Dossier Sur sobre armas y derechos humanos

Mujeres, armas, paz y seguridad

Jody Williams

La ganadora del Premio Nobel de la Paz explica por qué es momento de que las mujeres tengan plena inclusión en los debates sobre la paz y la seguridad

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RESUMEN

Las mujeres han sido excluidas por mucho tiempo del debate sobre el desarme y el control de armas, a pesar de que los conflictos armados las afectan de forma desproporcionada. A fin de que las mujeres puedan participar del mismo como iguales, la autora enfatiza que es crucial que ellas sean presentadas como agentes positivos del cambio, más que como víctimas débiles y sin poder. Williams expone cómo la sociedad civil está respondiendo a esta disparidad, a la vez que destaca que aún hay un largo camino hasta alcanzar una plena igualdad de género en el debate a nivel nacional e internacional

Palabras Clave

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Introducción

“Hoy es más peligroso ser mujer que soldado en las guerras modernas.” Cuando el general Patrick Cammaert dijo estas palabras en 2008,11. Soraya Chemaly, “Worldwide, It’s ‘More Dangerous to Be a Woman Than a Soldier in Modern Wars,’” The World Post, 5 de Octubre de 2012, visitado el 10 de noviembre de 2015, http://www.huffingtonpost.com/soraya-chemaly/rape-in-conflict_b_1501458.html. era el comandante adjunto de las Fuerzas de la Misión de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (RDC).22. United Nations Organization Stabilization Mission in the Democratic Republic of Congo. Por décadas ese país ha sido visto como el epicentro de los atropellos contra los derechos humanos de las mujeres durante la guerra. La violación como táctica de guerra ha aumentado drásticamente en la RDC en los últimos veinte años, llevando a que el país sea conocido como “la capital mundial de la violación.”33. Michele Lent Hirsch and Lauren Wolfe, “Country Profile: Democratic Republic of Congo,” Women Under Siege, February 8, 2012, visitado el 10 de noviembre de 2015, http://www.womenundersiegeproject.org/conflicts/profile/democratic-republic-of-congo. Pero los atentados contra los derechos de la mujeres no son específicos de la RDC, ni tampoco de la guerra, sino que son un problema global al cual el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter llamó “el abuso número uno de los derechos humanos”.44. “President Carter Champions Women’s Human Rights at TEDWomen 2015,” The Carter Center, July 8, 2015, visitado el 10 de noviembre de 2015, http://blog.cartercenter.org/2015/07/08/president-carter-champions-womens-human-rights-at-tedwomen-2015/.

Sean las armas pequeñas o explosivos usados en áreas muy pobladas, en cualquier lugar donde existe conflicto, las mujeres – y los niños – son especialmente vulnerables. Y aunque siempre se reconoció la violación como uno de los horrores de la guerra, sólo recientemente esta ha sido reconocida como crimen de guerra y crimen contra la humanidad. Si bien esa clasificación es un avance legal inmenso, las víctimas continúan cargando con el peso de la vergüenza y el ostracismo en sus comunidades, y la impunidad de los perpetradores sigue siendo la norma.

Incluso si las mujeres consiguen escapar del impacto directo de las armas de guerra, continúan sufriendo violaciones a sus derechos. Ya sea en campos de refugiados, o en el camino hacia el refugio, ellas son vulnerables a la violación y otras formas de violencia de género, así como a volverse víctimas de la trata de personas.

«Incluso si las mujeres consiguen escapar del impacto directo de las armas de guerra, continúan sufriendo violaciones a sus derechos»

Las mismas fuerzas de paz de la ONU, en lugar de proteger a las personas, son muchas veces los autores de la violencia contra mujeres y niños. A pesar de las revelaciones crecientes sobre abusos de las fuerzas de paz, muchas veces la impunidad continúa siendo la norma.

Reconociendo el impacto de la guerra sobre las mujeres, hace 15 años, en octubre de 2000, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 1325,55. http://www.un.org/en/ga/search/view_doc.asp?symbol=S/RES/1325(2000). junto con varias resoluciones que siguieron su camino, construyendo el marco para una “agenda sobre mujeres, paz y seguridad” de la ONU. La página web de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (WILPF) “peacewomen” (mujeresdepaz) resume la importancia, al menos retórica, de la resolución:

La SCR1325 marca la primera vez que el Consejo de Seguridad abordó el impacto único y desproporcionado del conflicto armado en las mujeres; reconoció las subvaluadas y subutilizadas contribuciones que las mujeres hacen en la prevención de conflictos, el mantenimiento de la paz, la resolución de conflictos y la consolidación de la paz. También resalta la importancia de la participación plena e igualitaria de las mujeres como agentes activos de la paz y la seguridad.66. “Security Council Resolution 1325,” Peace Women, Women's International League for Peace and Freedom, visitado el 10 de noviembre de 2015, http://www.peacewomen.org/security-council/WPS-in-SC-Council.

A pesar de los desafíos concernientes a las mujeres y la defensa de sus derechos, muchas se niegan a ser identificadas como víctimas, y eligen verse como sobrevivientes que quieren ponerse de pie y actuar para defender y promover sus derechos, incluso durante los conflictos y una vez terminados. Las mujeres también se niegan a continuar siendo ignoradas en los asuntos de desarme, control de armas y seguridad, y muchas veces juegan un rol de liderazgo en los esfuerzos globales de desarme y de control de armas de la sociedad civil.

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Mujeres y armas

A la vez que es más peligroso ser mujer que soldado en los conflictos actuales, como expresó Cammaert, no son las mujeres quienes están generalmente involucradas en el diseño, producción, venta y uso de las armas que las afectan desproporcionadamente. Hasta hace poco, las voces de las mujeres no eran escuchadas en relación al desarme y al control de armas. Las mujeres han siempre sido vistas como promotoras de “paz” en el sentido amplio de la palabra, pero cuando se trata de las “complejidades” de lidiar con armas, son ampliamente ignoradas. Esto está cambiando, pero es aún un desafío que es reconocido en los esfuerzos de la sociedad civil sobre desarme y control de armas, tal como ilustran los ejemplos a continuación.

«Las voces de las mujeres no eran escuchadas en relación al desarme y al control de armas»

En 1981, las mujeres del grupo galés, “Mujeres por la Vida en la Tierra”, establecieron el Campamento de Paz de Mujeres Greenham Common fuera de la base aérea británica en Greenham Common para protestar por la instalación de misiles nucleares de EEUU en ese lugar. Como escribió el periódico The Guardian en 2013, trece años luego de que el campamento de paz fuera cerrado, “Greenham fue uno de los teatros occidentales más estimulantes de las protestas políticas de los 80’s.”77. Beatrix Campbell, “The legacy of Greenham Common has outlived Margaret Thatcher.” The Guardian, April 17, 2013, visitado el 10 de noviembre de 2015, http://www.theguardian.com/politics/shortcuts/2013/apr/17/greenham-common-outlived-margaret-thatcher. Margaret Thatcher se oponía abiertamente al campamento de mujeres y lo llamaba una “excentricidad” en sus esfuerzos por acallar las voces de las mujeres que protestaban contra las armas. Pero como The Guardian señaló, el legado de las mujeres de Greenham Common continúa inspirando a las mujeres a participar en iniciativas para acabar con las armas, a pesar de los esfuerzos de Thatcher por deslegitimarlas.

Las cuatro personas que han coordinado la Campaña Internacional por la Prohibición de Minas Antipersonales han sido mujeres. Mujeres de esa campaña de la sociedad civil, así como diplomáticas involucradas en el movimiento de prohibición, jugaron roles importantes para conseguir el Tratado de la Prohibición de Minas en 1997, que prohíbe el uso, la producción, el comercio y el almacenamiento de minas antipersonales. La líder de la vibrante campaña internacional para Abolir las Armas Nucleares es también una mujer. Asimismo, otro precedente fue establecido en la negociación del Tratado sobre el Comercio de Armas, adoptado en 2013 por la Asamblea General de la ONU, que por primera vez en la historia de un tratado internacional de control de armas incluye palabras que refieren al impacto de las armas sobre las mujeres y exige que los Estados parte tomen en cuenta dicho impacto en sus decisiones sobre cómo deberían comerciarse las armas.

Más recientemente, la Campaña para Detener a los Robots Asesinos, lanzada a inicios de 2013, es coordinada por una mujer. A pesar del papel que han jugado las mujeres en todos los aspectos de la campaña, el sexismo continúa siendo un problema. Cuando, un año después del lanzamiento de la campaña, se realizó en Ginebra, en la ONU, en mayo de 2014, el primer encuentro multilateral sobre el desarrollo de sistemas de armas letales autónomas (LAWS, por sus siglas en inglés), como les gusta llamarlo a los gobiernos, ni una sola mujer fue invitada a hablar en los paneles de expertos que aportaban información para las discusiones.

Parece que los gobiernos no pudieron encontrar ninguna mujer “calificada” para las 18 presentaciones de los supuestos expertos a los que el presidente francés de la sesión sobre robots asesinos invitó a dar sus puntos de vista sobre las implicaciones de estas armas para la ética, para las reglas de la guerra, y sobre temas técnicos y operativos. En los bastidores, a muchos hombres de la campaña se les dijo que el motivo por el cual los “expertos” eran hombres era porque “no había ninguna mujer adecuada para ocupar los espacios.” ¿Qué es una mujer adecuada?

La campaña para Detener a los Robots Asesinos se negó a quedarse en silencio frente a la exclusión de las mujeres expertas y presionó a los gobiernos para incluir a las mujeres en futuros paneles de expertos de este tipo.88. Estas iniciativas incluyeron hablar contra el desequilibrio de género durante las reuniones, discusiones directas con la delegación francesa a cargo de la sesión, discusiones directas con la delegación que presidiría la sesión siguiente, reuniones con el director de la Oficina de la ONU para Asuntos de Desarme. Los esfuerzos dieron sus frutos, puesto que las mujeres fueron incluidas en los paneles de los debates diplomáticos sobre los robots asesinos en 2015. Por el contrario, tanto en las sesiones de Ginebra de 2014 como de 2015, todos los eventos paralelos de la sociedad civil tenían equilibrio de género.

Finalmente, otro ejemplo del liderazgo de las mujeres en la lucha relativa al impacto de la guerra sobre mujeres y niñas es la Campaña Internacional para Detener las Violaciones y la Violencia de Género en los Conflictos, lanzada a inicios de 2012 bajo la coordinación de la Iniciativa de Mujeres Premio Nobel. Cuando las mujeres en los conflictos son continuamente vistas y retratadas como víctimas, la respuesta consciente y no tan conscientemente evocada es que ellas – y esto incluye a sus hijos – necesitan protección y se espera que sean “sus” hombres quienes las protejan.

Mientras las mujeres sean retratadas como débiles y sin poder, ¿cómo podrán ser tomadas seriamente como individuos capaces de contribuir a la resolución de conflictos, negociaciones de paz y reconstrucción post conflicto de una sociedad? Mientras el foco esté puesto sobre las víctimas de la violencia de los conflictos y no en las depravaciones de los perpetradores, las mujeres serán vistas como blancos fáciles de guerra y reinará la impunidad para los crímenes contra ellas.

La Campaña para Detener las Violaciones y la Violencia de Género en los conflictos aborda todos estos temas. Siguiendo el modelo organizativo de la Campaña Internacional para Prohibir las Minas Antipersonales, reúne organizaciones de mujeres de todo el mundo que trabajan para detener las violaciones como arma de guerra. Esta campaña también trabaja con gobiernos que comparten activamente este objetivo.

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Mujeres, Paz y Seguridad: Retórica vs. Realidad

La Resolución 1325 de la ONU, como se expresó anteriormente, es vista como una resolución histórica que reconoce el impacto dispar de las armas sobre las mujeres, al igual que el escaso reconocimiento de los aportes de las mujeres para la paz y la necesidad de que las mujeres sean incluidas plenamente en las acciones sobre paz y seguridad. Hace dos meses atrás, en octubre, el 15º Aniversario de la resolución fue celebrado con mucha fanfarria. Pero el tema que continúa presente es que necesita desarrollarse un trabajo mucho más serio para su implementación plena y significativa, para empoderar a las mujeres y para el reconocimiento, como norma, del rol de las mujeres en la construcción y mantenimiento de la paz y en la seguridad.

Las brechas entre retórica y realidad abundan y continúan eclipsando el progreso, así como continúa presente el desafío para la ONU y para los gobiernos de actuar según las promesas que escriben en el papel. La propia ONU, que debería predicar con el ejemplo, tiene más bien un historial deplorable en cuanto a la inclusión de las mujeres en posiciones de influencia en toda su burocracia y en sus varias agencias.

«Las brechas entre retórica y realidad abundan y continúan eclipsando el progreso»

El propio secretario general de la ONU, no hace mucho tiempo, dio un ejemplo evidente – y en última instancia vergonzoso – sobre la desconexión fundamental entre las palabras y la acción. En octubre de 2014 el Secretario General Ban conmemoraba la Resolución 1325 y el impacto que estaba teniendo sobre la vida de las mujeres, su empoderamiento político e inclusión en todos los aspectos de la paz y la seguridad. Pero, casi una semana más tarde, el 31 de octubre, cuando anunció oficialmente quienes serían los miembros de un nuevo panel de expertos sobre operaciones de mantenimiento de paz, 12 de los 14 nominados eran hombres. Gran muestra de empoderamiento e inclusión.

Las personas quedaron asombradas y pidieron la disolución de tal panel y su reconstitución basada en la paridad de género. Luego de atrincherarse en su posición frente a las críticas de sexismo manifiesto, el Sr. Ban finalmente cedió débilmente a la presión: no designó un nuevo panel, simplemente sumó dos mujeres al grupo dominado por hombres, y también nombró a una de las mujeres como vicepresidenta del panel. Cuando la propia dirección de la ONU no implementa la resolución 1325 empoderando e incluyendo a las mujeres, el mensaje que continúa enviándose al mundo es muy claro.

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Mientras los gobiernos y los órganos internacionales sigan resistiéndose al equilibrio de género, las organizaciones no gubernamentales y los activistas continuarán demandando cambios. De hecho, como resultado del sexismo manifiesto de la primera ronda de conversaciones en Ginebra sobre los robots asesinos, los miembros de la Campaña para Detener a los Robots Asesinos han sido incluso mucho más activos para acabar con la discriminación de género en la construcción de políticas globales.

Uno de los miembros fundadores de la campaña, una organización británica conocida como Artículo 36 – refiriéndose al protocolo de la Convención de Ginebra en relación a las nuevas armas y métodos de guerra – comenzó a compilar una lista de hombres que trabajan en el ámbito de la paz y la seguridad y que asumieron el compromiso de no hablar en paneles relativos a la paz, desarme y seguridad que incluyeran sólo a hombres.

A pocos días de comenzar con la lista, casi cuarenta hombres ya habían firmado y la iniciativa era compartida más allá de los miembros de la Campaña para Detener a los Robots Asesinos. A su vez, otros miembros de la campaña han comenzado a compilar listas de mujeres que trabajan en estas áreas para facilitar la capacidad de los gobiernos de encontrar a las mujeres expertas “adecuadas”.

Otros se niegan a seguir pidiendo gentilmente que las mujeres sean reconocidas como iguales y están actuando para presionar a los gobiernos y a los organismos internacionales para que hagan lo que deberían estar haciendo de cualquier forma – proteger y promover los derechos humanos de las mujeres a través de acciones y no simplemente con palabras. En septiembre de 2015, una nueva campaña encabezada por el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL, por sus siglas en inglés) fue lanzada: la Campaña por la paridad de género en la representación internacional (GQUAL). En sus propias palabras:

La subrepresentación de las mujeres afecta prácticamente a todos los tribunales internacionales y mecanismos de supervisión o adjudicación que juegan roles importantes en el desarrollo del derecho internacional, los derechos humanos, las relaciones internacionales, la cooperación […] Los organismos internacionales toman decisiones importantes para las sociedades, incluyendo temas de seguridad y paz, fronteras internacionales, protección ambiental y el ámbito de los derechos humanos […]. La subrepresentación de las mujeres, que constituyen más de la mitad de la humanidad, y la falta de diversidad disminuyen la legitimidad de los tribunales de derechos humanos y de los organismos de supervisión y limita su potencial e impacto. También creemos que una masa crítica de mujeres puede sumar diferentes perspectivas y experiencias para dar visibilidad y ayudar a abordar temas que, de lo contrario, pueden estar ausentes o pueden ser desconsiderados. Sobre todo, GQUAL promueve la paridad en estos espacios como una medida para la igualdad.99. “Campaign for gender parity in international representation,” GQUAL, visitado el 10 de noviembre de 2015, http://www.gqualcampaign.org/about-gqual/.

Los gobiernos y organismos de la ONU necesitan reconocer el rol fundamental que tienen las mujeres en las discusiones sobre desarme, paz y seguridad, y deben reconocer, solicitar y promover la experiencia de las mujeres como contribución a nuestra propia seguridad en un mundo inseguro. Ya pasó suficiente tiempo, y la reacción ante el fracaso de la ONU para implementar sus propias normas retóricas muestra que las mujeres y los hombres no están dispuestos a esperar mucho más.

Las mujeres no necesitan ser protegidas/mantenidas en seguridad. Las mujeres necesitan ser empoderadas y escuchadas en relación a su propia noción de qué es lo que las hace estar seguras y recibir su merecido lugar en todos los aspectos de la creación de una paz sostenible con justicia e igualdad.

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Conclusión

Mientras las palabras de Cammaert en relación a que es más peligroso ser mujer que soldado en las guerras modernas siguen siendo válidas, las mujeres – y los hombres que realmente comparten sus objetivos – cada vez más se niegan a sentarse y esperar, en lugar de ser incluidas en todos los aspectos de la construcción de una paz sostenible, de la seguridad internacional, y las deliberaciones sobre desarme y control de armas.

Sentarse y esperar un cambio no es una estrategia efectiva para que el cambio sea realidad. En la medida en que los gobiernos y los organismos internacionales sigan resistiéndose al pleno reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres, las organizaciones no gubernamentales y los activistas multiplicarán las iniciativas para garantizar que el cambio ocurra en años, no en décadas.

“Nada sobre nosotras sin nosotras” suena tan válido para conseguir el pleno reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres como lo hizo el “nada sobre nosotros sin nosotros” durante los esfuerzos globales para conseguir un acuerdo internacional sobre los derechos de las personas con discapacidades. Las mujeres constituyen más de la mitad del mundo. Ya es más que tiempo de que las “mujeres” y los “temas de mujeres” dejen de ser tratados como un elemento más de discusiones más amplias – entabladas por hombres – sobre paz y seguridad global sostenibles.

Jody Williams - EE.UU.

Jody Williams recibió el Premio Nobel de la Paz en 1997 por su trabajo para prohibir las minas antipersonales a través de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersonales. Ella es cofundadora y directora de la Iniciativa de las Mujeres Premio Nobel, que promueve la visibilidad y el empoderamiento de los grupos de mujeres que trabajan a nivel global por la paz, la justicia y la igualdad.

Recibido en octubre de 2015

Original en inglés. Traducido por Maité Llanos.