Las imágenes que intentan mostrar el impacto del cambio climático en nuestro mundo son, con frecuencia, una exuberante selva tropical bordeada por un campo que ha sido despejado para la agricultura intensiva, o un oso polar sobre un bloque flotante de hielo que se derrite.
Estas imágenes son impactantes y exigen una respuesta inmediata de la comunidad internacional. Sin embargo, no consiguen comunicar adecuadamente la relación entre el cambio climático y los derechos humanos y el impacto que el clima ya tiene en otros seres humanos.
Esta colección de fotos para la 25ª edición de Sur – Revista Internacional de Derechos Humanos busca disminuir este desequilibrio.
Los cambios en el clima y los acontecimientos meteorológicos extremos hacen que un número cada vez mayor de comunidades del mundo entero sea incapaz de disfrutar de la plena protección de varias garantías de derechos humanos incluyendo el derecho a la vida, la comida, el agua y la vivienda. Además, son las comunidades y grupos más empobrecidos y vulnerables los más afectados por estos desafíos; justamente las comunidades que menos han contribuido a la producción de los gases invernadero.11. http://www.ohchr.org/EN/Issues/HRAndClimateChange/Pages/HRClimateChangeIndex.aspx.
En ninguna parte se ve esto con más claridad que en Bangladesh. Situado en el extremo septentrional del golfo de Bengala, los habitantes de esta región deben enfrentarse a múltiples efectos del cambio climático: aumento del nivel del mar, mayor frecuencia de ciclones e inundaciones de ríos, y temperaturas más altas.
Las siguientes fotografías son testimonio de las realidades de vivir con el cambio climático y las penurias que provocan en la vida cotidiana.
Khaled Hasan (Bangladesh) documenta la comunidad de pescadores que vive en Ashar Chor, un pedazo de tierra diminuto en el golfo de Bengala. Sus fotografías muestran las dificultades que el aumento del nivel del mar y los impredecibles cambios en el clima presentan. Una de las personas describe cómo “el clima está cambiando muy deprisa, hay más tormentas, eso hace que los barcos pesqueros no puedan salir al mar y entonces no tenemos pescado para secar y vender. Tampoco sabemos cuándo van a llegar las lluvias, así que no podemos secar el pescado como lo hacíamos, y perdemos dinero.” En vez de enfrentarse a esa incerteza, muchos escogen irse a otras partes del país, uniéndose a los otros 200,000 bangladesís que se ven forzados a abandonar sus hogares cada año, “refugiados” del cambio climático que no encuentran ninguna protección bajo la Convención de los Refugiados de 1951.22. http://www.aljazeera.com/indepth/features/2015/11/climate-refugees-151125093146088.html.
Al mismo tiempo, cerca de la frontera con Birmania/Myanmar, Jashim Salam (Bangladesh) ha documentado a los residentes de la región de Ramu lidiando con subidas anuales de la marea que sumergen hasta el 80% de la ciudad. El aumento del nivel del mar amenaza con incrementar tanto la frecuencia de estas subidas como el área que queda sumergida cada vez. Mientras que muchos son forzados a buscar refugios temporales para la inundación, la mayoría no tienen elección y deben continuar su vida cotidiana con el agua a su alrededor. Aunque las personas de las fotografías muestran espíritu de resistencia, Jashim explica que las inundaciones son una experiencia miserable, forzando a muchos a plantearse trasladar sus hogares y reubicar sus negocios. Él habla desde su experiencia personal; es de la segunda ciudad más grande de Bangladesh, Chittagong, que se enfrenta a similares subidas anuales de la marea, a menudo dos veces al día. Jashim espera que estas crudas imágenes impacten a la gente y les haga emprender acciones contra el cambio climático.