobre la relación entre activismo feminista e internet. De un lado, la potencia del activismo en línea, y su capacidad de pautar a la prensa tradicional, cuyos contenidos son entonces retrocompartidos en internet; del otro, el gran alcance de discursos aún hegemónicos (e anti-igualitarios) sobre las mujeres y sus demandas, en la conversación establecida por administradores de páginas de Facebook.
Aunque se producen más contenidos contradiscursivos, las narrativas conservadoras permanecen más audibles. Hay que entender si, más allá de las razones inscritas en la sociedad, están en juego cuestiones relacionadas a las formas particulares de circulación de la información en internet, o cómo estas son o pueden ser instrumentalizadas por los sujetos en comunicación. Sabemos que algoritmos determinan el alcance de las informaciones publicadas, y que, en una plataforma como Facebook, ganar alcance tiene que ver con dominar determinado lenguaje que “viraliza”, y además con el apalancamiento de contenidos y páginas con recursos financieros. Sabemos también que esas reglas son poco transparentes y son formuladas con poca interferencia de los usuarios; la interferencia se verifica puntualmente cuando el público logra ejercer gran presión y afectar la imagen pública de las empresas. En un contexto de gran concentración de las actividades en línea en pocas plataformas, como es el caso de Facebook, para red social, y YouTube, para videos, las balizas del debate digital quedan también concentradas entre un puñado de actores empresariales.
Otro punto es que la centralidad que tienen los contenidos sobre mujeres individuales en los posts de las páginas significa, en los comentarios, una profusión de discursos de odio misóginos: insultos, ataques y descalificaciones. Nuestra observación indica que mujeres comunicadoras en un sentido amplio, o sea, activistas, periodistas, actrices, políticas, han sido blanco preferencial de ese tipo de violencia, estén ellas hablando de feminismo o no.4242. “Violências de Gênero na Internet,” Coding Rights e Internetlab, 2017. Las plataformas, por su parte, han encontrado grandes desafíos para la definición y prohibición del discurso de odio, una vez que la demanda por su censura pode ser capitalizada por sectores preocupados con pautas conservadoras y atentatorias a la libertad de expresión – lo que nos victima, como mujeres, una vez más. Aunque los retos son grandes, en la medida en que las plataformas son privadas y tienen políticas opacas, mientras al crecimiento de nuestras voces corresponde un aumento de ataques virtuales, entendemos bien que no podemos renunciar a esos espacios, y que ellos han permitido una ampliación de ese contrapúblico subalterno. Ello significa disputarlo, exigir políticas sensibles a género por parte de las plataformas, pensar y formular medidas de seguridad digital para grupos subalternados, invertir en acceso real a internet para las mujeres, en especial mujeres negras e indígenas, y tomarse en serio las políticas de acceso al conocimiento. Esa es la amplia agenda de investigación y acciones que suscita la tarea de feminizar el internet, y que esperamos seguir construyendo con diferentes actores y actrices.